Que nuestro planeta está sufriendo la peor crisis medioambiental no es secreto para nadie. La necesidad de tomar medidas urgentes es necesario, sin embargo, hay lugares cuya emergencia necesita de una rápida actuación. Un claro ejemplo, Tuvalu, la isla de la Polinesia que se hunde debido al crecimiento del nivel del mar. 

Tuvalu, el cuarto país más pequeño del mundo, es uno de los destinos más remotos y menos visitados del planeta. Aunque pocos han oído hablar de este paraíso tropical, su relevancia no radica solo en sus playas de arena blanca y sus aguas cristalinas, sino también en los peligros inminentes que enfrenta debido al cambio climático.

Situado en el océano Pacífico, entre Hawái y Australia, este archipiélago formado por atolones y arrecifes de coral lucha contra la amenaza creciente del aumento del nivel del mar, lo que podría llevar a su desaparición total en las próximas décadas.

El país menos visitado

Con una extensión de solo 25 kilómetros cuadrados y una población de alrededor de 12.000 personas, Tuvalu es un país que parece haberse quedado al margen del turismo masivo. De hecho, solo recibe cerca de 2.000 visitantes al año, convirtiéndolo en el país menos visitado del mundo.

Sin embargo, esta aparente desconexión del turismo internacional no es por falta de belleza natural. Sus playas, rodeadas de arrecifes de coral, son el hogar de especies marinas únicas, lo que lo convierte en un paraíso para los amantes de la naturaleza y la biodiversidad.

Laguna del atolón Funafuti, en Tuvalu. iStock

A pesar de ser un verdadero paraíso natural, el acceso a Tuvalu es difícil. Solo hay una aerolínea, Fiji Airways, que ofrece vuelos regulares a la isla, y estos son limitados, lo que hace que el viaje sea costoso y complicado.

Además, la infraestructura turística es prácticamente inexistente, lo que refuerza la imagen de Tuvalu como un destino reservado para los viajeros más aventureros.

Una desaparición inminente 

Que Tuvalu sea un paraíso tropical no le exime de que esté en grave peligro. El aumento del nivel del mar, provocado por el calentamiento global, amenaza con engullir completamente este pequeño país insular.

Según estudios recientes, el nivel del mar está subiendo de manera acelerada en el Pacífico Sur, y Tuvalu, con una altura máxima de solo 4,5 metros sobre el nivel del mar, es uno de los países más vulnerables del mundo.

El impacto del cambio climático ya es evidente. Dos de las islas de Tuvalu han sido tragadas por el océano, y el resto de las islas corren el mismo riesgo. Además, los tifones y tormentas frecuentes están erosionando las playas y salinizando las tierras de cultivo, lo que está afectando la agricultura local y la capacidad de los habitantes para subsistir.

Esfuerzo internacional por salvar Tuvalu

En respuesta a esta crisis, Tuvalu ha solicitado ayuda internacional. Durante la COP26, el ministro de exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, emitió un emotivo mensaje desde una plataforma sumergida, simbolizando la lucha de su país contra la subida del nivel del mar.

El mundo ha tomado nota, y en 2024, Australia firmó un tratado histórico con Tuvalu, comprometiéndose a proporcionar refugio a sus ciudadanos en caso de un "desastre natural importante".

Ministro de Justicia, Comunicación y Asuntos Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe con el agua por las rodillas. Flickr

Este acuerdo permitirá a los tuvaluanos migrar a Australia, preservando su estatus de nación independiente, incluso si su territorio desaparece bajo las olas.

Identidad cultural en peligro

La desaparición de Tuvalu no solo sería una pérdida geográfica, sino también cultural. La identidad de los tuvaluanos está profundamente arraigada en su tierra, en sus costumbres y en su idioma, que podría desaparecer si su población se dispersa por otros países.

Las lenguas indígenas y los conocimientos tradicionales corren el riesgo de extinguirse a medida que los jóvenes adoptarían otros idiomas, como el inglés o el francés, en su migración.

Vista aérea del atolón Funafuti. iStock

Además, muchas de las palabras y tradiciones culturales de Tuvalu están vinculadas a su entorno natural. Si las especies locales desaparecen y los paisajes cambiarán, gran parte de su patrimonio cultural se perderá.

En un esfuerzo por preservar su identidad, el gobierno de Tuvalu ha comenzado a digitalizar el país en el metaverso, con la esperanza de que las futuras generaciones puedan explorar virtualmente sus paisajes y mantener viva su cultura.