La cena de navidad es ese encantador momento en el que la familia se vuelve a juntar. Los hermanos, primos, tíos y toda la parte política, con la que no hay tanta relación, pero son simpáticos. Muchas veces, en esas reuniones, hay alguien que dice algo así como "el CO₂ es bueno para la agricultura" o "el cambio climático es algo natural".
Para salir airoso de esas situaciones, la newsletter Planeta Mauna Loa ha publicado, en colaboración con la agencia de verificación Maldito Clima, la guía 11 argumentos climáticos para las comidas de Navidad para dar razonamientos basados en la ciencia con los que rebatir esas afirmaciones.
La desinformación es uno de los grandes males del siglo XXI. Uno de los retos a los que se enfrentan los medios de comunicación y las redes sociales es destacar sobre una gran cantidad de medias verdades, falacias aceptadas por costumbre o directamente mentiras interesadas.
Juan Fernández, periodista ambiental y coeditor de Planeta Mauna Loa, explica que esta guía sigue siendo necesaria por la cantidad de afirmaciones erróneas en internet. Lo han hecho en colaboración con Maldita, analizando los contenidos e identificando cuáles eran los comentarios que más se repetían.
Además, se encuentran en cualquier lado: "Cuando hablamos de desinformación, tal vez, pensamos en X —antes Twitter—, pero donde más casos hemos encontrado ha sido en WhatsApp, una aplicación que llega a todo el mundo".
Ni es natural ni positivo
Uno de los argumentos que se puede escuchar es que los ciclos climáticos son naturales. La historia de la Tierra es lo que ocurre de una época de glaciación a la siguiente, ahora estamos en una época interglaciar.
Pero hay que recordar que estos son procesos geológicos que pasan en miles de años. Sin embargo, la variación de temperatura que se ha producido en la media de todo el planeta en el último siglo solo se puede explicar con la intervención del hombre.
La principal causa es las emisiones de gases de efecto invernadero. No solo carbono, como se puede pensar por ser el gas más mencionado, pero también por metano, ozono y por el mismo vapor de agua.
La composición de la atmósfera consigue que la radiación solar permanezca en la tierra y solo se escape una porción. Es decir, el efecto invernadero es necesario para mantener las condiciones necesarias para la vida, tal y como se conoce.
Sin embargo, todo está en un delicado equilibrio que un pequeño aumento de la proporción de uno de los gases tiene consecuencias drásticas. Por eso, el aumento de 280 partes de CO₂ por millón (PPM) en el siglo XIX a las 420 ppm en 2023 es una gran variación.
A veces las desinformaciones se centran en un solo tema; ya sea sequía, renaturalizaciones o políticas europeas. Sin embargo, no hay una única temática. Fernández piensa que "son todas un poco la misma crisis con diferentes caras, tal vez se le da más importancia mediática a la política, al cambio climático, pero eso el resto de crisis ambientales son igual de importantes".
La información falsa tiene muchas formas de propagarse. Desde las conversaciones con conocidos a los que se les considera "fuentes fiables" a la publicidad y los contenidos patrocinados, que pierden objetividad con tal de lanzar un mensaje. Una de las formas más difíciles de identificar y combatir es cuando se confunde con el humor.
Este busca hacer gracia en una realidad compartida. Por eso, cuando se repite una realidad climática, política o social, aunque sea en tono satírico, es fácil que se convierta en una verdad aceptada. Por eso los memes, denuncian varios estudios, pueden ser un arma de doble filo. Mientras que el propósito original sea ridiculizar, al final acabe fortaleciéndolo.
Muchas de las dudas son legítimas. "Es normal que alguien que no sepa los métodos científicos tenga interrogantes sobre cómo pueden conocen la atmósfera que había hace 400 millones de años". Ahí está el trabajo de comunicadores y científicos a la hora de transmitir la información completa y contrastada.
Con el auge de gobiernos populistas en países de Europa y América, Fernández teme que aumenten los contenidos 'desinformativos' en internet. Por eso recuerda algunas claves como seguir a medios de comunicación de reputación, buscar la información de varias fuentes, y desconfiar cuando sea demasiado estrambótico para ser verdad, porque posiblemente no lo sea.