El año de extremos que ha vivido España en 2023 o los lúgubres pronósticos que se auguran sobre el Mediterráneo a corto plazo no son realidades aisladas. Ambas muestran que el cambio climático está volviendo cada vez más inhabitable nuestro planeta. Ante esto, las medidas de mitigación son ya una obligación necesaria, pero el último informe del Observatorio Europeo de la Neutralidad Climática (ECNO) asegura que en algunos países del bloque aún son insuficientes.
España, Italia, Suecia, Países Bajos y Hungría. Esos son los cinco países señalados en el documento del ECNO —el organismo de control independiente del net zero— por estar llevando a cabo políticas climáticas "insuficientemente detalladas e incoherentes" en algunos de sus apartados. Las conclusiones del informe llegan un mes después de que la Comisión Europea publicara su evaluación de los borradores que han presentado los Gobiernos europeos para actualizar sus respectivos planes de energía y clima.
A raíz de esto, el observatorio ha detectado brechas de transparencia importantes en los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) de los Estados del bloque. Cuando se hacen bien, estos proyectos proporcionan información muy valiosa sobre las medidas de mitigación que están implantándose en una década de crisis como la actual. Pero si se hacen mal o su redacción es contradictoria, también pueden servir como una cortina de humo capaz incluso de impulsar inversiones perjudiciales para las metas climáticas a largo plazo.
El nuevo PNIEC español, a examen
En el año 2020, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico presentó a Bruselas su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) con el objetivo de establecer metas claras sobre el desarrollo de la energía limpia, la reducción de las emisiones y la ampliación de la soberanía energética. En junio de 2023, el Gobierno revisó al alza los objetivos del proyecto y lo actualizó, ampliando las metas en materia fotovoltaica y eólica.
Pese a las ambiciosas propuestas del Ministerio, el Plan de Energía es uno de los documentos señalados en el informe del ECNO. Los sectores donde más se acentúa la brecha de transparencia son la agricultura, la silvicultura y el uso del suelo; y sobre todos ellos, los edificios. Este último apartado es, con diferencia, el peor valorado en el informe.
Los expertos apuntan a la falta de transparencia del plan climático especialmente en materias como la del hidrógeno renovable. En este caso, por ejemplo, lo que se critica es que mientras las estimaciones basadas en las cifras del PNIEC y la estrategia del hidrógeno sugieren un aumento de las exportaciones potenciales, el propio proyecto del PNIEC habla de la necesidad de impulsar las importaciones.
La segunda carencia tiene que ver con la captura y el almacenamiento de carbono. El informe recuerda que nuestro Plan declara que España necesitará desarrollar tecnologías de captura de CO2 a largo plazo solamente de forma limitada. "Para lograrlo, el país necesita realizar reducciones más profundas" en otros sectores más allá del industrial, lo que puede ser, aseguran, "difícil de lograr".
El Observatorio Europeo de la Neutralidad Climática afea la "incoherencia" que supone que el borrador español no revele detalles más claros sobre sus estrategias en relación con esto, al tiempo que "tampoco descarta claramente el uso de la tecnología, lo que sugiere una planificación de baja calidad" que comparte con otros países del bloque como Suecia.
Desde el Global Strategic Communications Council (GSCC) señalan al respecto que "el PNIEC carece de planes concretos de reducción de 12,9 millones de toneladas de dióxido de carbono para 2030". Esto corresponde a una "falta de transparencia sobre el 14% de las reducciones previstas entre 2021 y 2030", aseguran en vista de la metodología utilizada por los autores del estudio.
La evaluación de Bruselas
El informe del ECNO complementa la evaluación de la Comisión Europea a los borradores de los países del bloque. En todos ellos, no solo en España, Bruselas señalaba que "existe una clara necesidad de realizar esfuerzos adicionales" y aportaba recomendaciones para cada una de las 21 capitales que presentaron sus programas a tiempo para la evaluación.
Tanto el ECNO como la Comisión han pedido a los Estados miembros que mejoren la calidad y la coherencia de sus formulaciones para garantizar que se cumplen los objetivos marcados en esta década tan crítica de acción por el clima. Y tienen seis meses para hacerlo. La presentación final de los NECP está prevista para el 30 de junio de 2024.
Hasta entonces, a España le queda pendiente explicar con más detalle cómo va a subsanar los vacíos de transparencia en los ámbitos anteriormente citados. También deberá, siguiendo los reclamos de la Comisión Europea que también recuerdan desde el GSCC, "detallar con más detalle" cómo va a afrontar retos como el de la pobreza energética, el cese de los subsidios a los combustibles fósiles o el establecimiento de áreas de "aceleración" para la implementación de parques eólicos y fotovoltaicos.
También hay aspectos positivos
Pero al margen de todo esto, no todo es malo en el examen al nuevo borrador por parte del Ejecutivo comunitario, puesto que este también destaca positivamente varias fortalezas del PNIEC. Entre ellas, aprecia que el plan incluya "medidas para fortalecer la seguridad del suministro energético" y "objetivos ambiciosos para la producción de gases renovables".
Asimismo, la Comisión aplaude que la hoja de ruta española señale "vulnerabilidades y riesgos climáticos relevantes que afectan el logro exitoso de los objetivos, metas y contribuciones en materia de energía y mitigación climática", así como el sistema de cogobernanza con distintas administraciones y una "amplia participación" de empresas, instituciones y ciudadanía que sirve como muestra del compromiso generalizado en España con el cumplimiento de las metas de 2030.
Y es que nuestro país es uno de los Estados miembros que actualmente tiene una contribución al desarrollo de las energías 'verdes' por encima de la media de la UE. Pese a que nuestro avance es más lento en lo que a descarbonización se refiere, España figura entre los 10 países con mejor comportamiento en esta materia y aspira a que el 81% de la generación eléctrica sea renovable dentro de 6 años.