Los icebergs son inmensos cubitos de hielo de los que solo sobresalen la punta. Todo lo demás es desconocido y se encuentra por debajo. Aún más inexplorado cuando se habla de un glaciar formado por toda una placa de unos 50 km de ancho, pegado a la costa occidental de la Antártida. Junto al glaciar Thwaties está la plataforma de hielo de Doston.
Ahora, Anna Wåhlin, profesora de oceanografía en la Universidad de Gotemburgo (Suecia), y su equipo arrojan claridad a lo que podría esconderse bajo estas masas de hielo descomunales. Una publicación en la revista Science detalla lo que se encontró el submarino a control remoto 'Ran', con Wåhlin a los mandos. Cuando exploró el fondo del mar y miró hacia arriba, proporcionó una nueva perspectiva a los científicos para ayudarles a entender cómo se derriten los glaciares.
"Anteriormente, habíamos usado datos satelitales y núcleos de muestras de hielo para observar los cambios en los glaciares. Ahora, navegando el sumergible por sus cavidades, hemos sido capaces de obtener imágenes y mapas de alta resolución del hielo bajo el mar", dice Wåhlin. Y añade: "¡Es como mirar el lado oculto de la luna!".
Ran estaba programado para sumergirse debajo de la plataforma y escanear lo que había arriba, en la base de la plataforma, desde abajo. Buceó 1.000 kilómetros durante 27 días, a una profundidad de 17.000 metros. Conseguir esto fue una hazaña de los ingenieros para superar las condiciones extremas que tuvo que soportar. Tras terminar la misión, el subacuático desapareció, pero tras de sí dejo información muy valiosa para los científicos.
Espirales y hendiduras
Por un lado, las imágenes confirmaron lo que ya se sabía: los glaciares de la Antártida se están derritiendo, incluso más rápido de lo que se pensaba, por el cambio climático. Por otro, se descubrieron formas y patrones nunca antes vistos. El equipo científico encontró espirales y hendiduras, formaciones similares a dunas e incluso un cono de 400 metros.
Wåhlin publicó su informe en Science, el 31 de julio, con una visión preliminar. Aún, dice, tienen que analizar los resultados más en detalle, ya que los modelos actuales no pueden explicar los patrones encontrados. El conocido como el glaciar 'del fin del mundo' sirve de 'contrafuerte' evitando que el hielo en tierra firme se desprenda en el mar. Estos nuevos datos son útiles para comprender cómo afectan las olas al hielo.
Como se esperaba, el glaciar se desmorona más donde la marea erosiona la base, desde abajo. Aquí es donde la investigadora y su equipo se ha encontrado estas formas de picos y valles, en vez de una superficie plana. Los científicos piensan que esto podría ser una señal de que su derretimiento sea desigual.
La disminución del glaciar Thwaites, que está pegado a la plataforma de Doston, se lleva registrando desde los años 40. Este es el glaciar más ancho del mundo y su desaparición podría hacer subir el nivel del mar en todo el planeta.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la península antártica es una de las zonas del planeta en las que se está registrando un mayor calentamiento. Se ha registrado un aumento de hasta 3 grados en los últimos 50 años. Es un elemento regulador de la temperatura, cada vez más caliente.
La corriente AMOC
El impacto de que se derritan los glaciares no se sentiría solo en la temperatura atmosférica y la subida del mar, sino en la temperatura del mar. Las leyes de la termodinámica –esas mismas que hicieron que no se pudieran batir récords en los pasados Juegos Olímpicos por el movimiento de fluidos– son las que provocan las corrientes.
En el retroceso de los glaciares, emiten grandes cantidades de agua caliente en las heladas aguas del norte, que rompería la cadena de distribución de temperaturas que lleva el océano. Esto provocaría que un frío 'como el de Alaska' se quedara en Europa, pero también que el calor que normalmente la corriente AMOC trasporta hacía se quedara en los trópicos. Todo esto tendría consecuencias desconocidas.
La corriente AMOC también tiene influencia en las aguas del caribe del golfo de México y en toda la biodiversidad de la zona. El clima es un sistema de pequeños eslabones interconectados que dependen unos de otros; el cambio de temperaturas en el agua del norte tendría efecto en todo el planeta.
Como ya se explicó anteriormente en ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL, las corrientes oceánicas del Atlántico podrían colapsar a mediados de siglo. Un estudio publicado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca), dice que esto traerá un cambio importante en los patrones de lluvia, un aumento de las tormentas de invierno en Europa y un aumento del nivel del mar de hasta 50 centímetros alrededor de la cuenca del Atlántico Norte.