Verano, música, noches largas y potencialmente muy divertidas; la temporada de festivales está a la vuelta de la esquina. Pero también son eventos donde se arrejuntan muchas personas en localizaciones cada vez más idílicas con el impacto que eso tiene por transporte, energía y basuras. Y España es, tal como se ha podido saber del recién publicado informe Impacto económico en la industria de la música en directo', del OBS Business School, el mejor lugar para disfrutar de ellos.
En Lanzarote se celebra Sonidos Líquidos en un entorno tan maravilloso como frágil que combina música y artesanía local. Al lado del parque nacional Timanfaya se encuentra la finca La Geria, de la bodega del mismo nombre, que es reconocible por sus suelos volcánicos. El festival arranca el 8 de junio con artistas nacionales e internacionales que durante 10 horas tocarán entre los viñedos más asombrosos, con cata de vinos incluída.
Entre 1730 y 1736 hubo una gran actividad volcánica que dejó cubierta toda la zona de una costra de magma solidificado que evoca a un paisaje negruzco y lunar. Se cubrieron suelos fértiles donde se cultivaban trigo, cebada y otros cereales. Después de aquello, el ingenio de los agricultores descubrió que esa capa de ceniza volcánica solidificada —o picón, como lo llaman en Canarias— ayuda a mantener el agua en el suelo. Evita que la tierra pierda humedad durante el día —lo que se conoce como evapotranspiración— y la acumule en la noche.
Así, todo el entorno está lleno de hoyos que llegan hasta la tierra fértil a dos y tres metros de profundidad bajo la costra. También la rodean con un paravientos de piedra alrededor de la vid, formando un paisaje característico de Lanzarote con el patrón matemático de las colmenas, pero con semicírculos en lugar de hexágonos.
Sonidos Líquidos no olvida que está en un sitio exclusivo e intenta minimizar su impacto. Neftali Costa, director del festival, explica a ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL que la zona es un parque nacional con protección ambiental y además tiene otras figuras para la conservación de las aves. "Intentamos contaminar lo menos posible lumínica y acústicamente para no perturbar el entorno. Por eso elegimos junio; el resto del verano las aves están en época de nidificación". Ha sido nombrado como festival más sostenible en 2023, por segundo año, después de conseguirlo en 2020.
También, controlan el acceso de vehículos privados. Sólo se puede llegar hasta la finca, que está en medio de una carretera desértica, en taxis o guaguas —autobuses— que ponen el festival de forma gratuita desde todos los municipios de la isla y desde una lanzadera en el pueblo más cercano a unos 10 minutos del festival.
"Queremos atraer gente más allá de las islas y estamos desarrollando un seguimiento para ver de donde vienen los asistentes para que una vez calculado la huella de carbono lo podamos compensar", dice el director del festival.
Conciertos domingueros
Sonidos líquidos lleva sonando desde marzo en pequeñas bodegas. The Belingueo (del término histórico canario belingo, diversión o jolgorio) son conciertos íntimos en los que se vive la esencia del festival. Se han celebrado ya tres, y el siguiente y último antes del festival tiene lugar hoy, 18 de mayo, en bodegas El Grifo y animado por la banda de rock Colectivo Panamera, que también participará en la cita. Otros artistas que tocarán son Xoel López, Gusgus o Ale Acosta.
Estos conciertos domingueros se hacen en alguna de las bodegas de las marcas que comercializan los vinos que colaboran con el festival. Curiosamente, Canarias tiene una gran cultura enológica. La uva malvasía crece principalmente en Canarias y la Asociación de Viticultores y Bodegueros de Canarias (AVIBO) defienden conseguir la certificación de la denominación de origen protegida en el que atiendan factores de producción, tratamiento y distribución.
Los canarios siempre han buscado la forma más inteligente de tratar las aguas. No en vano, Lanzarote tuvo la primera desoladora en España en 1964. En el campo de la agricultura aprendieron a aprovechar los beneficios de la ceniza volcánica o la ingeniosa forma de condensar las nubes para conseguir agua. En las islas de Lanzarote y Fuerteventura prácticamente la totalidad del agua proviene de desaladoras.
La huella de los 'festis'
El esfuerzo que hacen para minimizar el impacto no es algo exclusivo del festival, aunque no todos los consiguen en la misma medida. De hecho, cuanto más grande es el festival, el impacto suele ser mayor. En 2023 se celebraron cerca de mil festivales en España, lo que hace que la huella sea significativa. Sin embargo, desde la Asociación de Festivales de Música (FMA) explican que intentan minimizarlo.
Sin embargo, no todo el impacto tiene que ser negativo. Paula Ráez, experta en sostenibilidad y cultura del despacho de abogados Gabeiras & Asociados, ha trabajado con FMA en la huella de muchos grandes festivales, explica: "Cualquier actividad económica tiene un impacto. Por eso lo que hay que tener es una responsabilidad a la hora de desempeñar las actividades".
Y añade que, en este caso, "el festival tiene que ser consciente y consecuente con los impactos ambientales que puede generar". Tanto negativos como positivos, como aquellos que "generan cohesión territorial, sentimientos de pertenencia o que favorecen el acceso a los derechos culturales".
En cualquier caso, las organizaciones cada vez están más atadas legalmente. Según Ráez la normativa es más rigurosa y exigente para todos los sectores, y el de cultura no iba a ser menos. La mayoría de los festivales ya se han adherido a programas para eliminar plásticos de un sólo uso, evitar el desperdicio de comida o promover los productos locales de kilómetro cero.
Ahora la nueva legislación hace referencia a asuntos como el agua limpia y crear un sistema de vasos retornables y reembolsables para los asistentes. Y cada vez más, hay festivales que incorporan estas medidas.