Cada isla canaria es diferente y tiene una belleza única; sin embargo, la más fácil de identificar es Lanzarote, tanto por su singular paisaje marcado por la intensa actividad volcánica como por haber sido pionera a la hora de preservarlo. Hasta donde alcanza la vista, todo es un páramo que combina todas las gamas oscuras de color.
En parte de ello está su encanto, en una panorámica volcánica que nos recuerda que hace millones de años, la tierra descargó toneladas de lava y lo que hoy conocemos como la isla de Lanzarote, fue lo que nació a partir de erupciones. No es fácil de olvidar, pero aunque lo fuese, tenemos pequeños recordatorios en el paisaje.
Uno de los más emblemáticos de la isla es la bomba volcánica Guire, que a pesar de no haber surgido hace millones de años, tiene los suficientes como para formar parte de la esencia de Lanzarote. Surgió hace 200, aproximadamente, por culpa de la 'megaerupción' que casi acaba con el lugar.
La bomba volcánica más grande del mundo
De forma individual, Lanzarote ya cuenta con un característico paisaje volcánico, en el que el ambiente parece teñirse de un ambiente oscuro, acompañado de una belleza inigualable. Sin embargo, todas esas formaciones, además de complementar el paisaje, narran la historia de las múltiples erupciones que han ocurrido.
La bomba volcánica Guire es uno de los fenómenos geológicos más fascinantes de Lanzarote, de España e, incluso, de todo el mundo al considerarse una de las más grandes que existe. Está localizada en el entorno del Parque Nacional de Timanfaya, una de las zonas volcánicas más icónicas de la isla.
La bomba volcánica Guire no solo destaca por su tamaño monumental, sino que cuenta con un singular proceso de formación. Al igual que todas las que existen en el mundo, se trata de un fragmento de lava que es expulsado durante una erupción volcánica y que, debido a su gran tamaño, se solidifica en el aire antes de tocar el suelo.
En el caso de la bomba Guire, surgió en la 'megaerupción' que sufrió Lanzarote en 1730. Duró nada menos que seis años, hasta 1736, y arrasó una tercera parte de la superficie de la isla. Además de cubrir una gran parte del territorio de lava, la erupción provocó lo que hoy se conoce como la bomba volcánica más grande del mundo.
La bomba Guire fue arrojada desde el cráter de un volcán en Timanfaya y mide aproximadamente cuatro por cinco metros. Su enorme tamaño, su forma redondeada y su textura característica, producto de la rápida solidificación de la lava en movimiento, la hacen única y muy representativa de la isla.
El Guire tiene una gran importancia dentro del ecosistema volcánico de Lanzarote. Al integrarse de manera tan natural en el paisaje volcánico, se ha convertido en un símbolo de la fuerza destructiva del magma.
Este tipo de formación geológica también es objeto de estudio, ya que proporciona información sobre la dinámica de las erupciones, la composición del magma y las fuerzas que actuaron sobre la lava antes de su expulsión.
La bomba volcánica Guire, en particular, al ser una de las más grandes que se conocen en el mundo, permite a los geólogos profundizar en el conocimiento de la historia volcánica de la isla.
Además de su valor científico y cultural, la bomba Guire se ha convertido en un atractivo turístico en sí mismo, parte de los recorridos por Timanfaya. Los visitantes quedan impresionados por su tamaño descomunal y su aspecto imponente; sin embargo, ese mismo turismo es el que está provocando grandes daños en la bomba volcánica.
Se ha denunciado en numerosas ocasiones que la bomba Guire está sufriendo un deterioro debido al turismo, en especial, a un número de personas que deciden tocarla o, incluso, subirse en ella. En la zona está especificado que está prohibido salirse de los senderos.