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"Si no lo necesitas, no lo compres", es el primer mandamiento de una mente y una sociedad limpia. Sin embargo, tendencias como el 'brillibrilli' o vestirnos de fantasmas en Halloween —cuando antes solo íbamos al cementerio a llevar flores— han calado en nuestras costumbres.

"¿Sabe todo el mundo que el planeta no soportará otro Black Friday?". Javier Goyeneche, fundador de Ecoalf, y la productora Stella Banderas, hija de Antonio Banderas, se han propuesto que nadie se quede sin saberlo, al menos en lo que a moda rápida se refiere...

La nueva campaña viral de la marca de ropa sostenible impacta con un viaje hasta el corazón del desierto de Atacama (Chile), uno de los vertederos textiles más grandes del mundo, para poner cara al devastador impacto de la ropa que compramos por descuento pensando que ahorramos y que terminan 'donada' en un contenedor.

"Desde hace tiempo me atraen las iniciativas que promueven la responsabilidad ambiental, por eso me emociona colaborar con Ecoalf para esta campaña", explica Stella Banderas. "Mi viaje con Ecoalf al desierto de Atacama, uno de los mayores vertederos textiles del mundo, es una experiencia profunda e impactante. Espero que este proyecto ayude a mostrar la realidad a la que nos enfrentamos y destaque la responsabilidad que tenemos todos de generar un cambio: rechazar la moda rápida, priorizar la calidad sobre la cantidad y comprar menos", añade Stella.

El Desierto de Atacama, antes conocido por su increíble belleza, se ha convertido ahora en un gigantesco vertedero de ropa desechada. "Como se muestra en el video reportaje, cada año más de 39.000 toneladas de ropa de segunda mano llegan ilegalmente hasta allí", desvela Javier Goyeneche, quien señala a las marcas como responsables de este desastre: "Marcas que todos conocemos contribuyen a este desastre: prendas baratas y de mala calidad, con fibras sintéticas mixtas, que no pueden reciclarse y que permanecerán en el desierto durante siglos", explica.

Desierto de Atacama. Cedida

A veces, la realidad supera a la ficción. A través de la potente narración de Stella Banderas y de unas imágenes esclarecedoras, ponemos cara a la magnitud del problema de la moda rápida. El reportaje hace que cuestionemos ciertos hábitos de consumo: ¿realmente sabemos qué significan esas ofertas?; y lo más importante: ¿qué sucede con la ropa que ya no queremos o que se ha desgastado?

Pesamos una tonelada

Por si las imágenes no son suficientes, las estadísticas impactan. Desde 2014, se han producido más de cien mil millones de prendas al año: de media, año cada persona consume en ese periodo alrededor de 15 kg. de ropa, lo que supone más de una tonelada a lo largo de nuestras vidas. Y solo el 1% de esa ropa se recicla en nuevas prendas, mientras que el 73% se envía a vertederos o se incinera antes de cumplir un año desde su fabricación debido a la baja calidad.

Chile es el mayor importador de ropa de segunda mano de América del Sur, recibiendo anualmente unas 60.000 toneladas de ropa desde Europa y Estados Unidos. Sin embargo, de esa cantidad, 39.000 toneladas, casi el equivalente a cuatro Torres Eiffel, son invendibles en el mercado de segunda mano debido a su baja calidad, enviándose directamente a vertederos ilegales en Atacama, una zona desértica empleada como sumidero de esta catástrofe ambiental. Las condiciones ambientales de aridez y los materiales sintéticos hacen que las prendas permanezcan sobre el terreno durante cientos de años, a menos que se quemen, liberando entonces productos químicos dañinos para el medio ambiente y las comunidades del entorno.

Frente a los 67.600 millones de dólares de ventas del Black Friday del año pasado, continúa creciendo un remanso de limpieza mental que frena el impulso consumista ante las palabras "ahorro" o "descuento". Se llama Greenfriday y cada vez más son las asociaciones, marcas y proyectos que se animan a recordarnos lo que realmente importa: las personas y el planeta. Para la marca Ecoalf, esta fecha supone la mayor campaña del año, ofreciendo un 0% de descuentos y buscando generar la máxima concienciación.

El reportaje de Stella y Ecoalf termina con una llamada a la acción: tenemos que dejar de consumir de manera inconsciente. La clave está en comprar prendas duraderas que podamos utilizar de temporada en temporada y que puedan ser recicladas al final de su ciclo de vida. Para ello, tendremos que cambiar hacia un modelo de moda circular que no dependa de la infrautilización que hacemos de la ropa ni del uso constante de nuevos recursos.