Darle un respiro a los recursos hídricos de nuestro país (y de todo el planeta, ya que estamos). Esa sería la idea detrás del proyecto NICE, una investigación impulsada y liderada por CETIM, un centro tecnológico coruñés puntero en sus investigaciones sobre la reutilización del agua. Junto a ellos, trabajan incansablemente investigadores de 11 países distintos y 14 socios internacionales.
La labor de todos ellos, explica Rebeca Varela, responsable de proyectos europeos de CETIM —y especialmente del centro que representa—, es “conseguir que se pueda obtener agua para ser reutilizada en un contexto urbano”, valga la redundancia, “para usos urbanos”. Para ello, dice, exploran diferentes posibilidades, todas ellas inspiradas en el entorno.
“Lo que hacemos es conseguir que soluciones tecnológicas basadas en la naturaleza, como jardines de lluvia, fachadas verdes o techos verdes, consigan tratar el agua, limpiarla y eliminar contaminantes emergentes (de fármacos, productos cosméticos o de limpieza) para que se pueda reutilizar", indica.
Para conseguirlo, en CETIM proponen dos estrategias diferentes. Una sería la investigación de "materiales que van en el sustrato sobre el que se montan estas soluciones", explica Varela. Es decir, matiza, "donde se colocan las plantas". Estos, indica, serían "materiales naturales, como la fibra de coco o el biochar [carbón vegetal]" que, asegura, pueden "eliminar hasta un 90% de los contaminantes que está en el agua".
Pero además, desde el centro tecnológico gallego también trabajan "a escala de laboratorio" en una solución biotecnológica para reaprovechar las aguas grises de las ciudades. Su propuesta en este caso es "mejorar la capacidad que tienen ciertos microorganismos que ya están en los humedales naturales para degradar o para comerse a estos contaminantes emergentes que están en el agua".
El proyecto NICE, por tanto, bebe de la combinación de estas dos estrategias. "Los materiales y los microorganismos nos permiten eliminar estos contaminantes, reduciendo el impacto ambiental del tratamiento del agua para conseguir su reutilización y, de paso, los costes del tratamiento".
Porque, insiste Varela, una de las ventajas de las soluciones basadas en la naturaleza respecto a otras tecnologías de tratamiento de los recursos hídricos es la inversión necesaria, "tanto en implementación, es decir, a la hora de crear infraestructura, como de mantenimiento".
Un ciclo del agua circular
El aprovechamiento de un recurso vital como el agua, su circularidad y su sostenibilidad son, cuenta Varela, pilares de CETIM, que están impresos en su ADN. Al unir estos tres ingredientes, las soluciones basadas en la naturaleza se convierten en el paso lógico en su línea de investigación.
Lo que hacen desde el proyecto NICE, explica no es otra cosa que convertir el ciclo “lineal” del agua en “circular”. Y lo explica: “En las ciudades españolas y europeas tenemos muchísimos recursos hídricos de muy distintos tipos, desde el agua que sale del grifo hasta las aguas residuales, la lluvia, los ríos y lagos que puede haber zonas urbanas… y toda ella tiene que ser gestionada por las autoridades locales, los ayuntamientos y las empresas que proveen estos servicios”.
Varela continúa: “Al final, la manera tradicional de gestionar este ciclo del agua desde que la captamos, la potabilizamos, la usamos, se convierte en agua residual que se une en el sistema de alcantarillado y de drenaje urbano a la lluvia, luego se trata en las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) para eliminar los contaminantes y volver a verterla al mar, a ríos, etc., sin dañar al medio ambiente es lineal”.
Lo que pretende esta iniciativa gallega es, insiste, en “convertirlo en un ciclo circular en el que tengamos una entrada de agua, pero no una salida donde el agua se pierda”. En definitiva, el plan es “volver a reutilizarla para limpieza de nuestras calles, para riego en los jardines, para recargar cisternas…” y toda una serie de usos urbanos diferentes.
Eso sí, admite que "lo que no se plantea en el proyecto es el reúso para agua potable". Aunque, reconoce, "las soluciones basadas en naturaleza, normalmente combinadas con otras tecnologías, pueden llegar a alcanzar una limpieza del agua que permita su uso como agua potable", pero no está planteado aún en el proyecto NICE.
Agua para todo
La iniciativa liderada por el CETIM cobra una vital importancia en un contexto como el actual, en el que la escasez de agua y las sequías "ya no solo en periodos estivales, sino a lo largo de todo el año", ponen en jaque lugares como Barcelona. Aprovechar los recursos hídricos al máximo se torna, por tanto, indispensable.
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Pues cabe recordar que, según los datos del último Boletín Hidrológico semanas del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), las reservas de agua en nuestro país están a un 66,3%. Y en zonas como Andalucía, Murcia o Cataluña se encuentran al 31% y al 24%, respectivamente.
Teniendo en cuenta esta situación, asegura Varela, el proyecto NICE se creó ya "desde el principio" con la idea de "abordar todos los tipos de agua que puede haber en un contexto urbano" y no centrarse solo en el residual o de lluvia. Porque, cuantas más "fuentes" haya, más usos (nuevos) se les podrá dar: "Para los servicios de limpieza, usos para regadío no agrícolas (parques y espacios verdes urbanos), recarga de lo que sería aguas de cisterna…".
Algeciras, Talavera o Gdansk
Uno de los objetivos principales de este proyecto, explica Varela, es precisamente "demostrar a las autoridades públicas, a las empresas de servicios de aguas, a la industria en general, que este tipo de soluciones funcionan". Y para demostrarlo están ya desarrollando pilotos en hasta 11 ciudades de Europa, Egipto y Colombia.
Ahora, NICE se encuentra en una etapa crucial: "Todo lo que hemos desarrollado en la primera mitad del proyecto, donde nos encontramos ahora mismo, se va a validar o a testear en la realidad de las ciudades". Por ejemplo, en Gdansk (Polonia) se ha hecho un jardín de lluvia en la zona universitaria que "está recogiendo lluvia y tratándola para ser reutilizada en el mismo campus".
En Algeciras, por su parte, se está terminando de construir un parque público con implementaciones basadas en la naturaleza, y en Talavera de la Reina, en estaciones depuradoras. Esta validación en un entorno real servirá, precisamente, para "demostrar que es escalable, que funciona y también, a largo plazo, que el mantenimiento es económico", asegura Varela.
Además de estas, Vigo, Benalmádena, Madrid, Lyon (Francia), Turín (Italia), Aarhus (Dinamarca), Cairo (Egipto) y Pereira (Colombia) formarán parte de estos proyectos piloto de soluciones naturales para reutilizar las aguas grises urbanas.
Todo el despliegue de NICE se presentará en el próximo evento meetechSpain, organizado por la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), el próximo mes de junio en Madrid. Allí, explica Varela, quieren acercar las soluciones basadas en la naturaleza a políticos, funcionarios, empresas y a la ciudadanía en general. Porque, zanja, "funcionan, limpian el agua y esa agua se puede reutilizar". El futuro del proyecto está, por tanto, en desterrar mitos que hacen que las personas rechacen este tipo de recurso reciclado.