La Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA) y el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) ha emitido una nueva alerta de tormenta geomagnética, que lleva en la Tierra desde el miércoles 31 de julio y se prevé que se quede hasta el 1 de agosto.
Las tormentas geomagnéticas, también llamadas tormentas solares, son un fenómeno que ocurre cuando el Sol emite una gran cantidad de partículas cargadas y radiación electromagnética que interactúa con el campo magnético terrestre y la atmósfera superior de la Tierra.
Además de causar corrientes en la superficie terrestre, que pueden afectar a las redes eléctricas y las comunicaciones, este acontecimiento supone la aparición de uno de los fenómenos más aclamados a nivel mundial, y por los que millones de personas viajan a los países nórdicos: las auroras boreales.
Cuando las partículas y radiación de las tormentas geomagnéticas llegan a la Tierra, pueden interactuar con el campo magnético terrestre y causar diferentes efectos. Entre ellos, una corriente de partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, que salen disparadas del sol en todas direcciones, que da como resultado el cielo iluminado de color.
La Tierra es una víctima habitual de los efectos de una tormenta solar, y en el pasado los efectos llegaron a ser mucho más severos. En España, hace tan solo dos meses, concretamente el 10 de mayo, se contempló una de las mejores auroras boreales tras la explosión de una de las mayores tormentas solares que se recuerdan.
Estos últimos días de julio y el primer día de agosto, se cree que el fenómeno se puede repetir en Europa, pero con mucha menos intensidad en España. En concreto, los científicos prevén que llegue a la Tierra a lo largo del miércoles 31 de julio y que genere auroras boreales en latitudes medias, donde es muy poco habitual contemplarlas.
En qué lugares de Europa se verán las auroras boreales
Aunque las tormentas solares ocurren regularmente, la mayoría de ellas son de intensidad moderada y tienen un impacto limitado en la infraestructura terrestre. En Europa, estos días habrá lugares en los que se verá con mayor intensidad, como Escocia, Irlanda y partes de Inglaterra.
Sin embargo, la NOAA ha clasificado esta tormenta geomagnética con una intensidad G3, en una escala que va de G1 (la más leve) a G5 (la más severa). Esta intensidad podría permitir ver las auroras boreales en latitudes cercanas a los 50 grados en la madrugada del 31 de julio al 1 de agosto e incluso, que pueda verse en algunas zonas de España.
Al igual que el clima de la Tierra, el espacial es impredecible y difícil de pronosticar. Si bien las advertencias de tormentas geomagnéticas de este nivel son poco comunes, a veces pueden quedar en nada, explican desde National Geographic.
Para poder ver este fenómeno en el cielo, cabe destacar que es necesario estar en un punto con poca contaminación lumínica, así que no debe estar nublado ni la luna llena, tal y como pasa con otro tipo de acontecimientos como la lluvia de estrellas.
Desde España, lo ideal para disfrutar de este fenómeno es estar lo más al norte posible, a bastante altura con respecto al nivel del mar, aunque puede haber excepciones. Hay de varios colores y varía dependiendo la composición de la atmósfera y la altitud.
Por qué en España no se ven tantas auroras boreales
Las auroras boreales son un fenómeno que ocurre principalmente en las regiones cercanas a los polos magnéticos de la Tierra. Esto se debe a la forma en que el campo magnético terrestre interactúa con el viento solar, dirigiendo las partículas cargadas hacia las zonas polares.
España, ubicada en el suroeste de Europa y considerablemente al sur del círculo polar ártico, está fuera de estas regiones donde las auroras son más comunes y visibles, lo que explica el porqué es tan difícil verlas en el país, y que cuando aparezcan, tiendan a ser con una menor intensidad.
La probabilidad de ver auroras depende de la latitud geográfica. En las regiones árticas, como Noruega, Suecia, Finlandia, y partes de Canadá y Alaska, las auroras boreales son 'fáciles de ver' debido a su proximidad al polo magnético norte. En estos lugares, las líneas del campo magnético de la Tierra están más concentradas, lo que facilita que las partículas solares entren en la atmósfera y generen las auroras.
Para que una aurora sea visible en España, tendría que haber una tormenta solar excepcionalmente fuerte, capaz de expandir la oval auroral (la zona donde ocurren las auroras) hacia latitudes más bajas.