Si se toma una fotografía de un aula con 30 niños y niñas, es probable, por estadística, que 9 de ellos estén sufriendo acoso escolar. En ocasiones, este fenómeno comienza en clase, pero también continúa en casa, donde los mensajes agresivos a través de redes irrumpen en el día a día de los menores y perjudican su bienestar físico y emocional, así como el de su entorno más cercano.
Tal como se extrae del III Estudio sobre el bullying según los afectados, realizado en 2018 por la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación ANAR, los niños y adolescentes que sufren acoso escolar suelen tardar más de un año en pedir ayuda, y más de un tercio (34,2%) se lo oculta a sus padres. Esto lleva a que el 94% de los afectados desarrollen problemas psicológicos como ansiedad, depresión y miedo permanente.
Según los expertos, existen seis signos principales que pueden alertarnos sobre si un niño está siendo víctima de acoso escolar. Identificar estas señales a tiempo es fundamental para prevenir las graves consecuencias psicológicas que puede ocasionar el bullying en los niños y adolescentes.
Los seis síntomas clave
- Tristeza y decaimiento: Uno de los primeros indicadores a tener en cuenta es la presencia de tristeza persistente en el niño, así como un notable cambio en su estado de ánimo.
- Desinterés y apatía: La falta de interés en participar en actividades sociales o deportivas que solía disfrutar, así como la apatía hacia la escuela y las tareas escolares, pueden ser signos de que algo no anda bien.
- Ansiedad y estrés: Los niños que sufren acoso suelen experimentar altos niveles de ansiedad y estrés, y los manifiestan a través de cambios en su comportamiento, irritabilidad y dificultades para concentrarse.
- Falta de sueño y apetito: Problemas para conciliar el sueño, pesadillas frecuentes, así como una disminución en el apetito o cambios en los hábitos alimenticios pueden ser indicadores de que se está pasando por un momento difícil.
- Dolores de cabeza y estómago: Malestares recurrentes sin causa médica aparente, así como otros síntomas físicos inexplicables también podrían estar relacionados con el estrés y la ansiedad, o ser su excusa desesperada para no ir a clase.
- Peor rendimiento escolar: Cambios repentinos en las notas, falta de concentración y problemas para recordar información aprendida previamente son señales de alerta que no deben pasarse por alto.
Nuevos medios, nuevas agresiones
Hay expertos que aseguran que para que se pueda hablar de bullying este tiene que manifestase, al menos, durante seis meses. Otros indican que depende no solo de la duración, sino también de la intensidad, por lo que hablar de tiempo no es del todo correcto. Entre los motivos más comunes de las agresiones se encuentran aspectos físicos (64,6%) y acciones o palabras (56%). Además, estadísticas recientes muestran un descenso en las agresiones grupales, pasando del 72,6% en el curso 2021-2022 al 68,1% en el 2022-2023.
El V Informe sobre acoso escolar y ciberbullying: la opinión de los estudiantes reveló el año pasado que el 88,1% de los encuestados identifican insultos, motes y burlas como las formas de agresión más comunes. Se observa una notable disminución, casi del 20%, en otros tipos de violencia, como la difusión de rumores o las agresiones físicas hacia la víctima, lo que indica un cambio en las dinámicas: se ha reducido el acoso físico pero aumenta el psicológico.
Con la cada vez más temprana incursión de los menores en la red, el ciberbullying ha ganado terreno. Existen múltiples plataformas en las que acosar a las víctimas, y aunque esta forma de violencia ha disminuido ligeramente en los últimos dos años, es un foco al que prestar especial atención, ya que no son pocos los casos de hogares que han descubierto que sus hijos estaban en el bando de los acosadores al revisar sus teléfonos móviles. WhatsApp, Instagram y TikTok son los medios más utilizados.
Cuando su hijo acosa
¿Cómo se actúa ante la sospecha de que un pequeño está acosando a sus compañeros? Como ya explicamos en EL ESPAÑOL, suele ser una llamada del centro educativo la que alerta a los padres de que su hijo podría estar haciendo bullying a otros alumnos. Los expertos recalcan que es un error negarlo o minimizar la gravedad. En su lugar, hay una serie de pautas que pueden seguirse para abordar esta compleja situación, recopiladas ya en 2019 por Brains International Schools.
El grupo elaboró una guía que consta de cinco fases: lograr que el menor admita que está teniendo un comportamiento reprobable, comprender la situación —la mayoría suelen negarlo o culpan a sus víctimas—, resarcir los daños, encontrar las causas —suelen estar encadenadas; puede deberse a la influencia de malas amistades, falta de límites o incluso puede ser que se trate de un niño al que acosaron y ahora sea él quien esté practicando este rol— y controlar que no vuelva a repetirse.
En la mayoría de los casos, los acosadores son compañeros de clase (53,6%) o pertenecen al mismo centro escolar (en el 90,8% de las situaciones). La sensibilización de los padres es crucial en la lucha contra el acoso escolar. Y en los colegios, efemérides como la de hoy, Día Internacional Contra el Acoso Escolar, recuerdan la necesidad de realizar talleres de prevención en el aula e iniciativas de sensibilización sobre el uso de las redes sociales.
[Los 7 tipos del 'bullying' en España: la pesadilla que sufren los niños dentro y fuera del aula]
En colaboración con el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid y la Policía Nacional, Fundación Mutua Madrileña ha lanzado una nueva iniciativa: bajo el lema Podrías tenerlo delante y no darte cuenta, han publicado una serie de creatividades de insectos, peces y otras especies que se camuflan con su entorno. El objetivo de estas imágenes es alertar a los adultos sobre la importancia de estar atentos a la conducta de los pequeños para detectar posibles situaciones de acoso escolar.
Asimismo, la entidad ha estado trabajando en la lucha contra este a través del programa Acoso entre iguales, que surge enmarcado dentro de su acción social como vía de ayuda a las víctimas en la superación de los efectos del bullying en su salud mental. En colaboración con diferentes especialistas, ofrecen asistencia psicológica a los más pequeños y adolescentes que sufren acoso escolar.