10:30 de la mañana. El sol ilumina el aparcamiento Soto de las Juntas (Rivas-Vaciamadrid), donde ya se congregan decenas de voluntarios remangados y más que preparados para la faena. Para algunos es la primera vez que se animan a participar en las salidas organizadas bajo la iniciativa Limpia Ríos, Salva Océanos de Biotherm, Ecoalf y Proyecto LIBERA. Una breve reunión, doble protección con guantes de vinilo y de protección y bolsas de basura y ¡al lío!
Dos voluntarias de Ecoalf se obcecan con un árbol que ha quedado cubierto en su totalidad por una capa de toallitas, bolsas de plástico y otros tejidos, como si hubieran soldado a la superficie del tronco y las ramas. Empiezan a tirar, siguen tirando, y al final sostienen colgando la red de basuraleza que depositan enrollada en una bolsa de basura. Otras empiezan por lo que tienen bajo sus pies: ramas de que han sido cubiertas de un poco característico blanco nuclear.
Y bingo: "¡He encontrado un condón usado!", exclama uno de los voluntarios. A otro se le escucha decir: "Y yo unas bragas". El ambiente es jovial y, desde luego, los piques estaban asegurados. La voluntaria Krystina Kulsha (25 años), de Ecoalf, cuenta que es la primera vez que se anima a formar parte de esta actividad. "Me hace especial ilusión porque vengo mucho por aquí a esta zona a observar a los pájaros", dice.
Aunque lo más frecuente es toparse con toallitas desechables, bastoncillos, compresas o tampones, el plástico también llega al río Manzanares: es el caso de la red que Kulsha retiró (con mucho éxito, y cuidado) de un árbol doblegado por la corriente fluvial durante las avenidas. Si se escarba debajo del manto de toallitas se puede incluso encontrar pequeños fragmentos de plástico de botellas o etiquetas de productos envasados.
"Una pistola cargada"
Alberto Remacha Medina, ornitólogo, ambientólogo y coordinador del Proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife y Ecoembes, ejerció de capitán animando a los voluntarios a continuar con la recogida, suministrando bolsas y accediendo a las zonas más engorrosas. Al fin y al cabo, era quien más experiencia tenía en esta acción. Forma parte del minúsculo grupo de veteranos que coordinan la labor de los voluntarios de las empresas participantes y de las familias que se animan a limpiar sus ríos.
La mayoría de estas acciones se han concentrado en limpiar la zona del río Jarama, pero como ha explicado Julia de la Fuente, directora general de Biotherm para España y Portugal, "con el paso del tiempo hemos ido ampliando a otros ríos de la comunidad, como el Henares o el Manzanares". Se dieron cuenta de que eran ríos "que atravesaban muchos kilómetros" y que "están expuestos a múltiples agresiones ambientales, desde la extracción de agua a la contaminación agrícola", añade.
La entidad que dirige colabora con Ecoalf desde noviembre de 2020 —cuando se da pistoletazo de salida al proyecto— y son sus voluntarios quienes suelen frecuentar las acciones de limpieza. En ocasiones también cuentan con la asociación de otras empresas y sus empleados. Hasta el momento, se ha reunido a más 2.700 voluntarios en 70 limpiezas en un total de 54 hectáreas, consiguiendo recoger más de 24.000 kg de basura.
"Lo más inusual que hemos encontrado ha sido una pistola cargada", señala Remacha. A eso hay que añadir bolsas de marihuana, lavadoras, y hasta es digno mencionar el triciclo que se encontró el influencer y embajador masculino de Biotherm, Miguel Bernadeau, enterrado en la tierra y medio tapado por ramas y hojas caídas en el cauce del río Jarama, a la altura de San Fernando de Henares.
Las toallitas son lo que más se concentra en el cauce del río. Este tipo de residuos "no están compuestos solo de celulosa", sino que tienen microfibras de plástico que acaban enredándose en la vegetación del río. Y solo una pequeña parte de estos fatbergs —o monstruos de toallitas— se pueden percibir desde el exterior. El resto se hunde hasta el fondo y acumula. Un efecto de esta acumulación es que se atasque el caudal, lo que provoca que aumente la temperatura del agua, con el consiguiente deterioro del ecosistema.
Remacha echa la vista hacia atrás y recuerda que una ocasión lograron acumular en sus bolsas una tonelada de basura. Y solo tardaron 3 horas en conseguirlo con la colaboración de 20 personas. En esta jornada, con un tiempo de recolección más ajustado por la visita de la reina Sofia, la cincuentena de participantes lograron recoger 504,5 kg de residuos.
Una casa de pájaros tapizada con toallitas
Mientras la reina Sofía liberaba una rama del residuo de celulosa y plásticos que la revestía, Remacha vio la oportunidad de hacer una visita a la fauna de la zona descolgando una casa para pájaros. Al descubrir su interior el ornitólogo y la emérita vieron que las aves habían tapizado el interior de la estructura de madera con un manto de toallitas.
En ocasiones utilizan estos residuos para su beneficio; la norma, por desgracia, entraña inconvenientes que afectan a su supervivencia. Cuando no los ingieren accidentalmente hasta desfallecer, sirven como barrera para su alimento. Muchas especies se alimentan de gusanos que encuentran cavando el suelo con sus picos. Esto es algo cada vez más difícil con la cantidad de residuos que recubren el sustrato. "Levanté una vez la capa de toallitas y el suelo estaba lleno de lombrices y humedad; los pájaros volaron rápidamente a alimentarse en ese metro cuadrado", señala Remacha.
Durante un intermedio para tomar un respiro, y tras limpiarse el sudor y quitarse los guantes, Remacha reconoce que las acciones de limpiezas y restauración de ecosistemas enmarcadas en Limpia Ríos, Salva Océanos no consisten simplemente en "juntar a muchísima gente para intentar limpiar lo más posible", sino que la parte más importante radica en la sensibilización. La campaña ya acumula cuatro años cosechando basuraleza. "La sensibilización va muy largo plazo, se notan los efectos.
"Un enfoque práctico"
Un dato que predican los responsables y que queda grabado en la mente de todos aquellos que oyen hablar de la iniciativa es, como expresa De la Fuente, que "el 80% de esta basura tiene su origen en el interior terrestre y llega a lo largo del curso de los ríos". Se ha documentado el tipo de residuos urbanos más frecuentes que acaban en los mares: botellas de plástico, bolsas de plástico, envases y recipientes de alimentos, incluidas pajitas y cubiertos, así como toallitas húmedas.
La tripla de entidades organizadoras —Biotherm, Ecoalf y Proyecto LIBERA, de SEO/BirdLife y Ecoembes— adopta "un enfoque eminentemente práctico". Se recogen residuos, que no deja de ser una manera de mitigar el impacto de los desechos domésticos en los ecosistemas acuáticos y en la vida que alojan. Pero esto no resuelve el problema inicial: ¿por qué llegan en primer lugar y quién los introduce?
La respuesta es más sencilla de lo que parece. Como ya informó ENCLAVE ODS, en época de fuertes lluvias el sistema vierte las aguas residuales hacia los ríos para evitar roturas o desbordamientos en las ciudades. Es decir, somos nosotros quienes siguen ahogando los ríos.
Por eso, se aproximan al problema desde 3 ángulos. El primero tiene que ver con el conocimiento y la investigación. "Hay que entender cuál es la tipología de los residuos y su volumen en cada municipio o río", detalla De la Fuente. De la parte más técnica se encarga LIBERA, que es el colectivo que recoge las bolsas de basura, las categoriza y suministra a los municipios para su tratamiento en las plantas de gestión residuos.
La prevención es el segundo principio vertebrador de Limpia Ríos, Salva Océanos. Se organizan jornadas en colegios y otros centros educativos para educar y que conozcan el daño medioambiental que supone una acción tan simple como tirar toallitas por el inodoro. Y el tercero, la participación. "A través de los grupos de influencia tanto de Biotherm como la Fundación Ecoalf y los ayuntamientos, ponemos a disposición de los interesados un calendario de limpiezas que se pueden ver online", recalca De la Fuente.
"Hay algunos residuos que pueden ser reutilizados y que pueden tener una segunda vida y que se pueden usar para prendas o para crear nuevos envases. Y hay otros que tienen que entrar dentro del plan de desechos, pero siempre se trabaja para evitar que llegue de nuevo al cauce del río o que desemboquen en el mar", concluye la directora de la firma de cosmética del Grupo L'Oréal.