La continua actividad sísmica del archipiélago canario ha sido objeto histórico de investigaciones y estudios, no solo a nivel geológico, sino también debido a la creciente preocupación de la población ante una nueva e inminente erupción.
Los últimos terremotos registrados en el volcán de Enmedio, una formación submarina situada entre Tenerife y Gran Canaria en las últimas semanas, ha captado la atención de todos debido a la serie de terremotos registrados en la zona.
Este fenómeno no es nuevo en el archipiélago, de naturaleza volcánica, pero la reciente concentración de movimientos ha despertado inquietud y curiosidad sobre este enigmático volcán submarino.
Más de 30 terremotos en 48 horas
El Instituto Geográfico Nacional (IGN) ha reportado una serie de más de 30 terremotos en las inmediaciones del volcán de Enmedio entre el 12 y 14 de septiembre de 2024, aumentando de este modo la vigilancia debido a la posibilidad de cambios repentinos en la dinámica tectónica o volcánica de las islas.
La mayoría de estos sismos han tenido profundidades superiores a los 25 kilómetros y magnitudes moderadas, siendo el más fuerte un temblor de 3,6 registrado en la madrugada del 12 de septiembre, con una profundidad de 33 kilómetros.
El IGN monitorea de cerca la actividad en esta zona y ha informado que el seguimiento continúa sin interrupciones debido a la alta actividad que suele presentar. Según los expertos, aunque la serie sísmica ha sido significativa, aún no hay indicios claros de una erupción inminente.
Un volcán submarino activo
El volcán de Enmedio se encuentra sumergido a unos 2.100 metros de profundidad en su base, aunque su cima está a tan solo 500 metros bajo el nivel del mar.
Esta montaña submarina es parte de la compleja geología de Canarias, un archipiélago nacido de un punto caliente volcánico que ha generado una red de volcanes tanto en la superficie como bajo el mar.
Aunque Enmedio no ha protagonizado ninguna erupción reciente, su actividad sísmica constante lo clasifica como un volcán activo. Su ubicación estratégica, a 25 kilómetros al sureste de Tenerife y a unos 36 kilómetros al noroeste de Gran Canaria, lo convierte en una amenaza latente para ambas islas.
¿Existe riesgo para la población?
El Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) ha sido categórico al asegurar que, aunque la actividad sísmica en esta zona no es habitual, tampoco es "anormal". Según sus estudios, "la probabilidad de que un terremoto en la zona del volcán de Enmedio alcance una magnitud suficiente para causar daños es muy baja".
De hecho, se subraya que la mayoría de los sismos en esta área son de origen tectónico y que el riesgo para la población es mínimo.
Involcan también ha recordado otros episodios sísmicos significativos en las islas, como el terremoto de magnitud 4,4 registrado el 18 de enero de 2019 o el de 5,2 ocurrido el 19 de mayo de 1989, ambos sentidos en gran parte del archipiélago sin causar daños mayores.
Estas experiencias pasadas refuerzan la percepción de que la actividad sísmica entre Tenerife y Gran Canaria es parte de la vida geológica de las islas Canarias. No obstante, los especialistas en geología y sismología insisten en que no hay motivos para alarmarse.
El futuro del volcán
A pesar de la tranquilidad que intentan transmitir los expertos, la actividad sísmica reciente en la zona del volcán de Enmedio ha puesto a las autoridades en alerta. Según Itahiza Domínguez, director del IGN en Canarias, "la concentración de tantos terremotos en tan poco tiempo es inusual", aunque no necesariamente peligrosa.
En un año promedio, se registran hasta 600 terremotos en esta área, lo que demuestra la constante actividad tectónica y volcánica en la región.
El IGN ha señalado que, aunque no se puede descartar completamente la posibilidad de una erupción en algún momento futuro, "los movimientos detectados parecen más relacionados con tensiones tectónicas que con una actividad volcánica inminente".
Este tipo de tensiones suelen acumularse en las fallas activas bajo el mar, generando terremotos de baja magnitud como los observados recientemente.
La importancia del monitoreo
El volcán de Enmedio no es el único punto de interés para los científicos en Canarias. Desde la erupción del volcán Tagoro en 2011, cerca de la isla de El Hierro, la comunidad científica ha redoblado esfuerzos para monitorear la actividad volcánica submarina en el archipiélago.
Esta vigilancia es crucial para prever posibles erupciones submarinas, que si bien no tienen el mismo impacto visual que una erupción terrestre, pueden generar importantes cambios en el ecosistema marino e incluso afectar la navegación y el turismo.
La actividad sísmica en Canarias también se complementa con el monitoreo del Teide, el volcán más alto del archipiélago, donde se ha registrado un incremento en la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) y un aumento de la microsismicidad.
Sin embargo, Involcan aclara que "no hay relación directa" entre la actividad en el Teide y los terremotos en la zona del volcán de Enmedio.