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Los conflictos en el mundo son muchísimos. Actualmente, hay 56 guerras declaradas en activo, la ocupación de Gaza y la crisis de Sudán son solo dos de los ejemplos más conocidos. Además de todos los conflictos humanitarios no violentos como hambres, dictaduras, pandemias. En todos ellos el primer damnificado es la población

Las organizaciones Medicusmundi y Médicos del Mundo han presentado, junto a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), su informe de 2024 sobre La salud en la cooperación al desarrollo a la acción humanitaria. El trabajo de estas organizaciones se centra en promover el objetivo 3 de salud y bienestar en el mundo como foco desde el que abordar todos los demás Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Antón Leis, director de AECID, quiere darle un ángulo más amplio a la ayuda sanitaria que refleje algo más completo. "Los ODS son 17, pero no podemos pensar en silos. El tema de pensar en objetivos da la sensación de que cada uno está en su sector, pero no puedes atacar las crisis una a una. Son globales y se necesita una cooperación".

Por ejemplo, Leis cuenta que desde el verano han atendido 10 crisis humanitarias relacionadas con catástrofes naturales empujadas por la crisis climática. "Es absurdo que la respuesta sea después estas cuestiones, ya que sabemos que van a ocurrir y más o menos cuando. Lo que hay que invertir es mucho más en resiliencia, que además reduciría muchísimo las necesidades de financiación", denuncia. 

La salud en guerras

Puede que el ejemplo más flagrante de atentado contra la salud y la necesidad de ayuda internacional sea en estos momentos Gaza. Pilar García, vicepresidenta de Médicos del Mundo, detalla que si antes de 2023 entraban una media de 300 camiones humanitarios, este año apenas han llegado a 60

Se incluye en esa ayuda humanitaria el material médico. Por eso, entre todas las penurias, también está la sanitaria. "Hay escasez de instrumentos clínicos de todo tipo. Hemos intentado introducir en varias ocasiones kits de higiene que es lo más básico. Todo esto lleva a un aumento muy importante de los casos de desnutrición, infecciones respiratorias agudas, de infecciones cutáneas, de problemas de salud mental, grandes números de enfermedades transmisibles". 

Este es el caso más obvio de crisis y necesidad de cooperación internacional, pero alrededor del mundo hay otros muchos casos. Desde Senegal y Mauritania a Venezuela o Bolivia. Otro ejemplo lacerante es el de Sudán, donde el conflicto armado ha derivado en una crisis humanitaria. 

Una guerra que se alarga más de una década y ha desplazado a más de ocho millones de personas desde 2023. Además, 18 millones están en riesgo de hambre extrema. Sin embargo, aquí, el acuerdo de Yeda garantizaba —en teoría— el acceso de ayuda humanitaria; desde comida a material sanitario y profesionales. 

Los ODS y la salud

Carlos Mediano, miembro del consejo de Medicusmundi, explica que a poco más de cinco años para cumplir con la Agenda 2030, solo el 17% de las 169 metas que contienen los ODS están en camino de conseguirse o ya se han cumplido. Esto, dice, pasa principalmente porque no se financian.

Refugiados sudaneses en un centro de MSF Europa Press

Según sus cálculos: "Se necesitan entre 5 y 7 billones de dólares para financiarlos todos los ODS, y la parte de cooperación que debería ser un mecanismo corrector apenas llega a los 120.000 millones". Para Mediano, esto es en parte por el desconocimiento de qué son los ODS y cómo se beneficiaría el mundo entero de ellos.

Centrándose específicamente en la sanidad, también hay motivos de preocupación. Como dato positivo, nombra el descenso en la mortalidad infantil en Somalia y la expansión de las vacunas en Ruanda.

Pero, dice Mediano: "El indicador paraguas que sería la cobertura sanitaria universal se ha estancado. Hay 4.500 millones de personas que no tienen acceso a servicios básicos de salud y 2.000 millones se empobrecen por gasto sanitario". 

Caravana de convoyes de MSF en Sudán. Europa Press

Por eso también el informe llama a un mayor compromiso de los países para mejorar la financiación. Después de un 2020 y 2021, impulsados por la crisis de la Covid, las ayudas oficiales al desarrollo tuvieron un importante incremento, en 2023, en España cayó un 12,7%

Actualmente, la financiación está en un 0,24% de la renta nacional básica, con el objetivo de ampliarlo a 0,50% al final de la legislatura, y al 0,70% para 2030. El informe es un recordatorio de que la salud global no puede quedar relegada a la cooperación casi voluntaria de países y organizaciones. Urge un compromiso renovado y reforzado para garantizar el acceso a uno de los pilares de la humanidad, como es la salud.