Las gélidas aguas del Ártico esconde secretos que aun el ser humano no ha sido capaz de descifrar. Tesoros ocultos a modo de sorprendentes especies marinas que desafían las leyes de la naturaleza y el propio entender del hombre. Uno de los más llamativos, centro de atención de múltiples estudios desde tiempos inmemoriales es el tiburón de Groenlandia (Somniosus microcephalus).

En las profundidades de estas aguas habita esta fascinante criatura cuya esperanza de vida puede alcanzar los 500 años, posicionándose como el vertebrado más longevo conocido en el planeta.

Su longevidad no solo es un tema de interés para biólogos marinos, sino que también ha captado la atención de investigadores del envejecimiento humano, quienes esperan desentrañar los misterios detrás de su extraordinaria resistencia al paso del tiempo.

No cabe duda de que la capacidad del tiburón de Groenlandia para vivir durante siglos en uno de los entornos más hostiles de la Tierra ofrece un sinfín de posibilidades en la investigación biomédica, ofreciéndonos una cara única del pasado y futuro de la vida en el mar.

A medida que los científicos continúan desentrañando los secretos de estos antiguos gigantes, este tiburón podría revelar claves esenciales para extender la vida humana y mejorar nuestra salud a lo largo del tiempo.

El metabolismo lento: clave de su longevidad

La extrema longevidad del tiburón de Groenlandia se debe en gran medida a su metabolismo único. A diferencia de la mayoría de los animales, incluido los humanos, cuyo metabolismo se ralentiza con la edad, estos tiburones mantienen un ritmo metabólico constante que les permite evitar los cambios celulares típicos del envejecimiento.

Este descubrimiento ha sido objeto de numerosos estudios, como los liderados por el biólogo Ewan Camplisson de la universidad de Manchester. Los hallazgos de su equipo sugieren que esta especie de tiburón ha desarrollado mecanismos biológicos que podrían revolucionar nuestra comprensión del envejecimiento.

Ejemplar de tiburón de Groenlandia. National Geographic

Además, la adaptación del tiburón de Groenlandia en una temperatura extrema lo convierte en la única especie que habita las gélidas aguas del Ártico durante todo el año. A diferencia de otras especies que migran para escapar del frío, estos están perfectamente adaptados para prosperar en temperaturas extremas.

Su capacidad para nadar lentamente es otra de sus principales características; aunque pueden alcanzar entre los seis y siete metros de longitud, son uno de los peces que nadan más despacio en relación con su tamaño. Esta lentitud podría ser una adaptación para conservar energía en un entorno donde la comida es escasa.

Características del tiburón de Groenlandia

Una de las características más fascinantes del tiburón de Groenlandia es su reproducción extremadamente tardía. Las hembras no alcanzan la plena madurez hasta alrededor de los 150 años.

Este retraso es probablemente una adaptación a su entorno, donde las oportunidades de apareamiento son limitadas y el crecimiento es mucho más lento. Una estrategia reproductiva que asegura que las crías nazcan en un momento en que tienen mayores probabilidades de sobrevivir, a pesar de las duras condiciones del Ártico.

Toxinas en los ojos del tiburón de Groenlandia. E.E.

La mayoría de estos tiburones vive con parásitos en los ojos, lo que indica que dependen más de otros sentidos, como el olfato, para sobrevivir y prosperar en las oscuras profundidades del océano.

A pesar de tener cerebros diminutos, estos tiburones muestran habilidades cognitivas sorprendentes. Son capaces de cazar y navegar grandes distancias, lo que demuestra una inteligencia mucho mayor de la que se llega a comprender a través de los múltiples estudios.

La toxicidad del tiburón de Groenlandia

La carne del tiburón de Groenlandia es altamente tóxica para los humanos debido a compuestos como la urea y el óxido de trimetilamina (TMAO). Estos ayudan a la especia a estabilizar sus proteínas en las frías aguas del Ártico, haciéndolos prácticamente invulnerables a la depredación humana.

Sin embargo, esta toxicidad no parece afectar su salud, lo que añade un nuevo misterio a su ya enigmática biología, atrayendo la atención de múltiples estudios científicos. 

Los descubrimientos sobre la longevidad del tiburón de Groenlandia han despertado un gran interés entre los expertos, no solo por su impacto en la biología marina, sino también por sus posibles implicaciones para la comprensión del envejecimiento humano. Y es que, los resultados de tales investigaciones podrían ofrecer pistas valiosas para desarrollar nuevas estrategias contra el envejecimiento y enfermedades relacionadas con la edad.