Tener una casa, trabajo y vida social: estas son las presiones sobre la salud mental de la 'generación de cristal'
Ana Brito, Silvia Llop, y Patricia Espejo bajan a tierra la salud mental que ni es solo "responsabilidad de uno misma" y "estar mal también es salud mental".
10 octubre, 2024 01:22"Conocerse a una misma" para "gestionar lo que pasa dentro de ti" y poder "tener una vida plena". Así es como definen la salud mental la podcaster y periodista, Ana Brito, del Show de Briten, y la psicóloga Silvia Llop, y la cómica Patricia Espejo, del pódcast Bendita Terapia. De ello hablan largo y tendido en sus programas.
Estas tres comunicadoras entienden que comunicar es una forma de terapia y aseguran que no todo es responsabilidad de una misma. Ana Brito llega a esta conversación con ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL cinco minutos tarde, después de una mañana ajetreadísima. Eso le brinda el gancho perfecto para reivindicar la no perfección.
"Creo que buscamos algo inexistente, nos autoimponemos ser la mejor amiga, la mejor madre, la mejor hija… Tanto que no da la vida. Llega el momento de quitarnos las caretas; ni somos, ni tenemos que ser, tan buena amiga, ni tan buena madre, ni tan buena hija", exclama Brito. Hay que aprender a convivir con que nadie es perfecto. Porque estar mal también es salud mental.
Se intenta, aunque no sea fácil, llegar a todo, y eso que cada vez hay más cosas a las que queremos atender. Espejo recuerda que hay muchas cosas ajenas que afectan, que no depende de una misma. "Estamos en un tiempo que parece que la salud mental es solo cosa de nosotras, pero es que hay unos factores externos que hay que tenerlos en cuenta. Se nos hace responsables de nuestra propia salud mental, pero es que la mitad del mundo está jodidísimo".
Las tres han sido las representantes de la iniciativa #LibreríasDeGuardia en las que se reivindica la lectura como modo de terapia. 155 librerías en 94 ciudades españolas se han sumado a este proyecto. Juan Vicente Centelles, de la librería Argot, dice que "la lectura nos permite hacer pausas mentales y reconectar con nosotros mismos". Y añade: "Al abrir un libro, no solo descubrimos historias, sino también herramientas para manejar la ansiedad, el estrés o la soledad".
Conocerse a uno mismo
Las tres comunicadoras coinciden en lo más esencial, el autoconocimiento. Pero para eso, sobre todo, se necesitan vivencias. No se puede saber cómo reaccionar a situaciones si no se han vivido antes. Como dice Llop, "cuando eres joven necesitas experiencia y darte hostias".
Nadie puede saber cómo responderá a una crisis emocional si no le han roto el corazón, igual que cada uno supera el luto de un familiar de forma diferente. La gestión de las emociones es algo tan personal como esencial para seguir adelante.
La psicóloga asegura que idealmente eso se debe enseñar desde casa, con el apoyo y la confianza que da la familia. Pero si padres, madres o hermanos tampoco saben bien lo que significa la inteligencia emocional, difícilmente podrán ayudar de forma adecuada. O incluso si saben lo que es, no es fácil comunicarlo clara y eficazmente a los más jóvenes.
Así, muchas veces se buscan respuestas simples a preguntas complejas en el pozo de la desinformación que es internet y redes sociales. Eso lleva a que, según la experiencia de Brito, muchos jóvenes exijan la inmediatez de internet en su vida personal. "Quieren todo ya, y no se sacrifican tanto por lo que quieren, porque desean lo rápido y lo fácil". Pero tampoco se les puede llamar 'generación de cristal', solo por pedir cosas tan básicas como vivienda, trabajo y conciliación.
Por otro lado, Llop cree que la escuela está intentando tener una aproximación diferente: "Trabajan un montón con los niños desde muy pequeñitos, con sus emociones, meditaciones y cosas así. Ahora yo creo que se están metiendo mucho en ese tema".
Así, se apoya el refuerzo positivo y apoyar los aspectos que se les da bien a los niños y niñas. Las tres coinciden en que precisamente esos aspectos son los que pueden servir en el futuro para la vida adulta. De nada vale machacar en las cosas que uno no es bueno, y no se aprovechen las que sí.
Trabajo para la normalización
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha abierto el debate de la baja flexible. El trabajo, en muchas ocasiones, puede servir como bálsamo para romper con las espirales mentales en las que se cae durante temporadas de estrés. Por este motivo, este año el motivo del día mundial de la salud mental es el Trabajo.
Hay que bailar sobre esa difusa línea entre superproducción constante y usar el trabajo como vía de escape. Por un lado, Espejo habla de la culpabilidad al cogerse vacaciones. Por otro, Brito recuerda que en algún momento de su vida el ambiente en su espacio de trabajo y el apoyo de los compañeros le sirvió para salir del bache. Llop, además, menciona el valor de autorrealización que se tiene en un trabajo que sea gratificante, esto ayuda a la autoestima.
Eso lo comparte Verónica Abreu. Ella sufrió un episodio que comprometió su salud mental y tuvo que ser ingresada. Y aunque aún sigue viendo a profesionales, la Fundación ASAM, la ayudó a dar un paso adelante. Como parte del tratamiento, Abreu reconoce la ayuda que le dio la rutina del empleo: "Lo más bonito es que no te sientes como una isla y porque conoces personas".
Por eso es importante reconocer que las personas con problemas de salud mental son aptas para trabajar si así lo desean. El papel de fundaciones como ASAM es fundamental para la normalización de estos casos. Porque como dicen las tres podcasters, cada uno debe conocerse lo suficiente y gestionar adecuadamente las emociones, que no es ignorarlas.