No hay mejor estrategia para una invasión de especies que si la alóctona se pudiera clonar. Así podría reproducirse casi sin fin y expulsar a las autóctonas. Si además de ser más grandes, más fuertes y más agresivas, como en el caso de la tortuga californiana, las especies foráneas se reprodujesen infinitamente… ahí estaríamos hablando de la especie invasora perfecta. Ese es, precisamente, el caso del cangrejo jaspeado.
Miguel Clavero, biólogo del CSIC en la estación biológica de Doñana, publicaba en The Conversation que los ejemplares de estos animales "son hembras partenogenéticas, del griego parthenos, virgen, y génesis, origen o nacimiento. Cada una de ellas daba lugar a una abundante descendencia genéticamente idéntica a la madre". Es decir, no necesitan de machos para reproducirse.
Tras estudios, se establece que son cercanos a la especie rocambarus fallax del suroeste de EEUU. Sin embargo, Clavero asegura que son un caso único de entre las 15.000 especies de crustáceos decápodos identificados. "Jamás se había descrito, ni se ha vuelto a hacer, este tipo de reproducción unisexual", dice. Así acabaron diferenciándolos en la taxonomía como Procambarus virginalis en 2017.
La historia de este cangrejo es parecida a la de tantas otras especies que llegaron por la mano —y descuido— del ser humano. Primero se acoge y luego se sueltan en cualquier lugar, muchas veces pensando que se está haciendo bien. Clavero recomienda que en caso de tener mascotas exóticas y no saber qué hacer con ellas, las lleve a centros especializados. Lo principal es ponerse en contacto con las autoridades.
Actualmente, se han identificado ejemplares en unos 30 países de Europa, América, Asia y África. En Madagascar la expansión fue meteórica, aumentó su área de distribución por 100 en 10 años.
De conquistas… y extinción
Este cangrejo todavía no ha sido registrado en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), aunque Clavero recuerda que sí lo está en la lista europea, por lo que su tenencia es ilegal. Este catálogo incluye 200 especies de todo el reino animal.
Hay algunas son ya tan conocidas como la cotorra argentina o los mosquitos tigre. Pero también hay hierbas, algas y peces. La última que se introdujo fue el cerdo vietnamita. Se detectaron piaras asilvestradas cruzadas con jabalíes, que también se consideran especie invasora.
Aunque algunas llegan de la forma más inocua, el problema es que expulsan a las endémicas, las que solo se encuentran en un lugar, y fácilmente acaban en extinción.
Esto además lleva a la pobreza genética dentro de una misma especie. Fuentes de la organización de conservación Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés) advierten: "Salvaguardar la diversidad de la Tierra es la mejor manera para mantener nuestro sistema de vida". Algunas de esas especies exóticas invasoras identificadas contribuyen activamente a la pérdida.
Cumbre por la biodiversidad
Y precisamente cómo salvaguardar esa riqueza de los ecosistemas es lo que se debate esta misma semana, y hasta el 1 de noviembre, en la COP 16 de biodiversidad que reúne a los países en Cali (Colombia) para abordar la pérdida de diversidad terrestre. En la apertura, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a los gobiernos a pasar a la acción.
"Destruir la naturaleza inflama los conflictos, la ira y la enfermedad, alimenta la pobreza, la desigualdad y la crisis climática, y perjudica el desarrollo sostenible, los empleos verdes, el patrimonio cultural y el PIB", dijo Guterres en referencia a los servicios ecosistémicos que presta una naturaleza sana.
Dos puntos centrales que se discutirán será justamente financiación y la compensación equitativa por el uso de los recursos genéticos de la naturaleza. "El ADN digitalizado de la biodiversidad sustenta los descubrimientos científicos. Pero los países en desarrollo no se benefician de estos avances, a pesar de que albergan una riqueza extraordinaria", apostilló.
Una naturaleza sana y diversa es mucho más resiliente a la invasión de especies como la del cangrejo o de los insectos. Aunque está la mano del hombre para inclinar la balanza hacia un lado u otro.