En un mundo de guerras y conflictos, el botón rojo que todo el mundo teme es el de las armas nucleares. La organización japonesa Nihon Hidankyo, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2024, agrupa a los supervivientes de los ataques de Hiroshima y Nagasaki. Ellos hacen campaña para que los países se deshagan de ese armamento que llevaría al mundo a autodestruirse.
Tras la destrucción directa de la explosión, las consecuencias fueron dramáticas por la contaminación que dejaron. El testimonio directo de los afectados que cuentan cómo vivieron en primera persona el evento que conmocionó al país, y sus consecuencias son desgarradores.
Estos supervivientes son conocidos como hibakusha. En los últimos meses han firmado declaraciones contra las pruebas en EEUU o Rusia. Eso sí, el comité de los premios ha recalcado, que a pesar de la escalada armamentística, los esfuerzos de los países en no utilizar armas nucleares en los numerosos conflictos que ha habido. La energía nuclear tiene un papel importante en la transición energética, pero también facilita la fabricación de estos misiles.
Fundada en 1956, Nihon Hidankyo es la única organización nacional de Japón que reúne a los supervivientes de estas catástrofes nucleares. Estas armas han ganado aún más relevancia en el actual contexto de tensiones internacionales, donde la amenaza de un conflicto nuclear es más palpable que nunca. Esta vez el grito por eliminarlas ha ganado el altavoz de este prestigioso premio. El año que viene marcará 80 años desde la explosión más destructiva.
Su otra reivindicación es que reconozca la responsabilidad del gobierno japonés por haber entrado en la guerra, que se reconozca qué daño que se produjo y financie programas de asistencia a los hibakusha.
La ley 'Hibakusha'
Aunque sigue rechazando su parte de culpa, el gobierno de Japón ha tenido que aceptar algunas de las reivindicaciones de Nihon Hidankyo como la Ley de Cuidado Médico en 1957 o la Ley de los Expuestos a la Bomba de 1968.
En 1994, se aprobó la Ley de Asistencia a los Supervivientes de la bomba atómica, aunque esta no daba ayuda económica a los afectados ni reconocía la responsabilidad del gobierno. Ese mismo año, la organización de Nihon Hidankyo fue candidata al Premio Nobel de la Paz por primera vez.
El presidente del comité, Jorgen Watne Frydnes, ha querido hacer mención en la entrega del premio a la presión cada vez mayor que atraviesa "la línea roja nuclear", la norma que declara el uso de armas nucleares como "moralmente inaceptable".
"Las potencias nucleares están modernizando y mejorando sus arsenales", ha dicho, "nuevos países están preparándose para adquirir armas nucleares y están lazando amenazas de utilizarlas. En este momento de la historia, vale la pena recordar qué son las armas nucleares: las más destructivas que el mundo haya visto jamás", informa Europa Press
El Nobel de la Paz
El de la Paz es el quinto de los galardones anunciados hasta ahora, después de los de Medicina, Física, Química y Literatura, y sucede al otorgado en 2023 a Narges Mohammadi, la activista iraní que recibió el premio desde la cárcel.
La lucha de esta guerrera por los derechos de la mujer se encontró con el muro de los ayatolás. La arrestaron 13 veces, la condenaron a 154 latigazos y a 31 años de cárcel. También hizo campaña contra la pena de muerte, el uso de la tortura y la violencia sexualizada contra la mujer.
La esencia del premio reivindica el compromiso de los individuos y organizaciones que pueden marcar la diferencia en situaciones bélicas. Este año el comité quiere honrar a los supervivientes que, a pesar del daño físico y emocional, han querido ponerse como ejemplo para que esto no vuelva a pasar.
Había otros candidatos a este galardón como UNRWA, en defensa del pueblo palestino y contra la matanza en Oriente Medio, o el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Pronto, no quedará nadie que pueda recordar de primera mano uno de los eventos más destructivos que se han visto. Con este premio esperan que no se olvide lo dañino que puede ser un gran poder usado irresponsablemente.