En la madrugada de este lunes 26 de agosto, un terremoto de magnitud 5,5 en la escala de Richter, con epicentro en Portugal, se ha podido sentir en algunas provincias españolas. Como ha hecho saber el Instituto Geográfico Nacional (IGN), el seísmo se registró a las 06:11 horas, una hora menos en el país vecino, con una profundidad de 19 kilómetros, lo que permitió que sus efectos se extendieran a múltiples zonas.

En Córdoba, el temblor fue percibido en ciudades como la propia capital, Alameda del Obispo y Torreblanca, generando una gran preocupación entre los ciudadanos que se despertaron con la sacudida del terremoto. Pero también se ha dejado sentir en diferentes municipios de Huelva, Sevilla y Jaén, y de forma más débil en Orense, Pontevedra y A Coruña.

El servicio de emergencias 112 Andalucía, recibió más de 15 llamadas provenientes de estas localidades, incluyendo avisos de Huelva capital, Lepe, Villarrasa, Isla Cristina, Ayamonte, Sevilla y Jaén. Afortunadamente, no se reportaron daños personales ni materiales, lo que indica que, aunque el terremoto fue perceptible, su intensidad no alcanzó un nivel destructivo en estas zonas.

El IGN, entidad responsable de monitorear la actividad sísmica en España, confirmó que este terremoto tuvo su epicentro en territorio portugués, al sur de Lisboa, pero sus ondas sísmicas han logrado atravesar la frontera y hacerse sentir en Andalucía.

Se trata del segundo terremoto sentido en menos de 48 horas en la provincia de Córdoba, tal y como han informado las autoridades pertinentes, lo que pone en alerta a la población, además de reforzar la importancia de saber cómo actuar ante un seísmo. 

Cómo actuar ante terremotos

En situaciones como esta, es crucial recordar las recomendaciones de seguridad proporcionadas por las autoridades. El servicio de Emergencias 112 Andalucía ha reiterado la importancia de mantener la calma y seguir las indicaciones oficiales durante y después de un terremoto.

Estas pautas están recogidas en la "Guía Didáctica con recomendaciones básicas en caso de episodios sísmicos", la cual descargar gratuitamente y consultar para estar prevenido ante este tipo de situaciones.

Ciudad derruida tras un terremoto. iStock

Una de las principales recomendaciones es permanecer en el lugar donde uno se encuentra durante el seísmo, ya que intentar salir de un edificio en pleno temblor puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes.

Dentro de una edificación, se aconseja buscar refugio bajo estructuras fuertes como mesas, camas, dinteles de puertas, o junto a pilares y paredes maestras. Estos pueden ofrecer una protección adicional en caso de derrumbes parciales o desprendimientos.

Una vez que el temblor ha cesado, es fundamental evaluar el estado del edificio. Si se detectan daños, el 112 recomienda evacuar el inmueble de manera ordenada, utilizando siempre las escaleras y nunca el ascensor, que podría fallar o quedar atrapado debido a posibles daños en la estructura del edificio.

En caso de encontrarse en el exterior durante un terremoto, se aconseja alejarse de elementos peligrosos como cables eléctricos, cornisas, cristales y cualquier otro objeto que pueda desprenderse y causar daños.

Por otro lado, si el terremoto ocurre mientras se está conduciendo, lo más recomendable es detener el vehículo en un lugar lo más seguro posible, donde no se obstruya el tráfico, y permanecer dentro del coche hasta que el temblor haya terminado.

Tras el temblor, es esencial comprobar si alguien ha resultado herido, prestando especial atención a posibles heridas graves. Es importante recordar que mover a una persona gravemente herida puede empeorar su condición, a menos que se tenga conocimiento de primeros auxilios o que la situación presente un peligro inminente, como un incendio o el colapso de la estructura.

La importancia de la prevención

El terremoto portugués ocurrido esta madrugada resalta la necesidad de estar preparados para movimientos sísmicos, incluso en lugares como España, donde estos fenómenos no son habituales.

La sensación de vulnerabilidad que genera un terremoto puede mitigarse si la población está bien informada y sabe cómo actuar. Las guías de seguridad y los planes de emergencia son herramientas vitales que pueden marcar la diferencia entre una experiencia aterradora y una catástrofe.

En este sentido, el acceso a la información y la formación continua en materia de prevención sísmica deben ser prioritarios. Las instituciones, tanto a nivel local como nacional, tienen la responsabilidad de educar a la ciudadanía y asegurarse de que las medidas de seguridad estén actualizadas y disponibles para todos.