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Lo sucedido en Valencia podría ser la excepción que confirma la nueva regla: se sabía que iba a ocurrir, lo que no se sabía era el dónde ni el cuándo.

Es difícil comparar esta DANA con otras anteriores, ya que los datos no se recogían igual en el pasado. Pero nunca un fenómeno meteorológico de esa magnitud había golpeado una zona tan densamente poblada en España, provocando tantos fallecimientos y destrucciones.

Científicamente, se sabe que esta "DANA del siglo" no será la última: vivimos en un nuevo clima con reglas del pasado. Hablamos con los expertos para conocer cómo ha cambiado España y qué podemos hacer para adaptarnos y estar preparados.

"Sabíamos que iba a ocurrir. Durante los días 24 y el 25 de octubre, la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) alertó de un evento anómalo y desde ahí ha habido una serie de negligencias y torpezas que no nos podemos permitir más", cuenta Fernando Valladares, científico del CSIC.

Desde este verano, el Mediterráneo ha estado por encima de los 30 °C, una temperatura extrema que en palabras de Álvaro Rodríguez, coordinador general de The Climate Reality Project, implica "una cantidad de energía enorme, concentrada en forma de calor que se tiene que disipar en algún lado, por lo que era obvio que iba a haber un fenómeno de esta magnitud".

El problema, insiste, "era saber cuándo y dónde. Pues tienen que darse una serie de condiciones meteorológicas en las cuales influyen otros muchos factores, como el anticiclón o la corriente de chorro".

El negacionismo mata

"Necesitamos decisiones mucho más valientes más allá de que los niños no vayan al colegio. Esto tiene muchas lecturas: puede suponer que los más pequeños son lo que más nos preocupan, pero esta medida tiene un impacto mucho menor en la economía y en el funcionamiento de una ciudad o de un área metropolitana que el hecho de que los adultos no acudan a trabajar", manifiesta Valladares.

Y lamenta que la de suspender las clases sea una medida "permite políticamente expresar preocupación sin compromiso".

Por su parte, el coordinador general de The Climate Reality Project reclama que los políticos tengan un extra de responsabilidad, de entendimiento, de formación y de diálogo con los científicos.

"A la DANA le da igual si eres de izquierdas o de derechas, es un fenómeno que responde a las leyes de la física. No nos hemos actualizado al nuevo registro climático porque aún hay gente que se permite dudar del cambio del clima, como si fuera cuestión de opiniones, y ahora ha quedado demostrado que, si lo niegan, se producen muertes", añade.

Dónde reconstruir

"Hay una tendencia, muy comprensible, de reconstruir las cosas y dejarlas como estaban", argumenta Valladares. Aunque, añade, "si el clima está cambiando, las cosas también tienen que cambiar".

Y lo explica: "Desde luego, si se ha caído un paseo marítimo, hay que construirlo más tierra adentro y pensando en un mar más embravecido y que se desborda con más facilidad y más días al año". De la misma manera, "si hay que recuperar viviendas, hagámoslo en sitios más seguros que una zona inundable, no hagamos plantas de sótano por muy conveniente que pueda parecer, pues es algo muy peligroso".

En definitiva, zanja el científico, "debemos reconstruir con una nueva filosofía y en lo posible ajustarnos a la naturalidad del entorno y aliarnos con los ingredientes naturales que suelen ser los que mejor soportan los eventos extremos: meandros, arboledas…".

Rodríguez, por su parte, afirma: "Si nos limitamos a reconstruir, será cuestión de tiempo padecer los mismos efectos". Por eso, propone "hacer una revisión y cambios en los planes urbanísticos: no se trata de construir refugios climáticos como quien habla de refugios nucleares".

Más bien al contrario: "Nuestras propias poblaciones deberían ser refugios climáticos contra el calor, contra la falta o contra el exceso de agua… Necesitamos construir de una manera distinta, repensar las ciudades, repensar las viviendas, repensar la movilidad, tenemos que hacernos resilientes porque estamos ante una nueva realidad que implica herramientas y capacidades nuevas".

Nuevas infraestructuras

Para Valladares, "la mayoría de los grandes puertos españoles no están diseñados para el mar que tenemos hoy". Pues actualmente este deriva, dice, del cambio climático: "más altura de las olas, corrientes más fuertes, cambios en la orientación…".

"Lo mismo podemos decir de puentes y de otras grandes infraestructuras que se han quedado desfasadas y que conviene actualizar", indica el científico. Y a esto habría que añadir "que no han recibido el mantenimiento que necesitarían, como vimos hace tres años al derrumbarse un gran puente en una ciudad italiana. Juntamos dinero para construirlas, pero no para mantenerlas y mucho menos aún para actualizarlas al nuevo clima".

Preparación ciudadana

"Del mismo modo que en caso de corte eléctrico o incendio sabemos que no puede usarse el ascensor, habrá que crear instrucciones, señaléticas y simulacros para casos de inundación, grandes precipitaciones o huracanes. Necesitamos que las administraciones contribuyan con campañas, del mismo modo que se hace para la Sanidad o desde la Dirección General de Tráfico. Hemos visto testimonios de mucha gente que no sabía qué hacer, personas desoladas en mitad de la inundación que miraban con miedo y sin saber si tenían que bajarse del techo del coche o quedarse allí", recalca Valladares.

"Si mañana empiezan a temblar las mesas en una escuela de Japón, automáticamente los niños de 5 o 6 años saben lo que tienen que hacer, porque han sido formados para afrontar los terremotos. Este es el trabajo que tenemos que empezar a hacer", destaca Rodríguez.

Contra los bulos

Valladares alerta de que "la desinformación, los bulos, la conspiración… son sumamente peligrosos". Por eso, los expertos recuerdan que "en estos escenarios tenemos que unirnos para denunciarlos de alguna manera: hemos visto hasta teléfonos falsos de ayuda a las víctimas".

Y desmontan algunos bulos: "Hoy por hoy, no somos capaces de crear estas condiciones climáticas para manipular lluvias de esta intensidad… Tenemos que buscar personas de confianza que puedan ayudarnos a entender esta nueva realidad. Mucha gente no va a tener el tiempo, las ganas ni la motivación para entender esta información climática que se debe dar de forma correcta desde TikTok a un medio".

Otro evento climático extremo

"La temperatura del mar Mediterráneo ha subido 3 grados centígrados, lo que significa que está muy cargado de energía y que, mientras siga así, sucederán más eventos climáticos extremos en su litoral. Habrá otro fenómeno climático extremo en el litoral Mediterráneo español, entre Barcelona y Cádiz, y sin querer aplicar la ley de Murphy, podría caer en el mismo lugar", alerta Valladares.

Aunque también apunta a que "las olas de calor se van a hacer más frecuentes en los veranos, teniendo temperaturas récord que se irán batiendo año tras año".

Rodríguez, por su parte, recuerda que "arrojamos a la atmósfera 164 millones de toneladas de gases de efecto invernadero como si no fueran a tener ningún efecto, y eso implica que el calor que nos viene del sol queda atrapado porque no es capaz de salir de la atmósfera". 

Ese aumento de temperatura, dice, "principalmente en lo que respecta al aire, provoca olas de calor e incendios, sequías, etc. Pero el 85% de esa energía térmica excedentaria es almacenada por el mar, que, al evaporarse, produce los huracanes, las danas…".

Y concluye: "Si cambio los parámetros, cambio completamente el clima. Los científicos nos lo llevan diciendo 50 años, pero ahora nos están llegando de forma acelerada fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes e impactantes. Y lo peor está por llegar, eso es muy importante que lo tengamos en cuenta…".