Publicada
Actualizada

Los incendios simultáneos que han arrasado las montañas de Hollywood dejan ya diez muertos y más de 100.000 evacuados. Y no ha sido un caso fortuito. Pocos esperaban la dirección que iba a tomar el fuego ladera abajo, en la dirección contraria en la que un incendio normal se extendería

Gran parte de la geografía española es muy parecida a la californiana: veranos cálidos, tierras áridas y escasas lluvias. De hecho, aquí los grandes incendios forestales que arrasan miles de hectáreas no son desconocidos. Los que se salen de control tampoco. 

Los fuegos que entran dentro de la categoría de quinta o sexta generación, llegan a una potencia que los bomberos simplemente no pueden hacer nada, solo intentar acotarlos y dejar que quemen todo el combustible.

Enrique Segovia, director de conservación de WWF, explica a ENCLAVE ODS que los fuegos de estas características son "casi imposibles de apagar por su carácter explosivo". Este hace que no sigan una única dirección, sino varias a la vez. Cuando a esto se le suma un viento que consigue lo contrario a lo que debería —en este caso empujar las llamas ladera abajo, cuando lo normal es que vaya hacia arriba— las consecuencias pueden ser desastrosas. 

Efecto Föhn en España

Los llamados vientos de Santa Ana han sido uno de los culpables del rápido desarrollo de los acontecimientos. Fuertes rachas, que alcanzan los 150 km/h y descienden montaña abajo.

En este caso, estos vientos secos se generan cuando una gran área de alta presión, al contrario que las danas, se establece en una zona que incluye los estados de Nevada, Utah o Idaho. Estas regiones son secas, por lo que las corrientes que se generan allí están carentes de humedad, y al llegar al Pacífico, bajan rápidamente de altitud siguiendo la línea de las montañas

Martín Perea Álvarez de Eulate, ingeniero y director del Máster Universitario en Energías Renovables de la Universidad Europea, explica que algo parecido puede pasar en España, aunque por un proceso diferente: el efecto Föhn.  

Según el profesor universitario, se produciría exactamente el mismo resultado que en Estados Unidos: "Nuestras cordilleras hacen de barrera de intercambio para que las corrientes de aire húmedo a barlovento asciendan enfriándose y descargando la humedad en ese lado. A continuación, descienden secas a sotavento y aumentando la temperatura a medida que descienden rápidamente, debido al aumento de la presión atmosférica". 

Pero además, Perea añade que un fuego de esas características descontrolado se agravaría fácilmente. "Las temperaturas provocan enormes turbulencias capaces de arrastrar fácilmente en ascenso materiales en combustión, y modificaciones climatológicas puntuales, incluso tormentas eléctricas, facilitando la reproducción simultánea de múltiples focos en puntos alejados entre sí".

El abandono del monte

Además de la situación climática, los expertos coinciden en que uno de los factores más importantes es el estado de abandono del monte. La falta de ganadería tradicional, la despoblación de las zonas rurales y la ausencia de actividad provoca que el monte esté lleno de combustible.  

El fuego en los Ángeles a evacuado a más de 100.000 personas EFE

Esto, añadido a las condiciones de sequedad y falta de gestión forestal, consigue que las laderas españolas solo necesiten una chispa para desatar el infierno. En el caso de EEUU, el fuego se ha encontrado con una situación perfecta. En España, que todavía no ha recuperado los niveles hidrológicos, Perea se queja de la planificación forestal.

Aunque él considera que España está bien dotada de medios de extinción y dispone de cuerpos capacitados y preparados como la Unidad Militar de Emergencia (UME) o la Guardia Civil, advierte que cuando se desata este tipo de siniestros. "Los medios materiales y humanos, por numerosos que sean, quedan siempre sobrepasados", dice.   

Además, en estas situaciones, como se vio en el incendio Tenerife de 2023, con 15.000 hectáreas arrasadas, o el de Sierra Culebra en Castilla y León en 2022, con más de 30.000, la prioridad es salvar las vidas humanas. El ataque que se hace al fuego en zonas rurales dispersas, es completamente distinto al que se puede hacer en zonas urbanizadas, como los montes de Santa Mónica, en California. 

"No hay dos incendios iguales"

Aunque los efectivos se intentan preparar para todas las contingencias, no se cansan de repetir el mantra: "No hay dos incendios iguales". Los condicionantes van desde la misma orografía del lugar, las condiciones climáticas, las vías de acceso o los puntos de agua. Por ejemplo, desde los años 70, la superficie quemada en California se ha quintuplicado

Fotografía de una zona afectada por un incendio este miércoles, en Altadena, California. EFE

Todos los expertos recuerdan que la prevención en época húmeda es clave para preparar el campo para la temporada de incendios. Por eso, los bomberos forestales reclaman una mayor planificación en los momentos de lluvia, para hacer frente a la temporada seca, cuando hay más incendios. 

La situación climática de sequía y calentamiento global provoca que se generen las condiciones perfectas para la propagación de los incendios en EEUU, España o Australia.