Se estima que alrededor del 80% de los océanos están inexplorados por el ser humano. Sin embargo, son innumerables las especies animales que sí recorren esas sendas desconocidas para nosotros a diario. Y como la curiosidad mueve la ciencia, un grupo de investigadores australianos decidieron descubrir algunos de los secretos que el mar aún esconde.
En un artículo publicado el 7 de agosto en la prestigiosa revista científica Frontiers in Marine Science, un equipo de la Universidad de Adelaida (Australia), liderado por el experto en hábitats marinos Nathan Angelakis, confiesa que el conocimiento que tenemos actualmente del fondo del mar "es parcial".
Angelakis explica en la publicación que investigar los lechos marinos es "caro, requiere de condiciones meteorológicas concretas y es complejo por la profundidad y la situación remota de sus hábitats". Y, precisamente, por eso les motivó a llevar a cabo su investigación de una manera un tanto peculiar.
Lo que Angelakis y su equipo hizo fue colocar cámaras en varios individuos de león marino australiano (Neophoca cinerea). Los vídeos que consiguieron les han permitido identificar varios hábitats desconocidos hasta ahora.
Según el autor principal del estudio, "conseguir datos de movimiento y vídeo de depredadores bentónicos (como ostras o estrellas de mar) gracias a imágenes conseguidas por otros animales, como el león marino, es una forma realmente eficaz de cartografiar diversos hábitats bentónicos en grandes áreas del fondo marino".
Esta técnica, que no es nueva, ha ayudado al equipo australiano a conocer el hábitat de una especie en peligro como es el león marino australiano. Pero el científico asegura que, además, les está sirviendo para "mapear" zonas marinas "inexploradas" por el ser humano. Se pueden reconocer, así, las especies que viven en las profundidades desconocidas de océano. En este caso en concreto, del Pacífico que baña Australia.
Rastreo de leones marinos
Para llevar a cabo este proyecto, que ha contado con financiación del Gobierno australiano y de la Sociedad de Ecología de Australia, se 'reclutaron' a ocho leonas marinas adultas de las colonias de Olive Island y Seal Bay. A todas ellas se les equipó con pequeñas cámaras muy ligeras para que no supusiesen una molestia ni modificasen su conducta.
Angelakis explica que eligieron a hembras adultas por un motivo logístico: "Para poder recuperar el equipo unos días después, cuando regresaran a tierra para amamantar a sus cachorros".
Estas pequeñas cámaras, cuenta, se pegaron a pequeños trozos de neopreno que, a su vez, se adhirieron al pelaje de las leonas marinas. Los investigadores hacen hincapié en que, en total, el equipo de grabación y rastreo pesaba menos del 1% del peso del animal.
Esto, matiza, se hizo para "prevenir efectos de arrastre y permitir que los leones marinos se movieran sin restricciones". Las grabaciones se realizaron a lo largo de dos o tres días.
El investigador australiano cuenta que utilizaron "GPS conectados por satélite en los leones marinos" para poder "rastrear su posición en tiempo real y saber cuándo habían regresado a la colonia". Esto, además, les permitió comparar las grabaciones con los datos de su ubicación para situar los hábitats.
Hábitats desconocidos
En total, el experimento concluyó con 89 horas de grabación en total. "Los leones marinos de las dos ubicaciones cubrieron amplias áreas de océano alrededor de sus colonias" con esos vídeos, explica Angelakis. Al analizarlos, los investigadores identificaron seis hábitats bentónicos diferentes: arrecifes de macroalgas, prados de macroalgas, arena desnuda, esponja/arena, arrecifes invertebrados y rocas invertebrada.
Con esta información, el equipo de investigación utilizó modelos de aprendizaje automático para predecir grandes áreas de hábitat a lo largo de la plataforma continental del sur de Australia. Para ello, explica, "incorporaron factores oceanográficos y ambientales que pueden ser importantes motores de la estructura y distribución de estos hábitats".
Todos estos datos oceanográficos que incorporaron a los modelos se basan en los resultados de 21 años de observación y mediciones.
La mirada del león
Los investigadores aseguran que los hábitats que grabaron los leones marinos son diferentes a los de otras regiones previamente cartografiadas del sur de Australia. Esto, explican, podría deberse a "las condiciones ambientales/oceanográficas o a que estos animales no utilizan o viajan por ciertos hábitats o prefieren algunos de ellos sobre otros".
Por eso, el texto publicado advierte de que "podrían haberse pasado por alto" algunos hábitats de la región. Sin embargo, la mirada única de los leones marinos ha conseguido que este estudio contribuya a ampliar el conocimiento preexistente de los fondos oceánicos.
Además, aseguran los autores, "proporciona información crítica sobre especies en peligro de extinción cuyas poblaciones se han visto reducidas en más del 60% en los últimos 40 años".
La investigación apunta, también, a futuros análisis de otras especies marinas que se pueden observar en las grabaciones y que pueden ser de interés para conocer más en profundidad la región. El equipo científico de Angelakis lo tiene claro: explorar hábitats desde la mirada única de un león marino —o de otro animal— es una "manera eficiente y barata" de seguir mapeando el fondo marino en el futuro.
Y es que, concluyen los científicos, "evaluar áreas marinas desde la perspectiva de un depredador en vez de una forma más tradicional y antropogénica" les ayuda a entender los ecosistemas bentónicos y a generar "mapas más completos".