Jugar con los niños y niñas no es un trabajo, le decían a la doctora Maryan Aboucar sus colegas del hospital de Mayahi (Níger). Ella les explicaba que el juego forma parte del tratamiento, pero no les acababa de convencer. Esta falta de comprensión, sumado al hecho de ver morir a menores cada día a causa de la desnutrición, es lo que casi le hace tirar la toalla.
Recién salida del máster de Psicología Infantil, Maryam notaba cómo su ánimo decrecía a pasos agigantados hasta que un día un niño, al que había dado por perdido, le dijo con los ojos muy abiertos: “Mamá, quiero leche”. Estas tres palabras surtieron un gran efecto en la psicóloga: “Vi en su mirada las ganas de vivir y entendí que la lucha no termina hasta el último segundo”, explica aún emocionada al recordar la historia.
El pequeño salió del peligro y ella también, que desde entonces carga orgullosa con el sobrenombre de 'la mamá de los niños'. Sigue desarrollando su labor tratando miles de casos de desnutrición aguda al año en el centro de rehabilitación de Mayahi, apoyado por Acción contra el Hambre.
Esta región de Níger es una de las más azotadas por la inseguridad alimentaria. Los resultados de una encuesta nutricional realizada en 2022 revelaron que la desnutrición aguda se situaba en el 12,2%, con un 2,4% de menores que sufrían desnutrición aguda grave, prevalencia que sitúa al país por encima de la tasa de alerta de la OMS para la desnutrición y que constituye un riesgo permanente para la supervivencia de los niños y niñas, así como para su desarrollo físico y cognitivo.
Las causas se derivan de la pobreza, los conflictos, la degradación del medio ambiente, y las crisis climáticas que afectan directamente a la agricultura, de la que subsiste el 90% de la población. Solo el pasado año, Acción contra el Hambre en Níger proporcionó asistencia alimentaria a 41.391 personas; 55.790 niños y niñas menores de 5 años recibieron suplementos nutricionales en forma de harina enriquecida; 23.975 víctimas de catástrofes recibieron asistencia en forma de kits de alimentos (arroz, aceite) y 133.116 víctimas de catástrofes recibieron kits con artículos de aseo, saneamiento, higiene y otros artículos esenciales no alimentarios.