Manoliño o 'Confi' es un delfín mular de tres metros de largo y unos 250 kilos de peso que lleva veraneando en Galicia desde 2019. Eligió la comunidad del noroeste de España para pasar la pandemia y vive en la ría de Noia desde entonces, aunque en ocasiones da una vuelta por Cee, Corcubión y Fisterra.
Tras ser repudiado por su manada, Manoliño buscó la compañía de los mariscadores que se sumergen a por navajas. En la profundidad, se acerca a ellos y juega, lo que ha conseguido que este joven delfín no tenga miedo a los humanos, y que incluso llegue a buscarlos para entretenerse.
El presidente de los 'navalleiros' de la Cofradía de Noia, Franciso Añón, en unas declaraciones para RTVE explicó que "no te deja trabajar porque él quiere jugar, es como un perro"; sin embargo, tanto acercamiento puede llegar a ser peligroso. Especialmente, cuando se acerca a la orilla y nadadores y visitantes le rodean, como ya viene siendo habitual.
El mariscador recolector de navaja, Jorge Senra, sufrió un mordisco del animal, informa el medio citado: "Entendemos que es jugando. Me echó la boca al codo y me hizo presión, me hizo firme como decimos aquí en Galicia, y cuando le vino la gana de respirar me subió para arriba", cuenta el 'navalleiro'. Y aunque no se hayan informado peligros cuando el animal se acerca, está prohibido cualquier contacto con él.
Desde el Gobierno avisan de que interactuar con Manoliño puede ser peligroso tanto para el animal como para las personas. No obstante, todos los veranos se espera su llegada, un aspecto que ha hecho que el Ministerio para la Transición Ecológica haya puesto en marcha una campaña en los municipios costeros que frecuenta el delfín para recordar a quienes se lo encuentren que mantengan la distancia con él y que no deben ni tocarlo, ni alimentarlo ni asustarlo.
Los peligros de acercarse a un delfín
Los delfines mulares son una de las especies de cetáceos más comunes en las costas de Galicia, cuya su presencia frecuente se debe a una combinación de factores geográficos, ecológicos y biológicos. La comunidad autónoma, situada en el noroeste de la península ibérica, cuenta con una extensa línea costera bañada por el océano Atlántico, lo que proporciona un hábitat ideal para los delfines mulares.
Añadido a ello, las rías gallegas, que son valles fluviales inundados por el mar, ofrecen un entorno rico en nutrientes gracias a las corrientes que traen consigo una gran diversidad de vida marina. Esta abundancia de alimento es crucial para los delfines mulares, que se alimentan principalmente de peces y calamares.
Los delfines mulares son criaturas inteligentes y curiosas, y aunque generalmente no son agresivos, su interacción constante con humanos y embarcaciones puede tener consecuencias negativas tanto para el animal como para las personas.
Uno de los principales problemas es el riesgo de accidentes. La presencia del delfín cerca de las embarcaciones puede provocar colisiones, ya que su tamaño y peso podrían causar daños significativos si un bote lo golpea accidentalmente.
A pesar de su naturaleza generalmente amistosa, hay circunstancias en las que los delfines mulares pueden mostrar comportamientos agresivos. Estos comportamientos suelen estar vinculados a situaciones específicas de estrés, protección de crías o competencia por recursos.
La cercanía excesiva y las interacciones inapropiadas pueden provocar respuestas defensivas. Los delfines son animales grandes y fuertes, y un golpe con su cuerpo o cola puede causar lesiones, aunque no sea intencionado. También pueden morder si se sienten acorralados o irritados, y en el caso de Manoliño, simplemente por jugar.
Por otro lado, la constante interacción con los humanos puede afectar negativamente al delfín. Al acostumbrarse a recibir alimento de las personas o depender de ellas para el entretenimiento, el animal podría perder su capacidad natural para buscar comida y mantenerse en su hábitat de manera independiente.
Este comportamiento puede derivar en problemas de salud y bienestar para el animal a largo plazo. También existe la posibilidad de que el delfín contraiga enfermedades transmitidas por los humanos, lo que podría afectar su salud y la de otros animales marinos.