Por todos es sabido que España aguarda alguna de las joyas naturales más apreciadas de todos. No obstante, no siempre somos conscientes de que algunas de ellas son únicas en el mundo, haciendo que un lugar, de por sí increíble, se convierta en extraordinario.

Ubicado en la provincia de Zaragoza, el monasterio de Piedra es un paraíso natural que ha asombrado a sus visitantes durante siglos. Fundado en el siglo XIII por monjes cistercienses, se encuentra rodeado de un entorno privilegiado donde la naturaleza despliega todo su esplendor.

Cascadas, lagos y grutas forman parte de este impresionante paisaje, convirtiéndolo en un destino imprescindible para los amantes de la tranquilidad y la historia, pero también para disfrutar de un lugar único en el mundo.

Un rincón único en el mundo

Sin duda, el mayor secreto que esconde el monasterio de Piedra es la gruta Iris, una formación natural que se encuentra escondida tras la cascada Cola de Caballo, una de las más famosas de este entorno, que alcanza los 53 metros de altura.

Esta gruta, descubierta en 1860 por Juan Federico Muntadas, ofrece un espectáculo visual incomparable. Durante los meses de verano, cuando el sol incide sobre las finas gotas de agua de la cascada, se forma un arcoíris en suspensión que crea un espectáculo único para los ojos de quienes tienen la suerte de presenciarlo.

El acceso a la gruta Iris es una auténtica aventura. Para llegar a ella, debes adentrarse en la gruta, donde se encuentran rodeados de estalactitas, musgo y el constante eco del agua que cae.

La frescura del ambiente y la belleza del entorno hacen de este lugar un rincón lleno de magia y misterio. Desde dentro de la gruta, podrás apreciar la cascada desde una perspectiva completamente diferente.

Historia del monasterio

El monasterio de Piedra fue construido en 1203 en la orilla del río Piedra, y es un magnífico ejemplo de la arquitectura cisterciense, caracterizada por su sobriedad, sencillez y luminosidad.

Este lugar ha sido testigo de siglos de historia, desde su origen como templo religioso hasta su posterior transformación en un destino turístico tras la desamortización de Mendizábal en 1835. Aunque la iglesia del monasterio se encuentra en ruinas, el claustro y las dependencias monacales aún conservan el encanto de su pasado.

Monasterio de Piedra, Zaragoza.

Rodeado por una muralla medieval que aún mantiene en pie su imponente Torre del Homenaje, el monasterio ofrece una experiencia que combina historia y naturaleza en un entorno idílico.

Durante el siglo XIX, el empresario Juan Federico Muntadas adquirió el monasterio y transformó sus huertas en un espectacular jardín paisajista, convirtiendo el recinto en lo que hoy es un espectacular parque natural.

Más allá de la historia y la arquitectura, uno de los mayores atractivos del monasterio de Piedra es su increíble parque, un paraíso natural atravesado por el río Piedra. Las aguas de este río han ido esculpiendo un impresionante paisaje de cascadas, lagos y grutas, creando un ambiente que parece sacado de un cuento de hadas.

El parque también cuenta con una gran variedad de flora y fauna. Árboles centenarios, arroyos y una gran diversidad de aves acompañan a los visitantes en su recorrido por los senderos que serpentean entre la vegetación y los saltos de agua.

Actividades en el monasterio de Piedra

Además de las cascadas y grutas, el parque del monasterio de Piedra ofrece otras actividades para disfrutar durante la visita. Los amantes de la fauna pueden asistir a exhibiciones de aves rapaces, donde podrán ver águilas, halcones y otras especies en acción.

También es posible visitar el Museo del Vino, ubicado en la antigua bodega del monasterio, un lugar ideal para los aficionados a la enología.

Cascada en el monasterio de Piedra, Zaragoza. iStock

Otro dato curioso es que el Monasterio de Piedra fue pionero en la creación de la primera piscifactoría de España hace más de 150 años, lo que subraya la rica historia y tradición que envuelven este lugar.

Cómo llegar

El monasterio de Piedra se encuentra en la localidad de Nuévalos, a unas dos horas en coche desde Zaragoza. La forma más habitual de llegar es a través de la autovía A-2, tomando las salidas hacia Nuévalos.

Si lo prefieres, también es posible llegar en tren, con parada en la cercana localidad de Calatayud, desde donde se puede continuar el viaje en coche o autobús.