Las mujeres cada vez están más presentes en los cargos directivos y de responsabilidad en los diferentes sectores. Este contexto, que se ha extrapolado a todo tipo de industrias, también ha llegado a la ciencia y, en concreto, a los congresos científicos.
Los datos hablan por sí solos. En 2004, explica Elena Figuero, periodoncista e integrante del Comité Organizador EuroPerio, las mujeres tan solo ocupaban el 9% de participación en el congreso de la Fundación SEPA —de cuyo patronato es miembro—. Sin embargo, este 2024 su presencia como ponentes ascendía hasta el 40%, lo que implica un incremento del 31%.
Si se miran los datos del ámbito internacional, fue en el EuroPerio IX, celebrado en Ámsterdam en 2018, donde se observa por primera vez a una mujer como directora del comité organizador. Tras la participación de Michèle Reners, cuenta la periodoncista, "se inicia una clara estrategia para incrementar la representación femenina entre los ponentes" del congreso. Un cambio de paradigma que ha llevado a que en su próxima edición, celebrada en Viena en 2025, "habrá un 44% de ponentes mujeres".
En lo que a la asistencia a estas actividades se refiere, también se ha visto incrementada la participación femenina. En lo que respecta al EuroPerio, el principal congreso en periodoncia e implantología a nivel mundial, las cifras se han establecido en torno al 50% desde 2015. Una mejora de lo más significativa si tenemos en cuenta que, en 2004, no se superaba el 18%.
¿El motivo de este cambio? Posiblemente, cuenta Figuero, sea el resultado de las mejoras que se están implementando en ambos congresos. Entre ellas, podemos encontrar la posibilidad de asistir de manera virtual o el planteamiento de una cuota de inscripción para un único día. Dos medidas claves para la conciliación. Y es que, pese a que esto es solo una de las muchas citas que se dan los científicos de nuestro país y del extranjero, es el ejemplo perfecto la situación del sector.
Barreras invisibles
Puede parecer paradójico que, como explica Regina Dalmau, cardióloga en el Hospital de La Paz de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Cardiología, pese a que "en las facultades de Medicina predominan las mujeres" esta no sea la tónica en la práctica asistencial. De hecho, en el caso de su generación —los nacidos en los años 70—, "sigue predominando el sexo masculino en las jefaturas de servicio y de sección".
Sin embargo, dice, "la situación ha cambiado claramente en generaciones posteriores" (los nacidos a partir de los años 90), donde se ha visto que las cargas familiares se reparten más equitativamente entre la pareja.
Pese a ello, define la evolución hacia el equilibrio como "lenta" y señala las especialidades con mayores diferencias: las quirúrgicas y las médicas con técnicas invasivas, como la cardiología, la neumología y "quizás" la radiología intervencionista.
No hay más que ir a ejemplos concretos para darse cuenta de esta realidad. En lo que respecta a la historia de la Sociedad Española de Cardiología, tan solo ha habido una presidenta, María Jesús Salvador (a quien Dalmau no duda en definir como "excelente persona y brillante cardióloga").
Similar es el pensamiento de Thaís Armangué, neuróloga pediátrica en el Sant Joan de Deu y en el Hospital Clínic de Barcelona, además de miembro de la Sociedad Española de Neurología y de Neurología Pediátrica. Asegura que si bien la gran parte de estudiantes en este campo son mujeres, "en las posiciones de dirección como jefaturas de servicio o de grupos de investigación la mayoría son hombres".
Camino hacia la igualdad
En este recorrido hacia la igualdad de oportunidades y de participación son varias las estrategias que están siendo implementadas. En el caso de la Federación Europea de Periodoncia, cuenta Figuero, "priorizan la inclusión, estableciendo objetivos claros para una representación equilibrada de género y diversidad". Donde destaca la labor del 'Workshop anual de periodoncia', celebrado en España en noviembre de 2024, donde "un tercio de los asistentes eran mujeres".
De hecho, asegura Armangué, se están creando grupos de trabajo específicamente dedicados a abordar la colaboración femenina en proyectos de alto impacto con el objetivo de "visibilizar a las mujeres que se dedican a la ciencia".
En resumidas cuentas, se trata de una serie de medidas que han llevado a que Virginia Bellido, endocrinóloga en el Hospital Virgen del Rocío en Sevilla y miembro de la Sociedad Española de Diabetes, pueda afirmar que "en los últimos años se ha hecho un esfuerzo más consciente por visibilizar y apoyar el liderazgo femenino dentro de esta sociedad".
Y explica el motivo de este pensamiento: "Cada vez se reconoce más la importancia de contar con una representación equilibrada en los órganos de decisión, en paneles de expertos y como ponentes principales en congresos. Además, se están tomando medidas para garantizar que las mujeres tengan acceso a estas oportunidades".
Cambio de agenda
Este nuevo escenario, asegura Bellido, "ha ayudado a diversificar los temas de interés y ha impulsado investigaciones que antes podían pasar desapercibidas". Entre ellas, resalta "un enfoque más profundo en cuestiones como las diferencias de género en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas" o la apertura de debates sobre "el impacto de factores como el embarazo, la menopausia y las desigualdades sociales en la salud metabólica".
En el ámbito de la cardiología, señala Dalmau, "se ha despertado gran interés por la cardiopatía en la mujer en diferentes sociedades científicas". En concreto, cuenta, "se ha empezado a hablar de la perspectiva de género en diferentes patologías". Una cuestión que hasta el momento parecía abandonada como consecuencia de la infrarrepresentación femenina en los ensayos clínicos.
Además, asegura que la cardio-oncología ha tenido un gran desarrollo, especialmente en lo referido a la prevención, diagnóstico y el tratamiento de la cardiotoxicidad.
Un cambio de escenario que, en palabras de la endocrinóloga, "enriquece enormemente la perspectiva científica". Y es que, al incentivar la participación femenina en estos congresos, "se generan preguntas más amplias, se consideran variables que quizás antes no se tenían en cuenta y se desarrollan soluciones más inclusivas". Algo que, de un modo u otro, "mejora la calidad y la relevancia de los resultados para toda la población".
Por ese motivo, aunque los pasos dados hasta el momento parecen ir en positivo, Armangué asegura que, "en algunas situaciones, aún existe el techo de cristal, por lo que es importante seguir trabajando para alcanzar un acceso pleno y en igualdad de oportunidades y condiciones".