Calor extremo en la ciudad.

Calor extremo en la ciudad. iStock

Historias

Alerta de la NASA: estas son las provincias españolas donde dentro de 30 años no se podrá vivir por culpa del calor

Las altas temperaturas y el efecto invernadero harán imposible la presencia humana en algunas zonas de nuestro país. 

6 agosto, 2024 16:37

Los estragos del cambio climático no se están haciendo esperar. El último estudio en confirmado por la NASA, quien ha emitido un alarmante comunicado sobre las provincias de España que más sufrirán en unos años, hasta el punto de hacerse inviable su habitabilidad. 

Debido al aumento extremo de temperaturas, se estima que en los próximos 30 años, en provincias como Andalucía, Madrid o la Comunidad Valenciana, no podrán albergar ciudadanos debido al calor. Un aviso que realiza la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio sobre las devastadoras consecuencias del cambio climático

Urge tomar medidas drásticas contra este mal. Es una realidad que ya estamos sufriendo en nuestro día a día, pero la situación podría empeorar drásticamente en las próximas décadas. La NASA ha señalado que el aumento de las temperaturas globales está ocurriendo a un ritmo más acelerado de lo esperado, lo que tendrá un impacto severo en varias regiones del mundo, incluida España.

España en peligro

Según el informe de la NASA, titulado Too Hot to Handle: How Climate Change May Make Some Places Too Hot to Live, ciertas provincias españolas, en 2050, podrían afrontar temperaturas tan extremas que la vida en ellas será prácticamente imposible.

Las consecuencias de estas altas temperaturas serán devastadoras. Las olas de calor extremas, como la que Europa experimentó en 2003 y que se cobró más de 70.000 vidas, serán cada vez más frecuentes. De hecho, los expertos señalan que casi un tercio de la población mundial ya está expuesta a un calor extremo, potencialmente mortal, durante al menos 20 días al año.

Sol sobre un bosque seco.

Sol sobre un bosque seco. iStock

En España, este problema se acentúa debido al efecto de 'isla de calor urbana', donde las ciudades son significativamente más cálidas que las áreas rurales de los alrededores, debido a la concentración de edificios y asfalto que retienen el calor.

Madrid, con su densa población y actividad urbana, es especialmente vulnerable. Las olas de calor en la capital serán más intensas y prolongadas, afectando la calidad de vida y la salud de sus habitantes.

Por su parte, la Comunidad Valenciana y Andalucía, conocidas por sus veranos calurosos, verán un incremento aún mayor en las temperaturas, haciendo que las actividades al aire libre y el trabajo en ciertas horas del día sean casi imposibles sin que la salud se vea afectada.

¿Por qué una subida extrema de las temperaturas?

Este desorbitado aumento de las temperaturas se debe a múltiples factores, incluyendo el efecto invernadero causado por la acumulación de gases contaminantes en la atmósfera.

Este fenómeno atrapa el calor, elevando las temperaturas hasta alcanzar niveles peligrosos. La NASA advierte que las temperaturas globales de 'bulbo húmedo', que combinan el calor con la humedad, podrían superar regularmente los 35 grados Celsius en algunas regiones.

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Esto hace que el cuerpo humano no pueda enfriarse adecuadamente, llevando a un riesgo extremo de golpes de calor y otras complicaciones de salud. Si esto llega a suceder, de no tomar medidas drásticas, la vida en ciudades que llegaran a estas condiciones no sería posible.

La única solución

Frente a este preocupante panorama, es crucial que tanto los gobiernos como la ciudadanía actúen para mitigar el impacto del cambio climático. Las ciudades deben adaptarse implementando más espacios verdes que ayuden a reducir el efecto de isla de calor, mejorando la infraestructura para soportar temperaturas extremas y promoviendo políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

Además, la NASA recomienda invertir en sistemas de alerta temprana para olas de calor y desarrollar programas de salud pública que ayuden a las personas a prepararse y protegerse durante estos eventos extremos. Las políticas urbanas deben enfocarse en la creación de más áreas verdes, mejorar la ventilación en edificios y fomentar el uso de energías renovables.