Como dijo el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el G20 este 19 de noviembre, "el final de la era de los combustibles fósiles es inevitable". Pasará tarde o temprano, pero la clave está en "asegurarnos de que no lo haga demasiado tarde… y que vaya de la mano con la justicia".
Así, Guterres, una vez más, ha puesto sobre la mesa de la reunión de líderes mundiales las reivindicaciones que la ONU, la sociedad civil, la ciencia y algunos Estados llevan más de una semana manifestando en Azerbaiyán. Desde este fin de semana, la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) de Naciones Unidas sobre cambio climático y el G20 se han alineado.
Y ha ocurrido, sobre todo, tras el comunicado final de esta última cumbre, hecho público en la noche del 18 de noviembre. En él, no solo lanzan una alianza para combatir el hambre y la pobreza, y pedir que se graven los impuestos a los superricos.
También afirmaron que quieren un "resultado positivo" sobre la financiación de la lucha contra el cambio climático en la cumbre que se está celebrando en Bakú, Azerbaiyán. En respuesta al mensaje del G20, Simon Stiell, secretario ejecutivo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés), aseguró que, con la Declaración de Río, "los líderes han enviado un mensaje claro a sus negociadores en la COP28".
"No abandonéis Bakú antes de marcar con éxito un nuevo objetivo de financiación [climática], insistió Stiell durante su intervención en la cumbre del clima el martes 19 de noviembre. "Es por el interés de todos los países".
Obstruccionismo saudí
Este mensaje, eso sí, tuvo lugar el mismo día en el que Arabia Saudí se convertía en el gran bloqueo de las negociaciones la cumbre. Así, al menos, lo asegura el Earth Negotiations Bulletin (IISD), un servicio especial que tiene acceso a todas las salas de la COP29 en la que los delegados discuten.
Según esta publicación, los delegados del petroestado estarían oponiéndose a cualquier mención sobre la reducción de emisiones de CO₂ en el acuerdo de la cumbre. Y no solo eso, también a las propuestas relacionadas con adaptación o las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés), entre otras.
¿Adiós, fósiles?
Como nota positiva, Reino Unido, Nueva Zelanda y Colombia se unieron durante la mañana del 19 de noviembre a la coalición para eliminar gradualmente los incentivos a los combustibles fósiles, lo que incluye los subsidios. Esta iniciativa, bautizada COFFIS, está dirigida por Países Bajos.
En ella, los Estados miembro trabajan juntos para, paulatinamente, reducir las barreras y facilitar la transparencia hacia la eliminación gradual de los subsidios a las energías sucias. Con estas nuevas anexiones, la coalición cuenta ya con 16 países en sus filas.
Está, sin embargo, lejos de aunar aún a todos los países necesarios para generar una verdadera transformación que aleje al planeta de estas fuentes de energía altamente contaminantes.
Miembros de COFFIS
- Países Bajos
- España
- Austria
- Antigua y Barbuda
- Bélgica
- Canadá
- Colombia
- Costa Rica
- Dinamarca
- Finlandia
- Francia
- Irlanda
- Luxemburgo
- Nueva Zelanda
- Suiza
- Reino Unido
El 'sí, quiero' del G20 a Bakú
En paralelo a las jornadas de la COP29 en Azerbaiyán, Río de Janeiro (Brasil) acogió la cumbre del G20, en la que los líderes mandaron un mensaje directo a Bakú. Reafirmaron, durante sus negociaciones, su compromiso con el fortalecimiento del multilateralismo y la Convención Marco de la ONU sobre cambio climático.
Detalle esclarecedor teniendo en cuenta que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca pone en peligro a una de las mayores fuentes de financiación de la agencia de Naciones Unidas. La Declaración de Río del G20 compromete a los países miembro con el Consenso de Dubai de la COP28, que pedía a los países que abandonaran los combustibles fósiles y triplicaran las energías renovables.
Sin embargo, el texto del G20 no avanza específicamente en el lenguaje de la "transición hacia el abandono de los combustibles fósiles" acordado en 2023. Precisamente por eso WWF ha tildado el comunicado llegado de Brasil como "débil". "Fue decepcionante no ver un lenguaje más claro sobre los combustibles fósiles", aseguran desde la oenegé.
Toma y daca financiero
Las informaciones que llegaban desde Bakú mientras se escribían estas líneas aseguraban que los negociadores todavía siguen pensando en cómo poner el dinero necesario sobre la mesa. Josh Gabbattiss, de Carbon Brief, aseguraba en la red social Bluesky que una posible opción que se está explorando es la de las "contribuciones voluntarias".
Who pays climate finance? It's a big sticking point at COP29 talks, with much talk of making rich, "developing" countries like 🇨🇳🇸🇦 pay. EU climate chief Wopke Hoekstra said yesterday that a "potential solution" could be to "move into a space of voluntary contributions."
— Josh Gabbatiss (@joshgabbatiss.bsky.social) 19 de noviembre de 2024, 11:56
[image or embed]
Por su parte, tal y como publica The Guardian, el comisionado europeo de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, aseguraba en esta línea que una "solución potencial" podría ser "pasar a un espacio de contribuciones voluntarias". Hoekstra dijo que "con la riqueza viene la responsabilidad", sugiriendo que los países clasificados como "en desarrollo" deberían pagar tanto como las naciones "desarrolladas".
Sin embargo, reconoció, "para los países es difícil abandonar posiciones arraigadas y pasar oficialmente de una categoría a otra". Por su parte, Gabbatiss matiza en su post en redes sociales: "La cosa es que países como China ya dan mucho dinero que podría llamarse financiamiento climático, pero no lo es bajo el sistema de la ONU. Decidir que este dinero realmente cuenta, de alguna manera, aumentaría los totales del financiamiento climático de la noche a la mañana".
Sin duda, el toma y daca financiero entre los países es uno de los principales escollos que toca salvar en esta cumbre del clima.