En la madrugada de este viernes, el preso Kenneth Eugene Smith, de 58 años y condenado a muerte en el estado de Alabama hace más de 30 años, se ha convertido en la primera persona ejecutada en Estados Unidos con gas nitrógeno. Se trata de un método nunca antes probado en el sistema penitenciario del gigante americano que ha salido adelante a las 20.25 hora local (02.25 GMT) a pesar de las protestas de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Amnistía Internacional para que no se llevara a cabo el procedimiento.
"Esta noche Alabama hace que la humanidad dé un paso atrás. Gracias por apoyarme, les quiero a todos". Con esas palabras, Smith, que llevaba desde 1988 en el corredor de la muerte por haber asesinado a una mujer a cambio de dinero, se despidió ya con la máscara puesta. El gas nitrógeno fluyó durante 15 minutos, y, como informa EFE, periodistas que atestiguaron la ejecución relataron que el preso se estuvo retorciendo durante un par de minutos.
La asfixia por nitrógeno es el primer método de ejecución que el estado de Alabama desarrolla desde que en 1982 se introdujera la inyección letal. Esta desplazó a la silla eléctrica y venía usándose desde hace cuatro décadas como el método más utilizado. En pleno 2024, la pena de muerte no solo permanece vigente en Estados Unidos, sino que continúa desarrollándose con la aplicación de nuevas fórmulas como esta, que ha reavivado el debate sobre la pena capital en el mundo.
[El estado de Alabama (EEUU) ejecuta a un preso con nitrógeno por primera vez en la historia]
Radiografía de la pena de muerte
En realidad, Estados Unidos es solo uno de los 55 países que la mantienen hoy en día. En el transcurso de 2022 se perpetraron, al menos, 883 ejecuciones en todo el mundo. Esta cifra supone un preocupante repunte del 53% frente a las que se llevaron a cabo durante 2021, año en el que se estimaron unas 579, acorde a los datos que recoge Amnistía Internacional en su último informe global sobre la aplicación judicial a condenas de muerte y ejecuciones.
En este sentido, entre los países que encabezan la lista de la barbarie están China, Irán (más de 576), Arabia Saudí (más de 196), Egipto (más de 24) e Irak (más de 11). Sobre el gigante asiático no se tienen cifras exactas, pues el país mantiene un gran secretismo en torno a esta cuestión por considerarla secreto de Estado, razón por la cual el total de ejecuciones que se realizaron durante 2022 es significativamente mayor.
Respecto a las condenas a muerte, desde Amnistía Internacional apuntan un ligero descenso sobre la cifra global de 2021, que cerró con un registro de 2.052. En total, se recabaron al menos 2.016 casos en 52 países, entre los que se encuentran Egipto (538), Bangladesh (más de 169), India (165), Vietnam (más de 102), Yemen (más de 78) y Nigeria (77), entre otros.
La pena de muerte se trata de una violación del derecho y normas internacionales. Así pues, se realizaron ejecuciones públicas en países como Afganistán o Irán. En este último, además, se tiene constancia de que, al menos, cinco personas ejecutadas eran menores de 18 años. En países como Estados Unidos, Japón o Maldivas, se condenaron a muerte a personas con discapacidad mental o intelectual.
Los métodos más empleados
Entre los métodos empleados durante 2022 para ejecutar las condenas a pena de muerte estuvieron la decapitación, el ahorcamiento, la inyección letal y el empleo de armas de fuego. "El método más utilizado a nivel global es la inyección letal, aunque no hay que olvidar que en algunos países como Arabia Saudí se ha utilizado, incluso, la crucifixión", explica Carlos de las Heras, portavoz de Amnistía Internacional.
"Tampoco hay que dejar de lado el ahorcamiento, que es la forma más usada en Irán. También está la electrocución o silla eléctrica y el pelotón de fusilamiento. Si bien es cierto que muchos de ellos no se han aplicado en los últimos años, no está lejos su uso y se siguen contemplando a nivel legal", continúa. En la mayoría de ocasiones, estos sistemas responden a cuestiones de tradición y cultura.
Dentro del horror, este tipo de violación de los derechos humanos está cada vez más señalado por una opinión pública concienciada. "La población se ha dado cuenta de la crueldad que entrañan estos métodos, al igual que las autoridades, que eligen aquellos menos agresivos para las víctimas, como la inyección letal", detalla De las Heras. Sin embargo, continúa, "todos deberían desaparecer".
En este sentido, el crecimiento del movimiento abolicionista es cada vez mayor. ''La pena de muerte es irreversible y conlleva errores. No se puede descartar nunca el riesgo a ejecutar a personas que pueden ser inocentes. Aquí el caso más claro es, por ejemplo, en Estados Unidos'', cuenta.
De las Heras hace referencia a las 150 personas condenadas pena de muerte, quienes tuvieron que ser absueltas posteriormente, pues se demostró su inocencia. Sin embargo, "en algunos casos, estas absoluciones llegan tarde, con lo cual se ejecutaron a personas libres de culpa". Además, como señala el portavoz, "tampoco es un mecanismo que disuada contra el crimen".
"En numerosas ocasiones, gobiernos y autoridades argumentan que la pena de muerte es un arma para luchar contra el crimen, el terrorismo o contra la delincuencia, pero esta postura y argumentos han sido desmontados y desacreditados en muchas ocasiones", detalla.
A estas razones de ineficacia, cabe sumarse el hecho de que suele ser empleada en sistemas de justicia poco imparciales; pues se usan pruebas obtenidas bajo tortura. Además, frecuentemente se aplica sobre personas de entornos socioeconómicos desfavorecidos o pertenecientes a minorías raciales, étnicas o religiosas, y es utilizada como un arma de persecución política.
Instrumentos internacionales
Estas son algunas herramientas legales que prohíben el empleo de la pena de muerte en el mundo:
- Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, destinado a abolir la pena de muerte.
- Protocolo número 6 al Convenio Europeo de Derechos Humanos, sobre la abolición de la pena de muerte, y Protocolo número 13 al mismo Convenio, sobre la abolición de la pena de muerte en todas las circunstancias.
- Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la pena de muerte.
- Protocolo a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de las Mujeres en África. Este documento prohíbe la pena de muerte para mujeres embarazadas o lactantes.
- Convención Americana sobre los Derechos Humanos.