No se equivoque: no somos una sociedad plenamente inclusiva. El año 1980 fue declarado "Año Internacional del Subnormal", empezamos bien. ¿Quién puede levantar la mano asegurando no emplear la palabra "imbécil" a modo "insulto, pero cariñoso"? Incluso "retrasado" no es considerado una adjetivo demasiado fuerte o despectivo en según qué conversaciones.
Y es que no. Por más que vayamos apreciando más inclusión y dejando insultos (que sí son despectivos) más de lado, aún hay mucho camino por recorrer. Las personas con algún tipo de discapacidad, bien visual, auditiva o física, siguen encontrándose con demasiadas barreras que les impiden vivir con absoluta normalidad.
Ciudadanos que, en infinidad de ocasiones, ni tan siquiera pueden acceder a un comercio por no disponer del medio necesario para ello. Y aun así, podemos "darnos con un canto en los dientes" al pensar que, por suerte, cada vez existen más dispositivos para que estas personas puedan desempeñar su rutina (casi) como el resto.
Pero hay mucho más. Aparte de personas con problemas físicos o intelectuales, gran parte de la ciudadanía no tiene capacidad suficiente para entender un texto cualquiera, bien sea literario o informativo. Y sí, casi todos estamos metidos "en ese saco".
No hablamos solo del artículo X de la ley Y, que también. Se trata de una novela, de una notificación bancaria/estatal/tributaria o, lo que es mucho peor, de un libro educativo, en principio creado para enseñar, y que un chaval no es capaz de entender por el simple hecho de estar narrado con un lenguaje que bien podría ser extranjero para aquel que no logra entenderlo.
Son muchos los que pertenecen a esta gran parte de la población. Se engloban inmigrantes, hombres y mujeres rurales, jóvenes con dificultad de aprendizaje o, simplemente alguien que no consigue entender, debido a la jerga utilizada, lo que está leyendo o escuchando. Y sin embargo, existe un término que puede resultar tan desconocido como esperanzador para todos ellos: la "Lectura Fácil".
Un proyecto sin fronteras
La iniciativa de Lectura Fácil tiene ya 56 años. Fue en Suecia cuando se editó el primer libro y, en menos de 30 años, ya se habían publicado más de 330 títulos. Tal fue su éxito que, poco a poco, se fue extendiendo a más países de todo el mundo.
Puede resultar sorprendente, para quienes consideren Extremadura como la "gran desconocida", que en una ciudad del corazón de Badajoz, dos mujeres lideren un proyecto que está rompiendo moldes, a nivel comarcal, nacional y hasta internacional en cuanto a la Lectura Fácil (LF).
Ángela Pajuelo y Ángela García, son el alma y las ejecutoras de Di Lee | Lectura Fácil, o lo que es lo mismo, el centro de Villanueva de la Serena que hace posible que cientos de personas hayan recuperado el interés por la lectura, siendo capaces de comprender una simple carta oficial o puedan leer el periódico.
"Se calcula que un 30% de la población tiene dificultades de comprensión" afirman. Un dato, cuando menos, llamativo. "Son muchos colectivos los que encuentran esa dificultad a la hora de comprender. Y al final, si tú no comprendes la información o la oportunidad que se te ofrece, te excluyes, no puedes participar en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía. Tu ciudadanía se mina a nivel social."
P: ¿Cómo definirían la Lectura Fácil?
Se trata de tener un lenguaje más sencillo, que no de peor calidad. Una estructura de oraciones más simplificadas para entenderlo mejor o aprender con más facilidad el idioma.
Nosotros trabajamos con muchos colectivos. Unos serán usuarios permanentes de la técnica, como personas con discapacidad intelectual, que la necesitan de principio a fin en su vida. Pero, para otros, es una puerta de entrada y de conexión a la lectura estándar, como el inmigrante recién llegado o la persona que carece de una formación adecuada porque no ha tenido acceso a la educación.
P: ¿Cuál es la técnica que se sigue para conseguirlo?
Es un lenguaje cotidiano que usa el público al que se debe esa información. No es lo mismo hablar a una persona mayor que a un adolescente. Por jerga, por target de edad, por todo.
La clave de la LF es que nosotros adaptamos la información al lenguaje sencillo, concreto y cotidiano que usa ese colectivo para el que va la información, con el fin de que sea un mensaje realmente efectivo. Porque te puedes estar informando, pero a lo mejor no te estás comunicando.
P: ¿De qué manera se garantiza y unifica un lenguaje universal como la LF?
Trabajamos mucho la empatía, esa escucha activa de las personas a las que realmente va esa información que estamos adaptando. Es la clave, una técnica a nivel internacional, estandarizada por la IFLA, la Asociación de Instituciones Bibliotecarias (International Federation of Library Associations and Institutions), al igual que Inclusion Europe, que es la Asociación de la Discapacidad a Nivel Internacional, que también lo recoge.
Está estandarizado y escribir en LF lleva su complejidad, porque tiene que cumplir muchas normas para que este lenguaje quede sencillo y muy concreto. Porque al final lo que está mejorando la sociedad, esa inclusión real, ese desarrollo personal.
Extremadura, pionera
Parece que el objetivo de la LF es adaptar un texto complejo a un libro infantil repleto de ilustraciones y palabras básicas, pero el objetivo final dista de esa realidad tan banal. Cuando las creadoras de Di Lee comenzaron el proyecto, no eran conscientes de la necesidad real de la sociedad con respecto a la comprensión lectora.
"En 2016-2017 comenzó nuestra andadura de LF. Tras una lanzadera de empleo y emprendimiento femenino realizado aquí, en Villanueva de la Serena, pudimos saber cómo previamente se había intentado implantar la técnica en la región. Aquí nadie había dado el paso de trabajar con ello, a pesar de ser tan necesario", comentan.
P: ¿Cómo se forma alguien para adaptar textos de LF?
Comenzamos a formarnos durante largos años y muchas horas de trabajo. Presentábamos, administración por administración, la técnica, muy desconocida aún en Extremadura, a pesar de estar mucho más desarrollada que en el resto de España.
Hemos puesto mucho esfuerzo y nos enorgullece saber que, en gran parte, tenemos algo que ver con que haya una Oficina de Seguridad Cognitiva de Extremadura, que ya no es la OTAE (Oficina Técnica para Asuntos Europeos). Esto ha elevado el hecho de que la administración pública vea la LF como una vía para un acceso a información transparente y comprensible para la ciudadanía.
El brillo en la mirada de las fundadoras de Di Lee es el mejor reflejo de un trabajo bien hecho. El orgullo de que Extremadura haya dado ese paso abismal, consiguiendo ser la primera comunidad en crear su Oficina de Accesibilidad Cognitiva y Lectura Fácil, no se explica con palabras.
"Estamos muy orgullosas porque hemos trabajado mucho para esto, incluso para otras comunidades, también internacionales, como Cuba o Portugal, pero nos hemos centrado mucho en Extremadura, sabiendo que al final es calidad de vida para sus habitantes."
No tienen duda de ello. Y lo ven diariamente en sus validadores, los usuarios finales que confirman la importancia de la LF en una sociedad plenamente inclusiva. "Ellos son los que realmente nos dicen si ese texto les ha resultado útil o no".
P: Pero, ¿es el mismo trabajo para según qué tipo de usuario?
Si adaptamos, por ejemplo, una guía de las nuevas tecnologías no va a ser el mismo trabajo para una persona mayor que desconoce toda esa jerga que para una persona joven, inmigrante, que a lo mejor sí que conoce ese lenguaje o para personas con discapacidad intelectual. Términos como 'WiFi' o 'hastag' es diferente para un octogenario, para un inmigrante y para alguien con problemas cognitivos.
P: ¿Se puede hablar de varios grados de lectura fácil?
Por supuesto. Existen diferentes niveles de adaptación y según la complejidad también de esa adaptación. El nivel tres, es el más complejo y el nivel uno, el más sencillo, gramaticalmente más accesibles y con mayor número de ilustraciones.
Contamos con un equipo homogéneo de diferentes personas con discapacidad intelectual que nos validan los trabajos que realizamos. Vamos renovando ese equipo de validadores para así favorecer su desarrollo personal. De esas propias horas de validación que realizan van mejorando su nivel de comprensión; van mejorando esas habilidades lectoras, su conocimiento.
Integración socio-laboral
Una de las mayores satisfacciones que puede existir al emprender un proyecto tan complejo a la par que necesario para la sociedad, es que además estás contribuyendo a crear una sociedad mejor: más inclusiva, más solidaria y con mayor oportunidad laboral.
P: Hablamos de integración social, pero también integración laboral...
Siempre se ha trabajado mucho la accesibilidad física, pero no tanto la facilidad cognitiva. Especialmente ahora, donde se está profundizando en la gran brecha resultante de los problemas de comprensión de las nuevas tecnologías y la digitalización. En este aspecto también existe mucha exclusión, que es lo que se intenta defender desde los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La LF también abarca ese vacío cognitivo, como la comprensión de los entornos en museos o lugares históricos, la orientación de los edificios, la señalética... Poder llegar a cualquier sitio y que estas personas comprendan lo que hay a su alrededor, sepan orientarse, moverse con total soltura gracias a esa accesibilidad cognitiva.
Inclusión real
Es importante insistir en la realidad a la que nos enfrentamos. Saber cuál es la solución para que el futuro sea accesible a toda la población por igual.
"En la última Ley de Discapacidad se ha incluido ya la Lectura Fácil. Igual que el braille, tiene que ser un sistema de apoyo de la comunicación en todas las informaciones, a nivel nacional."
P: ¿Favorecéis a la población de alguna otra manera?
En 2016, creamos un proyecto de clubes de LF, súper bonito. En ellos leen en la biblioteca o en los espacios cedidos por los ayuntamientos. Son como cualquier otro tipo de lectura. Si no te dicen que es de LF, tú te lo lees. Un libro largo, con su historia, su argumento, sus personajes... Solo que la historia se refuerza con la comprensión.
Las propias administraciones públicas y bibliotecas agradecen enormemente esta iniciativa, ya que son colectivos a los que antes era imposible acceder. Un inmigrante o una persona mayor no iba a la biblioteca, por ejemplo. Eso también nos reporta un feedback directo, porque vemos el beneficio in situ cómo esas personas se entusiasman con la lectura.
Un sector al que conquistar
Una de las metas de Di Lee es trabajar el material educativo para esos chicos y chicas con necesidades, para que puedan acceder a un material adaptado, sin que ello implique suprimir parte del contenido.
"Nosotros no queremos simplificar en cantidad, queremos darle calidad, queremos darle todo el contenido completo, pero de una forma diferente, adaptada a sus necesidades", aseguran.
En la actualidad, ese contenido didáctico está mermando, llegando a producir un desnivel en el que los alumnos se estancan y no pueden avanzar, provocando un efecto nefasto en la sociedad.
No existe, a día de hoy, una financiación gubernamental para costear el altísimo precio que supone adaptar el material escolar de lectura fácil. Sin embargo, ellas mismas han creado proyectos en diferentes centros de educativos cuya diferencia, entre un aprendizaje tradicional y otro con LF, es abismal. "Los alumnos con este tipo de necesidades mejoraron increíblemente las calificaciones", señalan.
El futuro de la inclusividad
La adaptación de cualquier tipo de textos de nuestra vida cotidiana a la LF es una tarea tan necesaria como en una fase muy inicial aún.
El convencimiento de que gran parte de la ciudadanía no conoce que existe la posibilidad de hacer click en el apartado de LF de en, por ejemplo, la web de la Junta de Extremadura y acceder a la pubicación de actas oficiales y leyes, hace que dar difusión a esta labor cobre la totalidad de su sentido. "Son decisiones que toman para la ciudadanía. Al final, si no llega, no sirven para nada", aseguran.
"Hace falta mucha difusión. Se están haciendo cosas muy importantes de gran valor y uso para la sociedad. Si, por ejemplo, las ayudas públicas no llegan al completo de la población, tal y como ellos mismos se quejan a veces, son nichos que se quedan desiertos.
Se trata de un trabajo muy complejo por que el aseguran tener "un gran respeto". De ahí que echen en falta ayudas públicas, para poder investigar todo lo que se necesita y consultar a los expertos de cada área de las publicaciones.
"Tenemos una espinita clavada en el sector privado. Trabajamos siempre desde lo público, pero las empresas privadas aún son poco proclives a utilizar la LF. Los temas de banca, facturas de luz o gas, llamadas telefónicas oficiales es una gran barrera en la sociedad, que no siempre llegan a entender a lo que se están enfrentando. La información, la jerga utilizada, al final es lo que da independencia."
¿Tal es el cinismo social que nos ahoga que apartamos la mirada ante un problema que nos afecta a todos? El mundo nos recuerda constantemente que debemos tomar consciencia de la humanidad, de lo realmente importante para avanzar hacia una sociedad mejor. Del resto ya se encargan el universo, para bien y para mal.