Una mujer alemana de 30 años falleció este pasado lunes tras ser atacada por un tiburón en aguas del Atlántico, a unos 514 kilómetros al suroeste de la isla de Gran Canaria, tal y como lo ha confirmado Salvamento Marítimo. La víctima perdió una pierna por el ataque y entró en parada cardiorrespiratoria mientras era trasladada en helicóptero a un hospital.
El suceso tuvo lugar a las 16:00 hora canaria (17:00 hora peninsular); sin embargo, el helicóptero del Servicio de Búsqueda y Rescate no embarcó a la mujer hasta las 20.00 horas debido a la zona en la que se encontraba. El catamarán británico pidió ayuda a Salvamento Marítimo español, pero el área se comparte con el servicio marroquí.
Al no disponer de medios en la zona, el servicio marroquí pidió que la emergencia fuese asumida por España. En la llegada de la turista alemana al hospital de Las Palmas de Gran Canaria se tuvo que confirmar su defunción. El incidente supone el primer ataque mortal de un tiburón en Canarias; sin embargo, durante el verano estos animales han estado muy presentes.
El motivo detrás del incidente, según los expertos
Durante este verano, las playas de Gran Canaria han sido escenario de múltiples visitas de tiburones. La presencia en Melenara, Salinetas y San Agustín llevó a las autoridades a cerrar temporalmente estos arenales. Sin embargo, la posibilidad de un ataque, según los expertos, era mínimo.
El accidente del pasado lunes no es solo el primero que se cobra una vida en Canarias o proximidades, sino que es muy inusual. Sin embargo, si tenemos en cuenta toda España, donde se han registrado 13 ataques, más de la mitad han ocurrido en las Islas Canarias.
Los tiburones que habitan en las aguas canarias, como el tiburón ángel (especie protegida) o el cazón, suelen ser inofensivos para los seres humanos. Sin embargo, también hay documentación de algunos de los más peligrosos por la zona.
A pesar de los datos, lo cierto es que el incidente de la mujer alemana no puede considerarse como inhabitual, ya que el Atlántico es una de las zonas donde más ataques de tiburón se producen en todo el mundo, según informan desde National Geographic.
"En 2018, Estados Unidos encabezó la lista internacional de número de ataques de tiburones, según la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF). Dentro de los Estados Unidos continentales, se produjeron más incidentes entre tiburones y humanos en el Atlántico; en el Pacífico solo se denunciaron cuatro frente a los 27 del Atlántico", indican.
Los motivos de la diferencia pueden ser muchos, pero es muy probable que se deba a la prevalencia de especies de tiburones en ambas costas y la fuerza y tamaño corporal de dichas especies, afirmó Gavin Naylor, director del ISAF al medio citado.
El océano Atlántico alberga una amplia diversidad de especies de tiburones, algunas de las cuales son grandes depredadores como el tiburón blanco, el tiburón toro y el tiburón tigre. Estas especies son conocidas por habitar zonas cercanas a las costas, lo que incrementa la posibilidad de encuentros con humanos.
Otro elemento que contribuye es la geografía del Atlántico. A lo largo de sus costas, existen amplias plataformas continentales, lo que significa que las aguas poco profundas y cálidas se extienden lejos de la costa.
Las temperaturas cálidas del Atlántico proporcionan un hábitat adecuado para varias especies de tiburones, algunas de las cuales tienen comportamientos agresivos o son más propensas a acercarse a los humanos en busca de alimento.
Además, el aumento en la temperatura global ha influido en el comportamiento migratorio de algunas especies de tiburones, que ahora se desplazan hacia nuevas áreas en busca de aguas más cálidas o ricas en presas.
Este cambio ha provocado que especies que antes no eran comunes en ciertas costas del Atlántico, como el tiburón blanco, se observen con mayor frecuencia en algunas regiones, incrementando el riesgo de ataques.
Sin embargo, los investigadores recuerdan que existen más de 500 especies de tiburones, y de estas solo se han registrado agresiones a humanos en una treintena de especies. No obstante, las que se consideran realmente peligrosas, habitan en el Atlántico.