El Niño lleva teniendo consecuencias en la Tierra millones de años. Las olas de calor, huracanes y lluvias torrenciales del último lustro que han estado relacionados con este evento originado en el Pacífico apenas son unos quejidos de los lamentos que se habrían oído hace 252 millones de años. Fue entonces cuando, según un estudio de la Universidad de Bristol, se produjo la mayor extinción masiva que ha habido en la historia del planeta.
Durante la 'Gran Mortandad', como se conoce a la extinción masiva que separa el Pérmico del Triásico, se estima que desaparecieron tres cuartas partes de la vida de la faz de la Tierra. En esta había un único supercontinente, Pangea, que según los estudios se mantuvo desde hace 500 hasta unos 200 millones de años.
Por aquel entonces la Tierra era muy diferente. También los eventos climáticos, pero ya se producían esos intercambios de energía atmosférica cíclicos con consecuencias en todo el planeta. El estudio, publicado en la tarde del 12 de septiembre en Science y dirigido por la Universidad de Bristol y la Universidad de Geociencias de China, ha arrojado nueva luz sobre los efectos del rápido cambio climático que hubo en esa época. Las consecuencias fueron devastadoras para todas las formas de vida terrestres y marinas, grandes o pequeñas.
Los científicos han relacionado durante mucho tiempo esta extinción masiva con vastas erupciones volcánicas en lo que hoy es Siberia. Las emisiones resultantes de dióxido de carbono aceleraron rápidamente el calentamiento atmosférico, lo que provocó una estancación generalizada y el colapso de los ecosistemas marinos y terrestres. Sin embargo, la razón por la que la vida en tierra, incluidas las plantas y los insectos, normalmente, resistentes, sufrió de igual manera sigue siendo un misterio… hasta ahora.
El autor principal del estudio, Alexander Farnsworth, investigador asociado principal de la Universidad de Bristol, asegura que el calentamiento global por sí solo no puede provocar extinciones tan devastadoras y rápidas como aquella. Como se ve en la actual crisis, cuando los trópicos se vuelven demasiado cálidos, las especies migran hacia latitudes más altas y frías.
Las especies están alterando sus rutas migratorias y los tiempos. También como van variando sus criaderos. Un estudio publicado en la revista científica Nature Ecology and Evolution hacen un repaso a la literatura para demostrar que las especies migratorias, especialmente las marinas, se están desplazando hacia los polos.
En la transición del Pérmico al Triásico, el problema no fue solo el cambio de las condiciones climáticas, sino la duración y la intensidad en la que sucedió. "Nuestra investigación ha revelado que el aumento de los gases de efecto invernadero no solo hace que la mayor parte del planeta se caliente, también aumenta la variabilidad del clima y el tiempo, volviéndolo aún más salvaje y difícil para la supervivencia de la vida", explica el autor.
Para Farnsworth, la temperatura se elevó demasiado y tuvo consecuencias desastrosas en cadena. "Hubo eventos de El Niño mucho más intensos y prolongados que los que se presencian hoy. Las especies simplemente no estaban equipadas para adaptarse o evolucionar lo suficientemente rápido", asegura. La magnitud de este calentamiento se reveló al estudiar isótopos de oxígeno en material fosilizado de todo el mundo.
El Niño de ahora
En los últimos años, este fenómeno ha causado grandes cambios en los patrones de lluvia y temperatura. El cómputo total de La Tierra y de Europa que registró el período 2023-2024 como el más caluroso y se relaciona con un fuerte evento de El Niño en el Pacífico. Otro ejemplo son las olas de calor en América del Norte en junio de 2024, cuando las temperaturas fueron aproximadamente 15 °C más altas de lo normal.
Hasta ahora estos acontecimientos solo han durado de uno a dos años a la vez. Durante la crisis del Pérmico-Triásico, El Niño persistió mucho más tiempo, resultando en una década de sequía generalizada, seguida de años de inundaciones. Básicamente, el clima estaba fuera de control y vuelve muy complicada la adaptación para las especies.
Las plantas son esenciales para eliminar el CO₂ de la atmósfera, así como la base de la cadena alimentaria. Si ellas mueren, también lo hace uno de los mecanismos de la Tierra para evitar la acumulación de gases en la atmósfera como resultado del volcanismo continuo. Así, estos mega El Niño crearon una retroalimentación positiva en el clima que llevó a condiciones increíblemente cálidas, comenzando en los trópicos y luego más allá, lo que resultó en la muerte de la vegetación.
Aun así, los científicos recuerdan que las extinciones masivas, aunque raras, son el latido del sistema natural de la Tierra, reiniciando la vida y la evolución en diferentes caminos. La extinción de Pérmico-Triásico dio pie a los dinosaurios, y la de estos dejó espacio al reinado de los mamíferos.