El Instituto Oceánico Schmidt descubría recientemente un sorprendente hallazgo que ha conseguido sorprender al conjunto de la comunidad científica. Se ha hallado una inmensa montaña submarina, de más de 3.100 metros de altura, que supera en tamaño al legendario monte Olimpo de Grecia.

La montaña subterránea, ubicada a unos 1.448 kilómetros de la costa de Chile, en el océano Pacífico, no solo revela la magnitud de las formaciones geológicas ocultas bajo el océano, sino también la riqueza y diversidad de los ecosistemas marinos que en ellos habitan.

El descubrimiento se realizó durante una expedición de 28 días a bordo del buque de investigación R/V Falkor. Utilizando tecnología avanzada de sonar, los científicos cartografiaron la montaña submarina, que se eleva 3.109 metros desde el fondo del océano, cubriendo una superficie aproximada de 70 kilómetros cuadrados.

Esta formación es casi cuatro veces más alta que el Burj Khalifa, el rascacielos más alto del mundo, y más alta que el Monte Olimpo, que se eleva a 2.917 metros sobre el nivel del mar.

"Es importante porque, de momento, solo se ha cartografiado con este tipo de resolución el 26% del fondo marino. Y el fondo marino cubre el 71% de la superficie de nuestro planeta", comentó Jyotika Virmani, directora ejecutiva del Instituto Oceánico Schmidt. 

La importancia de los montes submarinos

Los montes submarinos, como este, no solo son formaciones geológicas impresionantes, sino que también son cruciales para la biodiversidad marina. Estos picos sumergidos actúan como puntos críticos de biodiversidad, ofreciendo un lecho sólido para que especies como corales, esponjas y otros organismos marinos se asienten y prosperen.

"La localización de montes submarinos casi siempre nos lleva a puntos críticos de biodiversidad poco estudiados. Cada vez que encontramos estas aisladas comunidades en el fondo del océano, hacemos nuevos descubrimientos increíbles y avanzamos en nuestro conocimiento de la vida en la Tierra", explicó Virmani.

Cueva en el fondo del mar. iStock

Con la presencia de estos hábitats, se crea un ecosistema de lo más variado donde habitan florecen diversas especies, algunas de las cuales son nuevas para la ciencia. En la reciente expedición, se documentaron especies raras y nunca antes vistas, como un pulpo blanco fantasmal conocido como "Casper" y un calamar del género Promachoteuthis, del cual solo se habían visto algunos ejemplares muertos.

Cómo se descubrió

El descubrimiento de esta montaña submarina fue posible gracias a una combinación de tecnologías avanzadas y la observación de anomalías gravitacionales. Estas anomalías, detectadas por el equipo durante la travesía desde Centroamérica hasta Sudamérica, indican la presencia de grandes masas en el fondo marino que alteran el campo gravitacional local.

"Las ondas sonoras descienden y rebotan en la superficie, y medimos el tiempo que tardan en volver y ser medidas. A partir de ahí nos hacemos una idea realmente buena de la topografía del fondo marino", explicó Virmani. Este método, conocido como mapeo sonar, ha sido fundamental para identificar y cartografiar montes submarinos previamente desconocidos.

Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento geológico, sino que también tiene importantes implicaciones para la conservación marina. La región donde se encuentra este monte submarino es parte de la cordillera de Nazca, una cadena montañosa submarina que se extiende a lo largo del Pacífico oriental.

Debido a su riqueza ecológica y la gran cantidad de especies nuevas que alberga, los científicos están considerando la posibilidad de proteger esta área bajo el nuevo tratado de la ONU sobre biodiversidad en alta mar, adoptado en 2023.

Fondo submarino tropical. iStock

"En las tres expediciones hemos conseguido cartografiar y explorar 25 montes submarinos, lo que supone un gran número", comentó Virmani. Este trabajo es un paso crucial hacia la creación de la primera zona marina protegida en alta mar del mundo, un esfuerzo global por preservar los ecosistemas más frágiles y valiosos del océano.