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"Desastre humanitario". "Limpieza étnica". "Consecuencias devastadoras". "Despilfarro descomunal del dinero de los contribuyentes". "Desprecio a la salud pública mundial". Con estas palabras describen las oenegés y Naciones Unidas las decisiones que el presidente Donald Trump ha venido anunciando desde que el pasado 20 de enero volviese a la Casa Blanca. 

El regreso del mandatario al despacho oval está siendo cuando menos controvertido. Empezó con la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París. Continuó con su salida de la Organización Mundial de Salud (OMS) y con las deportaciones de migrantes anunciadas a bombo y platillo. Y sigue, todavía, con la paralización de los fondos humanitarios que administra USAID, encargada de la cooperación al desarrollo del país. O con la amenaza de "tomar Gaza" y convertirla en un riviera en Oriente Medio libre de palestinos.

Todas estas órdenes —y las que estarían por venir—, sin embargo, "no son tan fáciles de llevar a cabo", explica a ENCLAVE ODS Pol Bargués, investigador sénior del centro de investigación en relaciones internacionales CIDOB. Especialmente, "eso de acabar con el despliegue de USAID", pues tendría consecuencias "internas" complejas

Y es que, explica el experto en acción exterior, paz y resiliencia, son muchos los estadounidenses que trabajan en ella. En concreto, más de diez mil nacionales distribuidos por al menos cien países. Por tanto, no solo tendría un efecto negativo sobre el terreno, sino "un impacto social brutal". 

Eso sí, Bargués tiene claro que la retórica de Trump en sus primeros cien días en la Casa Blanca respondería a una doble estrategia. Por un lado, forma parte de "esa geopolítica dura" con la que "quiere reivindicar la fortaleza de EEUU" frente al auge de China. Por otro, con la "contestación que vendrá en la lucha por los recursos" limitados del planeta.

Aunque cada anuncio del presidente estadounidense tenga que leerse (y analizarse) de forma individual, Bargués recalca que también podría tratarse de una estrategia de negociación. Las amenazas a Gaza, por ejemplo, se entenderían como un intento "de que Israel tenga ventaja en una futura negociación". Lo mismo, insiste el experto, sucedería con los aranceles a México, Canadá y China —y que pretende extender a la UE—.

"Desastre humanitario"

Uno de los principales focos de preocupación ahora mismo está en las consecuencias de la congelación de la ayuda humanitaria que aportada por USAID. La agencia, como recuerdan desde la cadena estadounidense NBC News, invierte miles de millones de dólares en cooperación, pero solo supone "una ínfima porción del presupuesto federal"

En concreto, tal y como asegura el Washington Post, en 2023 USAID gestionó más de 40.000 millones de dólares. Esto es menos del 1% del presupuesto del Gobierno para todos los estados. 

La agencia, creada por el presidente John F. Kennedy en 1961, ha sido calificada por Elon Musk, quien está a la cabeza de la iniciativa de eficiencia gubernamental de Trump, como "una organización criminal". A lo que el morador de la Casa Blanca añade que "está dirigida por una panda de lunáticos radicales". 

Ucrania, Etiopía, Jordania, Congo, Somalia, Yemen, Afganistán, Nigeria, Sudán del Sur o Siria son algunos de los principales países que reciben ayuda de USAID. O lo hacían hasta que, hace más de una semana, Trump diese la orden de paralizar sus fondos. 

Esto, explica a NBC News Jeremy Konyndyk, funcionario de la agencia durante las legislaturas de Joe Biden y Barack Obama, se traduce en "frenar en seco programas que proporcionan tratamientos que salva la vida de 20 millones de personas con VIH". 

Desde Médicos sin Fronteras (MSF) ponen precisamente el foco en los millones de personas "extremadamente vulnerables" de todo el planeta, cuya supervivencia estará en jaque sin esa porción de ayuda de la USAID. En un comunicado, la directora ejecutiva de la oenegé en EEUU, Avril Benoît, asegura que "la repentina puesta en pausa de la asistencia humanitaria y sanitaria y el rápido desmantelamiento de componentes críticos del sistema de ayuda humanitaria apoyado por el Gobierno estadounidense causarán un desastre humanitario sin paliativos".

Refugiados y niños

Benoît insiste en que la decisión de Trump pone en peligro las vidas de "innumerables personas refugiadas y desplazadas, de niños y niñas amenazados por la malaria y de quienes necesitan tratamiento contra el VIH y la tuberculosis, cuya atención corre el riesgo de interrumpirse".

Y es que, aseguran desde MSF, ya ha habido organizaciones locales, colaboradoras de USAID, que han tenido que echar el cierre y "no saben cuándo podrán reabrir o si lo harán". Tal y como recuerda Bargués, los más afectados de la paralización de fondos, además de los propios trabajadores de la agencia, son las entidades que trabajan sobre el terreno y necesitan los recursos estadounidenses para distribuir la ayuda humanitaria necesaria. 

Ley mordaza global

Además de congelar los fondos de la agencia de cooperación o firmar una orden ejecutiva de retirada de la OMS, Trump ni siquiera ha acabado su primer mes de mandato y ya ha implementado una nueva cláusula para las organizaciones a las que el país financia en el extranjero. Que, por cierto, ha pasado casi inadvertida. 

Una de sus primeras decisiones al llegar al despacho oval consistió en poner en marcha la conocida como ley mordaza global (o Global Gag Rule), una norma que pone en riesgo la vida y salud de las mujeres. Con ella, como explican desde MSF, "impide que organizaciones no estadounidenses utilicen fondos propios, aunque no procedan del Gobierno federal, para prestar o promover servicios de aborto seguro".

Esta sería una condición sine qua non para recibir apoyo económico de Estados Unidos en temas de salud global. Para Benoît, "cada vez que se restringe el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, las consecuencias son mortales". En los países donde el aborto no es seguro, indica la directora de MSF en EEUU, las pacientes llevan a "morir o sufrir lesiones que cambian su vida porque se les niega el acceso a esta atención". 

"Reacción sin precedentes"

Realmente, asegura Bargués, "lo que está haciendo Trump no es muy diferente de lo que se ha venido haciendo" en materia de recortes, de control fronterizo, de aborto o, incluso, de deportaciones en EEUU. Lo que le distingue es su manera de "dar propaganda y politizar aquellas cosas que son naturales en política" en su país. 

Esto provoca una "reacción sin precedentes". Es decir, dice el experto, "hace que se hable de cosas de las que antes no se hablaba", como "violar el derecho internacional" expulsando a los gazatíes de la Franja para que EEUU tome el control. 

El investigador del CIDOB recuerda que, en realidad, lo que estamos viviendo es "el fin de una época" tanto en la manera de entender la ayuda humanitaria como el multilateralismo en general. Lo de Trump, dice, se trata de "un choque frontal" con instituciones internacionales como la ONU, y los consensos globales.