El Mediterráneo es esa balsa de agua que ha unido a países tan cercanos como distintos durante milenios. Poblaciones más lejanas, como Nueva York y Los Ángeles, tienen más en común que otras que no las separan más que un pequeño estrecho de 14 kilómetros.
Pero a pesar de tener una historia milenaria en común, los países han evolucionado de forma completamente distinta en Oriente Próximo, Norte de África, Europa central y occidental. Por eso, hoy, 28 de noviembre, Día Internacional del Mediterráneo, es una oportunidad para fortalecer lazos y descubrir qué aspectos se pueden mejorar.
Aceptando las diferencias culturales, y obviando otras como las que se refieren al cambio climático o la pérdida de biodiversidad, los derechos de las mujeres y niñas es uno de los aspectos que más preocupan a la comunidad internacional. La organización Unión por el Mediterráneo (UpM), una agencia intergubernamental de la UE a la que están adheridos 15 países en las orillas sur y oriental del mar, trabaja por consolidar una agenda común para empoderarlas y cerrar la brecha de género.
En la región MENA, Oriente Medio y norte de África, hay una contradicción entre los números oficiales y la realidad. Anna Dorangricchia es responsable de la sección de Igualdad de Género en UpM y explica que el marco legal ha mejorado en los últimos 10 años, según todos los parámetros que se analizan.
Por la falta de datos fiables, UpM puso en marcha un programa de monitoreo de la brecha de género en estos países. El programa identificó cuatro áreas sobre liderazgo, participación y desarrollo económico, violencia con mujeres y niñas, y estereotipos sociales.
En 2022, UpM publicó un reporte que reflejaba que todos los países de la Unión habían hecho esfuerzos por desarrollar presupuestos sensibles a la igualdad de género, y todos habían experimentado un incremento en las mujeres con trabajo formal. Hay que tener en cuenta que muchos de estos países tienen una alta tasa de trabajo informal, donde hay una mayor ocupación femenina.
Dorangricchia da un dato representativo sobre el acceso el emprendimiento en MENA: "Mientras que más del 55% de licenciados en la rama STEM son mujeres (En Europa es el 30%) solo el 25% tienen acceso al mercado laboral".
CAPITALES CULTURALES
Aprovechando el día internacional del Mediterráneo, UpM ha anunciado que nombrará a Tetuán (Marruecos) y Matera (Italia) como las siguientes capitales culturales y de diálogo. Toman el relevo a Tirana (Albania) y Alejandría (Egipto).
Estas asociaciones entre países les permiten desarrollar programas que abordan el papel de la mujer como fuente de creatividad, de participación ciudadana y prevención del cambio climático.
El secretario general de UpM, Nasser Kammel, apuntó que no se debe subestimar el poder de la cultura común: "En momentos de división y trágicos conflictos que no tienen solución a la vista, no debemos desestimar el potencial de construir puentes promocionando el diálogo necesario".
Kammel pide construir sociedades inclusivas que aseguren que las mujeres y las niñas pueden explotar su potencial como agentes del cambio y contribuir a la transformación socioeconómica de la región. "El programa de monitorización nos dará una visión efectiva del progreso en el derecho de las mujeres para trabajar colectivamente y acelerar su participación en sociedad".
Como ejemplos concretos, Dorangricchia resalta una estrategia en Túnez y otros seis países, para que mujeres emprendedoras desarrollen negocios en el sector textil, con un presupuesto de 4,5 millones de euros. También hay programas de inclusión digital y financiera para mujeres en zonas rurales. Las barreras, muchas veces se reflejan en dificultades para acceder al dinero.
También, destaca los esfuerzos por mejorar la salud femenina en Marruecos, específicamente en el caso contra el cáncer de mama y cervical. Están desarrollando una estrategia de cribado en Marruecos, Montenegro y Albania. El proyecto desarrollará una red de prevención contra el cáncer, y además facilitará el intercambio de información, prácticas y estrategias aplicadas a la realidad de los países.
Ellas son las primeras
Pero al lado de todas las buenas palabras e intenciones, lo cierto es que muchas veces no llegan a tierra. No se traducen en realidad para la mayoría de las personas. Aunque es cierto que en la mayoría del país hay reconocimiento oficial y por ley al papel de la mujer, muchas veces este se enfrenta a la realidad social del país.
Por seguir con los mismos ejemplos, según Amnistía Internacional, en Marruecos el aborto solo se acepta para preservar "la salud o la vida de la madre", y en Túnez se sigue aplicando el artículo 230 del código penal que tipifica el delito de relaciones sexuales consentidas entres personas adultas del mismo sexo.
Uno de los principales problemas es la presión social y la asunción de roles establecidos. Además, en muchos de estos países faltan políticas sociales de apoyo hacia la mujer. Dorangricchia dice que falta apoyo a la maternidad y ayudas a la infancia, y que al final eso repercute en la mujer. "Las barreras son muy similares a las que hay en cualquier otra parte del mundo, y están relacionadas con las normas sociales por las cuales, aún hoy, el papel de las mujeres es quedarse en casa cuidando a los hijos".