Tras demasiados meses encerrados y la normativa de mantener dos metros de distancia entre individuos, en 2020 España estaba hambrienta de besos. Fue demasiado tiempo sin poder olernos y eso también se notó en los casos diagnosticados de VIH.
Después de un pico de diagnósticos de SIDA a principios de los años 90, donde llegaron a 7.511 en 1994, según Europa Press. Gracias a la concienciación de la juventud, las campañas de información y la normalización del uso del preservativo, comenzó un descenso continuado.
En 2020, como consecuencia de la pandemia, hubo un valle en los casos de VIH, pero al volver a la normalidad tras el confinamiento se recuperaron niveles de 2019. Así, se perdió esa tendencia a la baja que había reinado hasta entonces, con el número de diagnósticos en torno a los 3.000. Sin embargo, se ha experimentado un incremento de otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
La mejor forma para mantener a raya estas enfermedades es a través de controles rutinarios y consultas a los especialistas. El uso del preservativo está ampliamente generalizado en las edades de riesgo de los 18 a los 41, según el XII Barómetro Los españoles de la marca de bienestar sexual Control. Sin embargo, las citas para conocer la salud sexual de cada uno no están tan extendidas.
Del barómetro se desprende que aproximadamente el 60% (65%, chicos y 61,7%, chicas) no se han hecho nunca una prueba para conocer si tenían alguna infección de transmisión sexual. Y por profundizar en los datos, el 40% de varones no ha acudido a un especialista, sin embargo, en el caso de las mujeres, el porcentaje se reduce al 18%, habiendo un 82% de ellas que sí recurre a ellos ocasionalmente.
La ginecóloga Mara Recio explica que las infecciones de transmisión sexual causan muchos problemas de salud, que varían en severidad según el tipo de infección, desde clamidias o herpes digital hasta el VIH. La doctora recuerda que es "esencial la concienciación sobre su transmisión, como el tratamiento eficaz y lo antes posible".
Ellas se preocupan más que ellos
Hay seis veces más casos de VIH en la población masculina que en la femenina, y esto, en parte, se explica en esa diferencia de género de quienes revisan su salud sexual, pero también por la mayor incidencia en la población gay.
Aunque ambos géneros pueden contraer estas enfermedades y el sexo es cosa de dos, es cierto que casi siempre las recomendaciones van orientadas a ellas. Las mujeres suelen realizarse citologías desde los 20 años para detectar el virus del papiloma humano, mientras que los hombres pueden necesitar pruebas específicas según su actividad sexual, pero no las toman como rutina.
Recio también diferencia por género y por orientación sexual. Entre hombres homosexuales, según sus prácticas, pueden tener un mayor riesgo de transmisión de enfermedades. Por otro lado, entre las mujeres homosexuales, se tiene la falsa creencia de que los contagios no son posibles.
Pero, "el principal problema del colectivo LGTBI", dice la doctora, "es que se enfrentan con frecuencia a la estigmatización y discriminación, lo que puede llevar a evitar o retrasar el acceso a servicios de salud sexual".
Menos sida, más clamidia
La ciencia ha avanzado lo suficiente como para que contraer el VIH no suponga lo mismo que hace 30 años, cuando hubo una verdadera pandemia del sida. A día de hoy se puede llevar una rutina normal si se recibe un tratamiento adecuado. Es posible mantener una buena calidad de vida, trabajar, formar relaciones, e incluso tener hijos sin transmitir el virus, y eso es un motivo de celebración el Día Mundial de la Lucha contra el Sida.
Sin embargo, hay motivos de preocupación por el aumento de otras ITS. Desde el año 2000 se observa un aumento en las enfermedades ITS como la gonorrea, la sífilis y la clamidia, especialmente en hombres jóvenes, aunque la edad varía en función de la enfermedad.
La clamidia, por ejemplo, es más común en menores de 25 años. Según un informe de vigilancia epidemiológica de las ITS del Ministerio de Sanidad, entre 2021 y 2023 la gonorrea creció un 42,6% y la sífilis un 24,1%. La clamidia ha aumentado un 20,7% anual entre 2016 y 2023.
Según Recio, este fenómeno se debe a varias causas. Por un lado, en aumento de parejas sexuales y encuentros esporádicos, pero también por la pérdida de miedo a las ITS.
Así, del Barómetro de Control se desprende que, aunque el uso del preservativo está bien extendido, la razón principal sigue siendo el anticonceptivo. Por eso, por ejemplo, el 89% no lo usa cuando practica sexo oral. Es fundamental practicar sexo, pero es necesario hacerlo con seguridad.