En 2025 se celebrará, como cada dos años, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos. Y será una cita esencial para poder abordar una crisis que está acabando con la biodiversidad y la sostenibilidad de un ecosistema imprescindible para el equilibrio en el Planeta.

"El océano es la cuna de la vida en la Tierra, nutre y conecta todo el planeta. Todos dependemos del equilibrio y el bienestar de este inmenso espacio azul. Todos tenemos el deber de cuidarlo", explica Carlos Bravo, portavoz de la ONG OceanCare en España a EL ESPAÑOL-Enclave ODS.

"Sin embargo, los mares y océanos y la vida marina que estos albergan están cada vez más amenazados, degradados o destruidos por las actividades humanas, lo que reduce su capacidad de proporcionar las funciones vitales de las que depende la vida en nuestro planeta Tierra".

Por eso, desde esta organización ambientalista proponen que en esa cumbre de la ONU, se adopten seis medidas de largo alcance para evitar las peores consecuencias de "nuestra insostenible y malsana dependencia de los combustibles fósiles y los minerales estratégicos, y poner al océano en la senda de la recuperación".

En su Declaración 'Porque nuestro planeta es azul' incluye la prohibición de la prospección de petróleo y gas en altamar y abandonar de forma progresiva pero urgente las actividades de extracción de hidrocarburos actualmente existentes.

También solicita aplicar medidas obligatorias para reducir la velocidad de los buques, prohibir la pesca destructiva, como la de arrastre de fondo y adoptar normas mundiales para acabar con la contaminación por plásticos, abordando todo su ciclo de vida.

Y por último, añade que se debe acordar una moratoria mundial de la minería en aguas profundas y garantizar la protección efectiva de los hábitats marinos y aplicar medidas de conservación marina para restaurar los ecosistemas dañados por las actividades humanas.

Tres crisis en el planeta

El mundo se enfrenta a tres crisis simultáneas de cambio climático, contaminación y pérdida de biodiversidad, que suponen una grave amenaza para la existencia futura de la Humanidad.

El océano cubre más del 70% de la superficie terrestre y constituye el 95% de la biosfera. Al almacenar la radiación solar y distribuir el calor y la humedad por todo el planeta, influye en el clima mundial e impulsa los sistemas meteorológicos que afectan a la vida en tierra y en el agua.

El océano y sus ecosistemas también aportan importantes beneficios a la comunidad mundial, como la regulación del clima, la producción de alrededor del 50% del oxígeno de la Tierra, alimentos, medios de subsistencia, empleo, comercio marítimo, ocio y bienestar cultural.

Y el ODS 14 que trata sobre la vida bajo el agua, a nivel global, no se está cumpliendo, según asegura OceanCare.

Campaña de la declaración de OceanCare "Porque nuestro planeta es azul" de la organización internacional OceanCare Cedida

Como el mayor sumidero de carbono del planeta, el océano absorbe el exceso de calor y energía liberado por el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero y atrapado en el sistema terrestre. En la actualidad, el Océano ha absorbido cerca del 90% del calor generado por el aumento de las emisiones. A medida que el exceso de calor y energía lo calienta, el cambio de temperatura provoca efectos en cascada sin precedentes, como el deshielo, la subida del nivel del mar y las olas de calor marinas.

Estas últimas han duplicado su frecuencia y se han hecho más largas, intensas y generalizadas. El aumento de las temperaturas incrementa el riesgo de pérdida irreversible de los ecosistemas marinos y costeros, incluidos los daños a los arrecifes de coral y los manglares que sustentan la vida marina. Los océanos y los mares también se ven perjudicados por la acidificación generalizada.

Las grandes amenazas

"Los objetivos del Acuerdo de París sólo pueden cumplirse si detenemos inmediatamente la exploración de nuevas reservas de combustibles fósiles. Sin embargo, se siguen gastando miles de millones de dólares en explorar los fondos marinos en busca de petróleo y gas", explica el experto biólogo.

"Y las áreas marinas protegidas no están exentas de estas amenazas. La perforación, producción, transporte, refino, etc. son a menudo la causa de grandes vertidos de petróleo. La exploración de hidrocarburos en el subsuelo marino implica el uso de cañones de aire, que producen algunos de los ruidos artificiales más fuertes jamás conocidos, dañando la vida marina desde el krill más pequeño hasta la ballena más grande".

Campaña de la declaración de OceanCare "Porque nuestro planeta es azul".

El transporte marítimo es la principal fuente de emisiones de ruido continuo al medio marino. Las colisiones con buques siguen siendo una de las principales causas de mortalidad de grandes ballenas en muchas regiones.

"El sector del transporte marítimo, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero han aumentado un 20% en la última década (representan alrededor del 3% del total de las emisiones mundiales), opera con una flota envejecida que depende en un 98,8% de los combustibles fósiles para sus operaciones".

También, la contaminación derivada de la sobreproducción y el consumo de plásticos se ha convertido en una amenaza existencial para el planeta.

Según la carta que OceanCare ha enviado a la ONU y a todos los jefes de Estado y de Gobierno representados en la Conferencia sobre los Océanos del próximo año, se prevé que la producción mundial de plásticos se triplique, pasando de 460 millones de toneladas al año en 2019 a 1.231 millones de toneladas en 2060 si no hay una regulación significativa.

Se calcula que cada año llegan al océano 9 millones de toneladas de residuos plásticos que matan a un gran número de ballenas, delfines, focas, tiburones, tortugas, aves marinas y otros animales marinos.

Y por último, Bravo quiere destacar el efecto del uso de artes de pesca destructivas, junto con la sobrepesca, porque una de las mayores amenazas actuales para los ecosistemas marinos. "La pesca de arrastre y el dragado deben prohibirse en los hábitats vulnerables de los fondos marinos y en las zonas donde estos métodos de pesca provocan daños incidentales y la mortalidad de especies de megafauna amenazadas", asegura. Y también, deben eliminarse las subvenciones perjudiciales a la pesca.

En su opinión, es probable que estas amenazas causen daños irreversibles a la biodiversidad marina y tengan repercusiones duraderas en la vida y los medios de subsistencia de las comunidades costeras y más allá.