Solamente el 13% de los humedales censados en inventario del Miteco se encuentra en buen estado. La Fundación Global Nature ha aprovechado el primer día de la conferencia internacional sobre humedales, que arrancó el 14 de febrero en Valencia, para presentar su informe Zonas húmedas y sus amenazas, donde hace una radiografía del estado de los humedales en el territorio español. Uno de sus delegados ha ejemplificado la situación con el caso de estos hábitats de Doñana: no se ha actualizado en el catálogo oficial pese a la grave crisis que sufre.
Estas zonas de transición entre los ecosistemas terrestres y los ecosistemas acuáticos, que no llegan a ocupar ni el 8% del planeta, están entre las más amenazadas del planeta. Se estima que desde el 1900 se han perdido alrededor del 70% de todos los humedales y, un estudio reciente, sugiere que se ha perdido una superficie de 3,4 millones de km², equiparable a la India. Y más del 40% se ha concentrado en cinco países: EE.UU., China, India, Rusia e Indonesia.
Estas son las estimaciones pormenorizadas más exactas, extraídas del estudio Extensive global wetland loss over the past three centuries, publicado por un amplio grupo de investigadores con Etienne Fluet-Chouinard, del Instituto de Ciencias Atmosféricas y Climáticas, ETH Zúrich (Suiza). Tal como expresó Nicholas J. Murray en un artículo de opinión para la revista Nature hace un año, "la cuestión de qué incluir en los esfuerzos para estimar la pérdida de humedales se ha resumido elocuentemente '¿hasta qué punto la humedad es suficiente?'".
La propia categoría de humedal no está estandarizada: hay humedales cuyo nivel de agua varía enormemente, a lo que suman otros factores que socavan sus crecidas y aceleran su desaparición. Entre ellas se encuentran el desarrollo de infraestructuras, la conversión de los suelos, la extracción de agua, la eutrofización y la contaminación, la recolección excesiva y sobreexplotación, y la introducción de especies invasoras, son los principales factores detrás de la desaparición de este tipo de hábitats.
"Hay humedales que están muy bien delimitados por el tipo de humedal que es, pero otros son humedales estacionales que pueden encharcarse según la pluviometría unas pocas hectáreas o llegar a cientos o miles de hectáreas", detalla Eduardo De Miguel, presidente de la Fundación Global Nature, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL. Esta es una característica que se puede ver en el clima mediterráneo.
Los humedales son uno de los ecosistemas que más CO₂ son capaces de almacenar. En rueda de prensa, De Miguel ya había subrayado la importancia de los humedales para la compensación de la huella de carbono, la hídrica y la de biodiversidad: "Son los únicos ecosistemas que nos permiten compensar a la vez estas tres grandes huellas que generamos con nuestra actividad económica habitual”.
4.415 puntos fantasma
El mismo problema se puede extrapolar a España, el tercer país del mundo en número de humedales de importancia internacional. Las autoridades españolas se comprometieron en 1989 a elaborar un inventario nacional sobre los humedales del territorio para conocer su evolución y poder protegerlos. Los resultados, más de 30 años después, no han sido muy fructíferos. O al menos eso es lo que sugiere el informe de la Fundación Global Nature.
Según la catalogación de esta entidad, el Inventario Español de Zonas Húmedas (IEZH) recoge "como mucho dos de cada diez humedales". Esta falta de información sobre el estado real de los humedales influye en la capacidad de respuesta de las administraciones para paliar las externalidades que afectan a su conservación. "La primera dificultad para conservar los humedales reside en que España no sabe exactamente los que tiene ni su situación", recalca el documento.
Otro de los problemas es que las comunidades autónomas no hacen los deberes. 19 años después de la creación de este censo de humedales, refleja el informe, "solo 9 Comunidades Autónomas han aportado sus datos" y hasta enero de 2023 el inventario nacional daba cuenta de 871 conjuntos de humedales repartidos en 1.352 puntos.
Un número al que se le pueden añadir los 4.415 puntos de las cinco CC. AA. que ya tienen inventario propio, pero que no lo han trasladado al nacional, sumando un total de 5.767 puntos. Se tienen en cuenta los humedales reconocidos en otros inventarios e informaciones, como los reconocidos en inventarios autonómicos no aportados al catálogo nacional, los que figuran en otro tipo de inventarios oficiales presentes y en catálogos del pasado reciente y los que han aparecido de forma más o menos oficiosa en diversas informaciones.
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En una estimación más generosa, contenida en el informe La situación actual y perspectivas de conservación y restauración de los humedales españoles hasta 2030, publicado el pasado 2 de febrero por el Ministerio para la Transición Ecológica, el territorio español "cuenta con un patrimonio de al menos 2.000 humedales".
"Hay una dejación por parte de las funciones y la demarcación del dominio público hidráulico", denuncia De Miguel. A lo que añade que las comunidades autónomas "no realizan inventarios correctos". Y cita como ejemplos a Extremadura, Canarias o Cantabria, en las que “no está ni publicado un inventario”, pese a ser de obligado cumplimiento desde 2004, tal y como establece el Real Decreto 435/2004. La Fundación Global Nature cuenta con un mapa interactivo donde localiza todos los puntos cartográficos donde hay humedales.
Doñana, al límite
La gran preocupación de los últimos años ha sido el Parque Nacional de Doñana, que se encuentra en la desembocadura del río Guadalquivir. Es el humedal más importante de Europa Occidental, con 543 km² de superficie protegida y uno de los hábitats más importantes para las aves acuáticas nidificantes e invernantes, así como especies raras, endémicas y en peligro de extinción. La sequía y la sobreexplotación hídrica están afectando negativamente los humedales de este parque emblemático.
Desde hace más 20 años, los científicos españoles vienen advirtiendo del riesgo que plantea el crecimiento urbano y agrícola para la zona. Este espacio, al igual que las Tablas de Daimiel, forma parte de la Lista de Montreux de Humedales Amenazados, que forma parte del Convenio Ramsar, conocida coloquialmente como la lista negra de los humedales.
El coordinador de humedales de la misma oenegé, Antonio Guillem, destacó ayer en rueda de prensa que Doñana, oficialmente, "no ha cambiado su estado, pese a la grave crisis que sufre". Esto pone en evidencia la limitada capacidad de las administraciones para evaluar el estado de conservación de los humedales.
Este espacio natural registró en 2023 sus peores cifras en cuanto al número de aves invernantes y al incremento de la temperatura media, según un informe de la Estación Biológica de Doñana. El termómetro, de media, es casi un grado con respecto a 1990, mientras se ha constatado la desaparición de los humedales de carácter permanente.
En declaraciones a EL ESPAÑOL, De Miguel ha explicado que el informe que se ha presentado "es el mínimo de humedales que deberíamos del que deberíamos partir". Y confía en que pueda servir a las administraciones para actualizar el IEZH y para crear planes de actuación ante la crisis hídricas que asolan a los humedales. "Es fundamental sedimentar el conocimiento que tenemos de estos humedales y mejorar los indicadores que podamos tener de biodiversidad, de inundación o de calidad de aguas para poder actuar sobre ellos", concluye.