2024 batió todos los récords: por primera vez la Tierra se calienta 1,5ºC por encima de la temperatura preindustrial

2024 ha sido el año más caluroso de la historia. O, al menos, desde que comenzaron a registrarse las temperaturas allá en 1850. Así lo aseguran los datos publicados en la madrugada del 10 de enero por Copernicus. 

Por desgracia, según el servicio europeo de control del cambio climático, el año pasado también batió otro récord. Y es que fue el primero en el que la temperatura media global superó los 1,5 grados centígrados respecto a los termómetros de la era preindustrial. 

Es decir, se excedió ese límite de calentamiento que, como insisten desde Naciones Unidas o el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), es el "seguro" para la vida humana.

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Además, a la información revelada por Copernicus se suman los datos de otras organizaciones internacionales encargadas de la monitorización del clima. El Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Plazo Medio (ECMWF, por sus siglas en inglés), la NASA, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), el servicio meteorológico británico, la Berkeley Earth o la Organización Meteorológica Mundial (WMO) coinciden con el programa europeo. 

Tal y como explica Carlo Buotempo, director de Copernicus, "todos los conjuntos de datos sobre la temperatura mundial producidos internacionalmente muestran que 2024 fue el año más caluroso desde que se comenzaron a registrar". Samantha Burgess, responsable estratégico de Clima del ECMWF, añade, además, que "cada año en la última década acaba siendo uno de los diez más cálidos registrados".

Las cifras clave de 2024

Burgess insiste en que "estamos a punto de superar los niveles seguros definidos en el Acuerdo de París", pues "la media de los dos últimos años ya está por encima de los 1,5 °C". Eso sí, como aclaran desde la agencia de verificación Maldito Clima, "para considerar incumplido el acuerdo ese límite debe superarse a nivel mundial y teniendo en cuenta la temperatura media de los últimos 30 años".

Europa Press

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Y  aunque este periodo de tiempo no venga especificado en el pacto de la cumbre del clima, se trata de la manera en que las instituciones científicas internacionales miden las variaciones climáticas. 

Dicho esto, como recuerda Burgess, "estas altas temperaturas globales, junto con los niveles de vapor de agua en la atmósfera registrados en 2024" tienen una traducción clara: "Olas de calor sin precedentes y fuertes lluvias", como la DANA valenciana, que han causado "miseria a millones de personas".

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Ahora bien, Buotempo asegura que "la humanidad está a cargo de su propio destino", aunque "la forma en que respondamos al desafío climático debe basarse en pruebas". Y esa evidencia científica es la que pone la institución que dirige sobre la mesa. 

Más ambición climática 

Buotempo insiste en que "el futuro está en nuestras manos", y con los datos como referencia, recuerda que "una acción rápida y decisiva puede alterar la trayectoria de nuestro clima futuro". Por eso, desde Copernicus insisten en que los hitos que han venido marcando los termómetros no pueden tomarse a la ligera. 

Se trata de una señal de alarma; una alerta que indica que la Tierra está gravemente enferma. Eso sí, aún estamos a tiempo para vacunarla y evitar males peores. Y Europa, tal y como ha manifestado en repetidas la Comisión, pretende liderar esa transformación que salve el planeta. 

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Como explica Mauro Facchini, jefe de observación de la Tierra en la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio de la Comisión Europea, "los objetivos medioambientales y climáticos fijados por la UE son ambiciosos y requieren medidas adecuadas". Especialmente, puntualiza, teniendo en cuenta los datos presentados por Copernicus.

Y concluye: "Con la ciencia, la innovación y los programas emblemáticos de observación de la Tierra, como Copernicus, podemos tomar decisiones informadas para mitigar el cambio climático y adaptarnos a él". Este año, la cumbre del clima de Naciones Unidas, que se celebrará en noviembre en Brasil, será la cita decisiva para cambiar el rumbo del clima.