Los seres humanos cada vez vivimos más y mejor. De hecho, desde 1900, la expectativa de vida promedio mundial ha aumentado más del doble gracias a las mejoras en la sanidad, en la higiene pública y en la alimentación. En 1960, cuando las Naciones Unidas comenzaron a recoger datos globales, el promedio de vida era de 52,5 años. Hoy en día, la esperanza de vida al nacer ya es de 72 años. En muchos lugares como Okinawa o Nicoya, además, es normal que las personas alcancen los 100 años de vida.
Sin embargo, a pesar de todos estos avances, los seres humanos no estamos ni cerca de ser los animales más longevos de la Tierra. Por poner un ejemplo, la famosa tortuga gigante de Seychelles Jonathan, el animal terrestre más longevo, tiene unos 190 años —aunque podría tener más de 200, ya que no existe un registro oficial de su nacimiento—. En la actualidad, vive plácidamente en la Plantation House, en la isla Santa Elena.
Pero Jonathan tampoco está entre los cinco animales más longevos del mundo. Los verdaderos campeones de la longevidad suelen vivir en el agua y, a menudo, a grandes profundidades, donde las condiciones son extremadamente estables. El difícil acceso a estos lugares hace que sea difícil registrar el nacimiento y la muerte de cada miembro de una especie, por lo que normalmente los científicos estiman la esperanza de vida máxima de una especie con base en lo que se sabe sobre su biología.
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Quahog oceánico (más de 500 años)
Los quahog oceánicos o almejas de Islandia se encuentran entre los organismos más longevos del mundo. Esta especie de molusco bivalvo marino vive en el Atlántico y pueden vivir más de 400 años. Una almeja quahog oceánica hallada en 2006 frente a las costas de Islandia tenía 507 años, según el Museo Nacional de Gales (Reino Unidos).
La antigua almeja, que recibió el apodo de Ming, nació en 1499 —cuando gobernaba la dinastía Ming en China (1368-1644)— y murió en 2006. Su edad, explican desde la oenegé Ocean Conservancy, se calculó contando las líneas de crecimiento anual en el caparazón.
Coral negro (más de 4.000 años)
Los corales son exoesqueletos de invertebrados llamados pólipos. Estos se multiplican y reemplazan continuamente, creando una copia genéticamente idéntica, lo que hace que la estructura del exoesqueleto del coral crezca cada vez más.
La esperanza de vida estimada para una colonia de coral negro es de 70 años. Sin embargo, en marzo de 2009 se descubrió una especie de coral negro de aguas profundas y los científicos estimaron que tenía alrededor de 4.256 años.
Esponjas de vidrio (más de 10.000 años)
Las esponjas de vidrio de la clase Hexactinellida son animales que se encuentran en las profundidades del océano. La mayoría de las esponjas de vidrio, tal y como explican desde la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, viven adheridas a superficies duras y consumen pequeñas bacterias y plancton que filtran del agua circundante.
Un estudio de 2012 publicado en la revista Chemical Geology estimó que una esponja de vidrio perteneciente a la especie Monorhaphis chuni tenía unos 11.000 años. Otras especies de esponjas pueden vivir incluso más tiempo.
Turritopsis dohrnii (potencialmente inmortal)
La Turritopsis dohrnii es una medusa potencialmente inmortal que vive en aguas marinas de todo el mundo. Con tan solo unos 4,5 mm cuando son adultos, estas pequeñas y transparentes criaturas tienen una extraordinaria habilidad de supervivencia: son capaces de dar al botón de reset cuando se encuentran ante el peligro. Según explican desde el Museo Estadounidense de Historia Natural, en respuesta al daño físico o incluso al hambre, dan un salto atrás en su proceso de desarrollo y se transforman nuevamente en un pólipo.
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La colonia de pólipos nacida de nuevo eventualmente brota y libera medusas que son genéticamente idénticas al adulto lesionado. Por ello, desde que se observó por primera vez este fenómeno en la década de 1990, la especie ha pasado a ser llamada la ‘medusa inmortal’.
Hidra (potencialmente inmortal)
La hydra (más comúnmente conocida como hidra) es un grupo de pequeños invertebrados con cuerpos blandos que se parecen ligeramente a las medusas y tienen el potencial para vivir eternamente, señalan desde la revista Live Science. Estos invertebrados están formados en gran parte por células madre, que se regeneran continuamente por duplicación o clonación, por lo que no se deterioran a medida que envejecen.
Por tanto, en el caso de que no existieran amenazas como depredadores o enfermedades, estos animales podrían estar regenerándose para siempre, lo que las hacen potencialmente inmortales.