La esclavitud en Europa no se ha acabado. Un macroestudio que presentó la ministra de Igualdad, Ana Redondo, el pasado martes 17, ha revelado que 114.000 mujeres se encuentran en situación de prostitución en España, y el 80% de ellas en riesgo de explotación sexual. En concreto, más de 7.000 en riesgo alto. Hoy, 23 de septiembre,  Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, las organizaciones alzan la voz contra una de las lacras de la sociedad. 

Mabel Lozano, directora de cine social, guionista y ganadora de dos premios Goya, el último, este mismo año, por su cortometraje documental Ava, es una de las activistas que luchan con más pasión por su erradicación. "A veces escuchamos con demasiada frecuencia 'el problema de la trata'. No, un problema es mancharse la camisa o torcerse un tobillo, la trata es un delito".

Ava, como un espejo oscuro de la realidad, narra las vivencias de una niña colombiana con discapacidad psíquica que fue adoptada por María, una madrileña. A los siete años, ya en España, un proxeneta raptó a Ava. El documental cuenta en primera persona, desde el punto de vista de María, cómo fue a por la niña, cómo la llevo a España, cómo la cuidó para que al final fuera raptada, explotada y pegada. 

La historia, basada en hechos reales, pone de relieve una terrible realidad. En la que mujeres son secuestradas para explotarlas sexualmente en clubes y pisos debido a una triple vulnerabilidad: ser mujer, discapacitada y menor de edad. Estas chicas, por su condición, suelen ser más fáciles de engañar, encajan con el perfil de sumisión que buscan los proxenetas para ejercer su cuota de poder. 

Lozano se siente muy cerca de estas historias, y recuerda que hace menos de un mes salió a la luz que la Audiencia Provincial de Murcia condenaba a trece personas por su participación en una red de prostitución de menores. El juicio se había dilatado 10 años y habían alcanzado un pacto con la fiscalía por el que la pena se reducía a tan solo cinco meses de cárcel. 

Mabel Lozano. Cedida

"Eran empresarios o abogados que pedían a la carta a niñas menores para que se las llevaran al bufete, servidas como un plato", dice la directora. Y añade: "Eran niñas de la edad de sus hijas y sus nietas. Y han acabado sin penas de cárcel y con multas que son calderilla. Eso tendría que ponernos frente al espejo como sociedad".

Porno en el bolsillo

Para Lozano, uno de los principales problemas es que los niños —cada vez más jóvenes— llevan "un cine porno en el bolsillo" y la pornografía mainstream se normaliza. Pone el ejemplo del vídeo de una violación colectiva en el bosque, uno de los vídeos más vistos en internet. 

Desde 2010 se han judicializado 200 casos de agresiones grupales y la mayoría son menores de edad. "¿Por qué un chaval de 12 años quiere salir a violar? ¿Dónde lo ha visto? ¿Dónde lo ha aprendido?", se pregunta Lozano. "Y al más puro estilo del porno, que son tan idiotas que la fechoría, que es un delito, no termina hasta que la comparten". 

Pese a que se les exige a las grandes tecnológicas y proveedores de servicios un mayor control del contenido online, lo cierto es que es muy fácil acceder a lo inapropiado, porque, en la mayoría de ocasiones, en ese control solo consiste en una pregunta sobre la edad. 

La Guardia Civil ha puesto en marcha una campaña junto a la Fundación Mutua Madrileña para concienciar a los más jóvenes del peligro y las consecuencias de la violencia sexual digital.

La iniciativa pone el énfasis en prácticas como el sexting —o envío de fotos y videos con contenido sexual—, el grooming —acoso a menores a través de internet haciéndose pasar por otra persona— o la sextorsión —chantaje con enviar o compartir fotos o videos íntimos de la víctima— que son delito. 

Para ello, la campaña recomienda a los padres y a los educadores intentar poner más atención en el contenido que consumen los niños, a través de un control parental y teniendo un papel activo en la educación digital, de modo que sean conscientes de la repercusión que puede tener en las personas involucradas, incluidos ellos mismos. 

Por eso, muchos, incluyendo a Mabel Lozano, piensan que es necesaria también una asignatura de educación sexual en los colegios, igual que Matemáticas o Lengua. "No hablamos a nuestros hijos e hijas suficiente de educación sexual, porque somos un país muy pudoroso". 

Legislación

Otro ejemplo es la falta de una legislación sólida que acabe con la trata de personas, porque, denuncia Lozano, "no existe una ley integral" para acabar con ella. "Y sobre todo, no todas las caras del proxenetismo están tipificadas en la ley, como el proxenetismo consentido".

Hace unos meses, cuenta, se intentó una modificación de la norma para que nadie se lucre de la prostitución de otra persona, pero no prosperó. Eso es violencia institucional.

Ana Redondo, Ministra de Igualdad a la salida de la sesión de control al Gobierno.

En ese sentido, Ana Redondo, ministra de Igualdad, avanzaba el pasado martes 17 de septiembre que el Consejo de Ministros aprobará en segunda vuelta la ley integral contra la trata antes de que termine el año. Esta vez, tendrá "medidas más profundas y directas" para paliar la situación.

Redondo dijo en la presentación: "De lo que no se habla no existe. Es necesario, por tanto, tener una cifra aproximada de una población oculta y de difícil acceso como son las mujeres y niñas víctimas de trata, explotación sexual y prostitución, para poder conocer la magnitud del problema y, en consecuencia, abordarlo desde las políticas públicas". 

Contra la trata

Muchas plataformas y asociaciones siguen luchando contra esta lacra invisible. Piden no mirar para otro lado, porque existen casos de película de terror como el de Gisèle Pelicot, la mujer drogada por su marido y violada durante más de una década por 51 hombres en su propia casa. Un hecho en el que todos optaron por mirar para otro lado y que, de no ser un 'despiste' del 'monstruo de Aviñón', aún seguiría siendo un secreto a voces entre sus violadores.

Además, la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP) recuerda que las redes sociales y espacios digitales similares son donde más se repiten las acciones de captación y coacción de las víctimas.

Según la asociación, estos son lugares que, desde la pandemia de 2020, se configuran como el terreno perfecto para la explotación sexual, especialmente de niñas, adolescentes y jóvenes. En ellos se da una impunidad prácticamente total para los tratantes y explotadores

Por eso, Mabel Lozano pide que cada persona se pregunte a sí mismo qué puede hacer frente a esta oscura realidad. En su caso, la respuesta se encuentra en usar el cine como una herramienta de información porque, asegura, hay un desconocimiento de esta situación.