Claramente molesto, el primer ministro de Albania, Edi Rama, se dirigió al pleno de la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre cambio climático en la mañana del miércoles 13 de noviembre. Y lo hizo para, como dijo, "saltarse el discurso que llevaba perfectamente ensayado" y señalar al elefante en la sala: los líderes que, en la tarde anterior, decidieron "dar sus discursos desde una sala adyacente a través de pantallas en vez de en el pleno de la COP29".
Para quienes no están en Bakú estos días, la sala a la que hizo referencia es aquella destinada a las reuniones de líderes y a la que la prensa no tiene acceso. Como recordó Rama, esa zona se usa para comer, beber, charlar y "sacarse fotos".
Desde ella, por ejemplo, el representante del gobierno chino decidió dirigirse al resto de jefes de los Ejecutivos participantes, pantalla mediante. Todo "mientras las imágenes de líderes sin voz siguen sonando de fondo", acusó el albano. Eso es, recordó, "exactamente" lo que sucede en el "mundo real" todos los días.
Porque "la vida continúa, con sus viejos hábitos, y nuestros discursos —llenos de buenas palabras sobre la lucha contra el cambio climático— no cambian nada", lamentó Rama. Y concluyó con varias preguntas al aire: "¿Qué significa para el futuro del mundo que los mayores contaminadores sigan igual? ¿Qué demonios estamos haciendo en este encuentro si no hay una voluntad política común más allá de las palabras?".
Pero la del primer ministro de Albania no es —ni, probablemente, será— la única voz de la COP29 que se alzó contra esos países que más contaminan. Y es que, como recoge la base de datos de emisiones de la Comisión Europea, China, Estados Unidos, India, la UE, Rusia y Brasil son los responsables del 62,7% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta. Y del 64,2% del consumo global de energías fósiles.
Los Estados insulares se rebelan
Tal y como recoge la agencia de noticias AP, el día de hoy era el momento en el que la mayoría de líderes mundiales, actuando como delegados y negociadores, pondrían sobre la mesa sus vivencias climática de primera mano. Porque, como señaló el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su intervención en la COP29 el pasado martes 12, "el cambio climático mata" y Valencia ha dado buena cuenta de ello.
España, como uno de los países más vulnerables al calentamiento global en Europa, está viviendo ya las consecuencias más nefastas de los fenómenos meteorológicos extremos. Pero hay naciones que sufren aún más.
Ese es el caso de Granada. Dickon Mitchell, primer ministro del país caribeño, explicó en su intervención en la cumbre que llevan más de 15 meses seguidos de sequía. Y solo ha sido interrumpida por el huracán Beryl, que tocó tierra con categoría 5.
"Mientras estoy aquí con ustedes, mi isla está siendo devastada por inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y un diluvio, todo ello en un plazo de unas pocas horas", lamentó. Y recordó: "Puede que suceda en una pequeña isla hoy, pero mañana pasará en España y al día siguiente en Florida. Vivimos en el mismo planeta".
Al igual que Mitchell, muchos otros líderes, entre ellos los de Pakistán, Bangladés o Tuvalu, subrayaron la importancia de un mayor compromiso en las negociaciones. Pues, dijeron, los riesgos de no movilizar suficiente financiación para los países en desarrollo son muy altos.
Pero no solo los pequeños Estados insulares han señalado a la necesidad de que los países más ricos —y más contaminantes— arrimen el hombro. Tal y como dijo el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, a Reuters, "no podemos centrarnos tanto en 2050 que olvidemos 2024".
Porque las consecuencias del cambio climático y del calentamiento global producido por las emisiones de gases de efecto invernadero ya están aquí. Por eso, insistió Mitsotakis, "necesitamos más recursos para prepararnos y responder a tiempo, para salvar vidas y para que las personas y comunidades puedan reconstruirse tras un desastre".
La COP29 en 3 claves
NCQG. El tercer día de la cumbre vino de la mano de un texto actualizado sobre el nuevo objetivo colectivo cuantificado (NCQG, por sus siglas en inglés). Ahora, el borrador es mucho más largo que el anterior.
Según los expertos consultados, los retrasos en la votación de este texto tiene más que ver con el procedimiento que con "un aumento de las fricciones entre las partes". Se espera que el jueves se presente un nuevo proyecto de texto reducido y concreto.
NDC. Brasil aprovechó la jornada para presentar su plan nacional sobre el clima. Así, mejora y avanza en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de cara a la COP30 que se celebrará en el país. El Gobierno de Lula da Silva detalla en el texto cómo planea alcanzar su objetivo de reducir las emisiones entre un 59% y un 67% para 2035.
Los expertos destacan que "da prioridad a la adaptación, cuenta con sólidos planes de política interna y reafirma su compromiso con el acuerdo de la COP28 de abandonar los combustibles fósiles, triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar las ganancias en eficiencia energética". Como lado negativo está la falta de concreción de plazos y los próximos pasos para su transición ecológica.
Más emisiones. No todo son buenas noticias: como ya se explicó en ENCLAVE ODS, las emisiones de CO₂ provenientes de combustibles fósiles aumentarán, según el Global Carbon Budget 2024, un 0,8% este año.
La COP llora por Argentina
Según cuenta The Guardian, el Gobierno de Javier Milei habría ordenado a sus negociadores que se retiren de la COP29. El medio británico asegura que los representantes argentinos ya no participarán en la cumbre del clima de Bakú.
La subsecretaria de Estado para el Medio Ambiente de Argentina, Ana Lamas, confirmaba en la tarde del 13 de noviembre la decisión de retirarse de las negociaciones.
"Es cierto. Tenemos instrucciones del Ministerio de Relaciones Exteriores de no participar más. Eso es todo lo que puedo decirle", aseguró a The Guardian. A lo que Lamas no respondió es a si Argentina planea abandonar el Acuerdo de París o no.