A la semana grande de la ONU, los delegados han llegado con la puerta abierta a una reforma del corazón de la diplomacia mundial: la propia ONU. El Pacto por el Futuro, un acuerdo no vinculante aprobado por los países miembros hace referencia a los cambios necesarios en una institución del siglo pasado para los problemas de presente

El secretario general, António Guterres, dijo en el discurso de apertura que ese acuerdo sentará las bases de un orden mundial sostenible, justo y pacífico para todos los pueblos y naciones”. Y resumió: "No podemos crear un futuro adecuado para nuestros nietos con un sistema construido por nuestros abuelos". La ONU se creó tras la Segunda Guerra Mundial, con la intención de asegurar la paz en un mundo de dos grandes bloques, pero hoy el contexto ha cambiado mucho.

En esta cumbre del Futuro, que se celebró los días 23 y 24, antes de la semana de la Asamblea General, se aprobó el texto sobre la base de cinco líneas clave: inclusión de la juventud, una digitalización justa, desarrollo sostenible, paz y seguridad y transformación de la gobernanza.

Cristina Gallach, que fue secretaria general adjunta del departamento de Comunicaciones e Información Pública de la ONU, hizo un análisis de ese pacto en Las mañanas de RNE. Explicó que venía de una "reflexión profunda" del secretario general durante la pandemia en la que vio que se necesitaba un cambio.

Ella concedió: "Las políticas las teníamos en la agenda 2030, que nos dice los ámbitos en los que se debía actuar, pero hay que darle un acelerón que resulta imposible con una estructura pensada y acordada para otros tiempos".   

Secretario General de la ONU, António Guterres

De las reflexiones de Guterres, dice Gallach, se deducía que el sur global está infrarrepresentado en los foros internacionales, "encontramos a países en vías de desarrollo, que están muy desarrollados tecnológicamente y no tienen voz". El Pacto por el Futuro acordó 57 medidas para facilitar el cambio, que aunque no son obligatorias, marcan el camino. 

Un punto delicado es el del derecho a veto en el Consejo de Seguridad. Hay 96 casos de estados con conflictos, pero solo cinco países pueden paralizarlo todo. Ella también recuerda: "Entre el veto y la nada hay tanta acción multilateral, que bien conducida puede llevar a cambios positivos".



Gallach reconoce esa preocupación y que se debe recuperar la confianza global, aunque según ella parece poco probable que el sistema cambie a corto plazo. Eso sí, asegura que "tomarán medidas para reforzar el multilateralismo y profundizar en la cooperación internacional". 

La ONU de 1945 mira a 2030

En el ADN de la ONU está la colaboración y el consenso, pero si las herramientas son del siglo pasado, los problemas del presente se complican. Por eso, en este acuerdo no vinculante, los líderes mundiales se comprometieron a modernizar los mecanismos con los que cuentan las naciones

También, de forma implícita, los países refrendaron los ODS. Pedían modernizar los instrumentos, con una atención a la financiación. El mismo Guterres dijo: "La arquitectura financiera internacional, creada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial, está siendo sometida a una prueba de resistencia de proporciones históricas, y no está superando la prueba". 

El texto expresa la preocupación por la brecha de financiación, especialmente en los países en vías de desarrollo. Y para ello, entre otras cosas, propone acciones para acabar con la pobreza, señala la igualdad de género como semilla de progreso económico y marca el funcionamiento de un sistema de comercio multilateral

En el apartado de seguridad, aunque pasa de puntillas y sin mencionar conflictos en concreto, condena "en los términos más fuertes" las consecuencias de la violencia en civiles, infraestructuras y culturas.

"Estamos particularmente preocupados por el impacto desproporcionado en mujeres, niños y personas vulnerables en los conflictos armados. Genocidios, crímenes contra la humanidad y de guerra, incluyendo ataques deliberados contra civiles, están prohibidos por la ley internacional", reza el texto.

Digitalización y participación ciudadana

Dos apartados que tuvieron especial atención en el Pacto del Futuro fueron la inteligencia artificial y la inclusión de los jóvenes en la toma de decisiones. Aunque en los conflictos la ONU es la primera que llega y la última en irse, su estructura no le permite velocidad de maniobra. Sin embargo, a estos dos apartados le han dedicado dos anexos para acelerar su transformación. 

En cuanto a la digitalización, le ha mostrado una especial atención para asegurarse de que llega a todos. La conectividad y las nuevas tecnologías pueden facilitar la instauración de los ODS. Aunque también suponen grandes riesgos como la trata de personas y la violencia sexual; solo en España hay más de 7.000 mujeres en riesgo y los expertos señalan internet como una de las causas. 

Cumbre por el Futuro que precede a la Asamblea General de la ONU Europa Press

La ciencia y la tecnología tienen el potencial de acelerar los objetivos de sostenibilidad y desarrollo sobre los que trabaja la ONU. Sin embargo, millones de personas no tienen acceso a la tecnología que significaría un cambio en su modo de vida. Por eso, IA e internet son dos aspectos a los que la ONU le presta atención para no dejar a nadie atrás. 

En cuanto a los más jóvenes, se trata de la piedra angular de esa estrategia. Ya que como dice el secretario general, necesitan modernizar la institución para afrontar los nuevos retos. 

Además de los compromisos para acabar con la desigualdad, lograr una educación de calidad para todos y garantizar la planificación a largo plazo, la Declaración propone incorporar un enviado especial para las generaciones futuras. El papel de esta nueva figura en el seno de la ONU será abogar porque el sistema de las Naciones Unidas tenga una reflexión a largo plazo.

Asamblea General

Este Pacto del Futuro no ha sido más que el preámbulo de la Asamblea General que empezó el 24 de septiembre. Esta cumbre tendrá puesta la atención en los conflictos armados de Ucrania y Gaza, y la escalada de violencia en el Mediterráneo oriental. Y aunque habrá representantes de sus respectivos países, ni Putin, ni Xi Jinping, ni Maduro asistirán. Sí estará, sin embargo, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

El presidente del gobierno español, Pedo Sánchez, tuvo una reunión bilateral con António Guterres en la que abordaron varios conflictos. "Compartimos nuestra enorme preocupación por la situación en el Líbano y hacemos un llamamiento a la contención y la desescalada", escribió Sánchez en las redes sociales.

Pedro Sánchez y Jose Manuel Albares en la sesión de apertura del Debate General de la ONU EFE

Fuentes de la delegación española explicaron que Guterres agradeció al presidente del Gobierno la coherencia que considera que España está demostrando en política exterior, incluyendo el caso Venezuela. 

Con el número de conflictos armados, de crisis y el cambio climático los retos son mayúsculos. El contexto internacional, en el que se pasa de un entrono bipolar a otro en el que hay cada vez más actores, hace los acuerdos aún más complicados, por eso, Guterres dijo a la asamblea: "Estamos aquí para sacar al multilateralismo del abismo", aunque como Cristina Gallach lamentó "esa es la voz de una persona al límite".