Al igual que ocurría con Hallie Parker y Annie James de la película Tú a Londres y yo a California (1998), nacer en un lugar u otro del mundo es de lo más determinante, tanto en la forma en la que las pequeñas crecen como en las oportunidades a las que podrían acceder o no en un futuro. 

Sin embargo, pese a que en aquel largometraje de Nancy Meyers todo acaba en un 'final feliz' para las gemelas, muchas niñas no tienen la misma suerte y así lo demuestran las estadísticas. UNICEF indica que más de 130 millones de niñas no están escolarizadas y, cada año, 12 millones se ven obligadas a contraer matrimonio a una edad temprana. 

Y es que, violencia, abusos, matrimonio infantil, desescoralización forzada y embarazos adolescentes se han convertido en algo 'de lo más habitual' en muchos países. De hecho, la organización de las Naciones Unidas por los derechos de la infancia informa de que las complicaciones derivadas del embarazo y el parto son la principal causa de muerte de las mujeres entre 15 y 19 años.

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La situación de las niñas es un reflejo directo de las desigualdades de género exacerbadas por la pobreza, los conflictos armados y las catástrofes naturales. Así, en muchas regiones, la posibilidad de recibir educación y de desarrollarse plenamente se vuelve casi un sueño imposible.

¿Qué hace que un país sea mejor que otro para las niñas? Hay diferentes factores clave. Entre ellos, la alfabetización femenina, el acceso a la salud materno-infantil, la protección frente a la violencia y el abuso, las políticas de igualdad de género, o las oportunidades económicas. 

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    Níger

    Es uno de los peores países para las niñas con una tasa alarmante de matrimonios infantiles. Casi el 75% de ellas se casan antes de cumplir los 18 años, lo que no solo les niega el acceso a la educación, sino que también perpetúa un ciclo de pobreza. 

    Además, con el objetivo de sacar adelante a sus familias, muchas se ven obligadas a recurrir a la prostitución y al trabajo sexual

    Si hablamos de alfabetización femenina, esta se limita al 17% de las mujeres entre 15 y 24 años —una de las más bajas del mundo—, lo que impide drásticamente las oportunidades de desarrollo personal y profesional. 

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    Malí

    El país devastado por los conflictos internos, no solo sufre altas tasas de matrimonios forzados, sino también de la mutilación genital femenina (MGF), una práctica brutal que afecta al 83% de las niñas antes de los 15 años. 

    Además, están expuestas a un alto riesgo de violencia, abuso y exclusión escolar, quedando atrapadas en una sociedad que les niega sus derechos fundamentales. 

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    Sudán del Sur

    Aquí las niñas enfrentan una doble carga: el hambre y la violencia. Tan solo el 24% de ellas, que aún se encuentran en edad escolar, asisten a clase, haciendo que las posibilidades de un futuro mejor sean de lo más limitadas.

    Pero no solo eso; la crisis alimentaria —que ha aumentado un 50% en los últimos diez años— ha empujado a muchas hacia el matrimonio forzado como una 'solución' para garantizar su supervivencia. 

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    Yemen

    Es otro caso devastador. Más del 80% del país necesita ayuda humanitaria y las niñas, en particular, son las más afectadas por la falta de acceso a atención sanitaria, alimentación y educación. Tan solo mitad de las instalaciones sanitarias funcionan y, de ellas, simplemente el 20% corresponden a salud materno-infantil. 

    La guerra civil yemení, iniciada en septiembre de 2014, ha exacerbado una cultura patriarcal que refuerza la opresión femenina. Esto se ha traducido en un aumento del 63% de las violaciones y agresiones contra mujeres y niñas desde el inicio del conflicto. 

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    República Democrática del Congo (RDC)

    En RDC, las niñas enfrentan una alta probabilidad de convertirse víctimas de violencia de género, incluyendo violación, esclavitud sexual y trata de personas.

    Tras décadas de conflicto, el país se ha convertido en un terreno de lo más hostil para las más pequeñas, donde la violencia es la norma y la protección estatal es prácticamente inexistente.

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    Afganistán

    El ascenso del régimen talibán —ocurrido en 2021— ha borrado años de progreso en los derechos de las mujeres, especialmente en lo que respecta a educación y a la participación en la vida pública.

    Tanto es así que los nuevos decretos impuestos han confinado a millones de ellas en sus hogares, prohibiéndoles trabajar o acudir a la universidad, entre otras cosas. 

    De hecho, solo se les permite salir de casa bajo estrictas condiciones, acompañadas de un pariente masculino y cubiertas con un velo integral. Además, a esto se le suma la reciente prohibición de hablar en público, ya que su voz es considerada como símbolo de tentación. 

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    Irak

    La inestabilidad política y los conflictos prolongados han hecho de este país un lugar de lo más hostil, especialmente para las niñas. Se estima que el 28% de las mujeres se casan antes de los 18 años, con una legislación que permite matrimonios a partir de los 15 –edad que podría verse reducida hasta los 9 de aprobarse un nuevo proyecto de ley—. 

    Además, la violencia de género, la falta de acceso a la educación y los servicios básicos como la atención sanitaria materno-infantil, son problemas persistentes que limitan drásticamente la opción de oportunidades en términos de desarrollo y bienestar. 

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    Japón

    Se encuentra en el extremo completamente opuesto, coronándose como el primer lugar en bienestar infantil y en segundo en "mundo que rodea al niño", según UNICEF. 

    Es uno de los países más seguros para las familias, con una tasa de homicidios del 0,2 por 100.000, ofreciendo una vida segura y llena de oportunidades.

    Destaca un sistema educativo robusto —ocupando el puesto 12 entre 76 países— que garantiza que las niñas reciban una educación de alta calidad. Y en lo que a los padres se refiere, ofrece generosos permisos parentales, permitiendo a las familias criar a sus hijos en entornos estables y seguros. 

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    Estonia

    Con una baja de exposición a contaminantes ambientales y un sistema educativo de élite, Estonia es otro ejemplo de cómo un país puede garantizar el bienestar de las niñas, especialmente, en un entorno que les permite prosperar tanto académicamente como emocionalmente. 

    Destaca por sus grandes espacios verdes urbanos y, además, tiene la segunda tasa más baja de bebés que nacen con infrapeso en los países ricos.

    En cuanto a los permisos parentales, es uno de los lugares más generosos, con 475 días de licencia pagada, lo que facilita un entorno familiar equilibrado. 

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    España

    Ha hecho grandes avances en la promoción de los derechos de la mujer. De hecho, llegó a ocupar el primer lugar en el ránking de UNICEF sobre el entorno de los niños.

    Con bajos niveles de contaminación, una alta tasa de bienestar mental infantil —la tercera a nivel mundial— y un sistema educativo fuerte, el país asegura que las más pequeñas puedan tener un entorno saludable y seguro para crecer. 

    Además, cuenta con un sistema de permisos parentales que fomenta la equidad de las responsabilidades entre hombres y mujeres

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    Finlandia

    Ocupa el quinto lugar en el boletín de calificaciones de UNICEF, obteniendo una puntación especialmente alta en "mundo de niño" y "el mundo que rodea el niño". 

    Se trata de uno de los lugares con mayor desempeño de la alfabetización. Cuenta con uno de los mejores sistemas educativos y de salud del mundo. Pero no solo eso; también destaca por tener una de las tasas más bajas de mortalidad infantil y un entorno natural limpio. 

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    Chile

    Aunque no es uno de los clasificados como 'mejores países', destaca como el favorito de América Latina. A nivel regional, sobresale en las pruebas PISA de la OCDE, especialmente en ciencias y literatura, aunque aún enfrenta ciertos desafíos en la igualdad del acceso a la educación. 

    El país ofrece 31 semanas de permiso parental remunerado y es líder en transferencias económicas a las familias. Si bien la tasa de homicidios es más alta que en los países europeos, es la más baja de Latinoamérica. 

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