"El 82% de los subsidios para la agricultura de la Unión Europea apoyan la producción ganadera altamente contaminante". Así de rotundo es el último estudio publicado en la revista científica Nature Food el lunes 1 de abril.
Basado en un análisis de los datos de los beneficiarios de la Política Agraria Común (PAC) en toda la UE, recabados a través de la Farm Acountancy Network de la Comisión Europea, la investigación de Anniek Kortleve y su equipo asegura que las emisiones de gases de efecto invernadero de la ganadería europea son "más altas de lo que se pensaba".
Para llegar a la conclusión de que los subsidios de la PAC, tal y como están planteados, van a parar a los mayores contaminantes ganaderos de la UE, los autores del estudio cruzaron los datos ya mencionados con los de la base de datos FABIO, que lleva un registro de los inputs y outputs de biomasa generada por la agricultura y la alimentación desde 1986 hasta 2013.
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Tras el análisis de los datos, los autores llegaron a la conclusión de que, en 2013, el 82% de los fondos de la PAC se destinaron a la ganadería. De ellos, el 38% fue de manera directa y el 44% fueron adjudicados a la producción de alimentos para el ganado.
Según asegura Kortleve en el estudio, "una vez que se tuvo en cuenta el alimento para animales, se llegó a la conclusión de que la intensidad de la subvención (en euros por kilogramo) para los alimentos de origen animal casi se duplicaba". Esos alimentos de origen animal, insiste, "están asociados con el 84% de los gases de efecto invernadero emitidos por la producción de alimentos en la UE, a pesar de suministrar solo el 35% de las calorías y el 65% de las proteínas consumidas en la Unión en ese mismo año".
Los autores concluyen su estudio diciendo que a pesar de que la PAC no "presenta los productos de origen animal como deseables" sí que se presenta como "un desincentivo económico" para transformar el sistema alimentario europeo. Esto, dicen, lo hace a través del apoyo indirecto a una producción de alimento destinado a la ganadería en detrimento de las dietas humanas basadas en productos vegetales.
La dirección "más verde"
Tal y como recuerdan los autores del estudio, el sistema alimentario mundial es responsable directo de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero globales. Además, "ocupa la mitad de la tierra habitable y utiliza más de cuatro quintos del agua consumida a nivel global".
Kortleve y su equipo insiste, además, en que los objetivos marcados por el Acuerdo de París, que busca mantener el aumento de temperatura global por debajo del grado y medio respecto a la era preindustrial, se verá "frustrado" solo por las emisiones actuales del sistema alimentario.
La PAC, dicen los autores, es "clave" para "marcar el rumbo de la agricultura" para que sea más respetuosa con el medioambiente y "se aleje de las dietas basadas en animales". Algo que, apuntan, es esencial para mitigar el cambio climático.