"Las jóvenes como yo estamos constantemente rodeadas de tecnologías que redefinen nuestros entornos, por eso es importante que nosotras, las chicas, no solo interactuemos con ellas, sino que tengamos un rol en su desarrollo". Así de clara fue Ariadna Gómez, en un evento sobre la investigación en femenino, en el que presentó el programa educativo Technovation Girls del que formó parte y demostrar el liderazgo femenino en el metaverso.
Tradicionalmente, las ciencias y la tecnología han sido un mundo masculinizado. El número de matriculadas en grados STEM no llega al 50% en casi ningún caso. En matemáticas la presencia de chicas es del 36%, física, el 27%, telecomunicaciones, el 23%, o informática, el 13%, según un informe de ESADE.
Aunque cada vez salen más autoras y científicas que hicieron grandes descubrimientos, en su momento tuvieron que ocultar su género. A veces parece que las profesiones técnicas y de ciencias son de ellos, mientras que las de letras y sociales de ellas. Por eso hay una queja de que la IA está hecha por y para los hombres.
Gómez contó que se sintió "aterrada" cuando vio que era la única chica en clase de tecnología del instituto. Más adelante, entendió que no debía ser así. "Tenemos muchos recursos a la distancia de un clic, en internet y en YouTube, con videos tutoriales para enseñarte [el lenguaje de programación] Javascript". Con el tiempo, se dio cuenta de que no se tenía que sentir menos por ser chica y se merecía estar ahí.
Por eso, esta iniciativa educativa ofrece la oportunidad a las chicas para desarrollar un proyecto tutorizado de tecnología. La idea es que intenten abordar los problemas que ellas vean cercanos de su comunidad desde un punto de vista diferente.
El proyecto de Gómez fue una app para reducir el desperdicio de alimentos, mejorando el control de tiempos. Desde entonces, ha conseguido becas de IBM y Google. Nera González, embajadora en Technovation Girls, señala que el programa acerca la tecnología como medio para resolver un problema social. "Las mujeres siempre hemos tenido una tendencia mayor hacia lo social".
El mundial en San Francisco
En octubre se celebró en San Francisco la presentación mundial de los proyectos de los grupos de todo el mundo. Por España fueron tres grupos y el equipo GoCode consiguió el primer premio en la categoría beginner, por el proyecto de intercambio de libros impresos.
Technovation Girls tiene presencia en 120 países y, aunque empezó en Estados Unidos, son Chile y España los países con más interesadas. En la edición pasada, hubo 500 aplicaciones de jóvenes españolas.
La motivación que el equipo GoCode destacó fue que se querían centrar en algo que conocían y les hacía felices: "Desarrollamos nuestra app con IA para reutilizar e intercambiar libros en papel. De esta manera, con Bookabook, si tienes un libro, tienes miles y promocionamos la economía circular, reducimos la huella de carbono y mejoramos la educación".
En cierto modo, para las jóvenes, esto ha sido el mundial de programación en el que quedaron ganadoras. Ahora, el programa también ha abierto el plazo de inscripción para este año y el objetivo de Power To Code, embajadores de Technovation Girls, es llegar al máximo número de chicas posibles de todo el territorio nacional. Es un programa gratuito de cuatro meses en el que las chicas podrán desarrollar un proyecto apoyado por un tutor.
González quiere que con este programa las chicas pierdan el miedo a la tecnología. El futuro será digital, y ellas deben que poner también su visión en él: "No vemos roles femeninos cercanos donde poder referenciarnos y eso debe cambiar", dice la embajadora del proyecto.
Futuro 'online'
La tecnología se mete en todas las rendijas del día a día. Tiene tantas posibilidades y opciones como peligros, y muchas veces la educación formal se queda atrás. Los niños aprenden de forma intuitiva, ya que nacieron en la era digital, pero lo pueden tener tan integrado que se pierdan la primavera solo por compartir las flores en redes.
Como el proyecto de Technovation Girls hay otros, también dirigidos a los más pequeños, para que puedan enfrentarse a ese futuro online sabiendo donde se encuentran. Yolanda Rueda, presidenta de la Fundación Cibervoluntarios, explica que hay fases: aprender a buscar información e identificar bulos, desarrollar hábitos saludables y aprender las normas de conducta digital, y por último desarrollar habilidades con programas que le ayuden en el futuro.
Rueda dice: "No existe separación entre los espacios digitales y físicos para los jóvenes entre 14 y 19 años. Utilizar las mismas plataformas digitales no implica comprender la complejidad de la realidad conectada en la que la juventud se desenvuelve". Ellos y ellas tienen una relación diferente con la tecnología a la de los adultos.
Muchas veces serán los más pequeños los que enseñen a los padres, y no hay duda que serán los que teclearán los códigos del futuro en las nuevas aplicaciones. Pero, mientras tanto, y como en tantos otros aspectos de la vida, los adultos siguen siendo los responsables de su bienestar, esta vez, digital.