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La 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre el cambio climático podría convertirse en una cumbre que pasará a la historia… pero no por sus acuerdos o progresos. Más bien, por convertirse en el encuentro que evidencia lo que activistas y algún que otro delegado viene años denunciando: los lobbies y las petroleras han tomado el control, una vez más, de la cita.

Todo comenzaba a primera hora del viernes 15 de noviembre, cuando un grupo de líderes climáticos mundiales enviaba una carta dirigida a Naciones Unidas y a la comunidad internacional. El contenido de la misiva era claro y conciso: las cosas tienen que cambiar si la civilización humana quiere sobrevivir a la crisis climática. 

Entre los firmantes hay figuras prominentes como el antiguo secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, la expresidenta de Irlanda, Mary Robinson, o la exsecretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCC), Christiana Figueres. Esta última, además, conoce a la perfección los entresijos de estas cumbres, pues las lideró durante años. 

Y precisamente por el profundo conocimiento de los autores de la carta de los procesos de las cumbres del clima, exigen a las autoridades de la ONU que las futuras COP "solo" se celebren en países que demuestren "un apoyo claro a la acción climática". Y que, además, "tengan normas estrictas sobre los lobbies o grupos de presión relacionados con los combustibles fósiles. 

En esta misiva, que también firman científicos de todo el mundo, piden que "se simplifique" el actual proceso de las Conferencias de las Partes (COP) anuales, que ahora mismo es "muy complejo". Y que, también, "se celebren reuniones con más frecuencia" y que en ellas se les dé una "una mayor" a los países en vías de desarrollo.

La carta en 7 claves

  • Mejorar el proceso de selección de la COP

  • Simplificar y escalar las cumbres, que deben ser más pequeñas, más frecuentes y con negociaciones que busquen soluciones

  • Mejorar la implementación de los acuerdos y las responsabilidades

  • Seguimiento real de la financiación climática

  • Amplificar la voz de la "ciencia autorizada" y de la evidencia científica

  • Reconocer los vínculos entre pobreza, desigualdad e inestabilidad planetaria  

  • Mejorar la representación equitativa

La carta contiene, además, una frase demoledora: "Ya ha quedado claro que la COP no cumple el propósito para el que se creó. Necesitamos pasar de la negociación a la implementación".

Al respecto, Christiana Figueres aseguraba: "En la última cumbre, los grupos de presión del sector fósil superaron en número a representantes de instituciones científicas, comunidades indígenas y naciones vulnerables. No podemos esperar lograr una transición justa sin reformas significativas en el proceso de la COP que garanticen una representación equitativa de los más afectados".

Esto, precisamente, quiso remarcar el expresidente de los Estados Unidos, Al Gore, quien también se mostró preocupado en Bakú por el presente y futuro de las cumbres del clima. "Es desafortunado que la industria fósil y los petroestados se hayan hecho con el control de los procesos de las COP hasta un punto malsano", sentenció durante una charla. 

Gore puso sobre la mesa las contradicciones que se dieron, por ejemplo, el año pasado en Dubai: se firmó un acuerdo global para "dejar atrás los combustibles fósiles, pero el seguimiento posterior ha sido débil". También se quejó de que, además, "prácticamente no se está hablando de ello en la COP29". Su conclusión, dijo, es clara: "Entiendo que una de las razones es que los petroestados tienen demasiado control sobre el proceso de negociación". 

Según informan desde el Global Strategic Communications Council (GSCC), una red internacional que une a expertos comunicadores en cambio climático, Alden Meyer, veterano de las COP, recordó este viernes que las cumbres del clima son "un espejo en el que el mundo se mira". Por eso, recordó que "cuando la imagen es fea, no se le puede echar la culpa al espejo". 

La COP de los 'lobbies'

El espejo del que hablaba Meyer está lanzando un reflejo un tanto preocupante. Según la UNFCCC, la COP29 estaría acogiendo a al menos 1.733 personas que representan a distintos grupos de presión o lobbies relacionados con el carbón, el gas y el petróleo. Un informe de Kick Big Polluters Out (KBPO) ha planteado "serias dudas sobre la influencia de estas industrias responsables del calentamiento global en las negociaciones". 

El hecho de que haya presencia de lobbies, en realidad, no es el problema. Las preocupaciones llegan cuando se pone sobre la mesa el número de delegados que participan en la cumbre por cada país.

Y es que el análisis asegura que "los lobistas superan con creces a las delegaciones de la mayoría de naciones". Con tres claras excepciones: Azerbaiyán (organizador de esta cumbre), Brasil (que acogerá la COP30) y Turquía. 

Además, el número de cabilderos es muy superior a los delegados de los diez Estados más vulnerables al cambio climático combinados, que suman apenas 1.033. Por eso, precisamente, el estudio dice que "la presencia de la industria fósil está eclipsando a la de los que están en primera línea de la crisis climática".

A esto hay que añadirle que, según The Guardian, los jefes de las corporaciones petrolíferas y los cabilderos que asisten a la COP29 han sido recibidos con una verdadera "alfombra roja". Y es que, asegura el medio británico, tienen estatus de "invitados del Gobierno de Azerbaiyán".

Las negociaciones

Tal y como ha podido saber ENCLAVE ODS, el nuevo texto sobre financiación que se debía presentar no se había materializado, aún, cuando se escribieron estas líneas.

El plazo para presentar mejoras del documento —dicho de otro modo, para simplificarlo— finalizaba el viernes 15 a mediodía (hora de Bakú). Es decir, en la mañana española. Ahora mismo, lo que debaten los expertos es si esta cumbre será capaz de producir un texto o no.

Por el momento, dicen los expertos consultados, los precedentes sugieren que no habrá borrador aún sobre financiación. De todas maneras, cualquier impulso en este sentido tendría que venir de la presidencia de la propia COP. 

El drama del metano

Como toda buena cumbre del clima, el metano ha acabado sobre la mesa. Este viernes 15 de noviembre, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) anunciaba su nuevo descubrimiento: en los últimos 18 meses se han reportado 1.200 fugas de metano en todo el mundo, pero solo 15 tuvieron respuesta y solución. 

El problema, aseguraron desde la ONU, es la falta de respuesta ante las alertas de la organización. Su sistema de satélites "funciona", y lo demostraron las "pocas" fugas que se solucionaron. 

Cabe recordar que el metano es un potente gas de efecto invernadero con una capacidad de 'atrapar' calor 82 veces mayor que el CO₂. Y, por ende, es responsable de un tercio del calentamiento global hasta la fecha.

Los expertos llevan años alertando de que la crisis climática no se puede solucionar si no se controlan las fugas y emisiones de metano a la atmósfera. Los países con más fugas de metano son Turkmenistán, con 388; Estados Unidos, con 178; e Irán, con 111. 

Como dijo Inger Anderse, directora ejecutiva de la UNEP, durante una charla en la cumbre del clima, "para tener alguna oportunidad de controlar el calentamiento global es imperativo que las emisiones de metano se reduzcan de manera rápida". A lo que añadió que "en la mayoría de los casos, se tratan de reparaciones sencillas; literalmente, de apretar tornillos".