
Un pájaro alimenta a sus crías que esperan en el nido. Istock
Una vida rápida o sin reproducirse: las decisiones de las aves no migratorias ante la crisis climática
Un estudio realizado por la Universidad de Michigan ha puesto el foco en cómo están adaptándose los pájaros a los cambios de temperaturas.
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"La variabilidad ambiental moldea la historia de la vida de las aves del mundo". En pocas palabras, esta fue la conclusión que extrajeron Adriana Uscanga, Peter Williams y Jeffrey Doser de la investigación que dirigieron en el Instituto de Biodiversidad, Ecología, Evolución y Macrosistemas (IBEEM) de la Universidad Estatal de Michigan.
Y es que, tal como han podido comprobar, todas las especies de aves toman decisiones estratégicas sobre su vida en función de sus condiciones ambientales. Esto, dicen, es lo que provoca que algunas vivan rápido, mueran jóvenes y dejen tantos polluelos como sea posible, mientras otras viven mucho tiempo y prosperan al no reproducirse.
Porque, como afirma Casery Youngflesh, autor principal del estudio y profesor en la Universidad de Clemson, son muchos los factores que impulsan componentes clave de la historia de la vida.
Esto fue lo que llevó a este grupo de expertos a realizar un nuevo estudio que, publicado recientemente en la revista Ecology Letters, esclarece cómo el cambio climático podría afectar a las estrategias evolutivas de las aves no migratorias. El objetivo era, asegura Youngflesh, "sintetizar estos recursos de datos globales para determinar qué factores ambientales configuran la biodiversidad".
Y así lo hicieron. Agruparon informaciones internacionales sobre casi 7.500 especies de aves con la intención de comprender mejor el vínculo entre la variabilidad del entorno de nuestros amigos emplumados y las estrategias que estos eligen para lograr el mayor éxito evolutivo, produciendo generaciones futuras y sin extinguirse.
Análisis de aves
Los pájaros que viven en zonas donde las temperaturas fluctúan mucho a lo largo del año, es decir, donde los inviernos son fríos y los veranos calurosos, pero también existe variación dentro de esas estaciones, reaccionan a la incertidumbre rápidamente sin contar con el mañana. O, por lo menos, así lo explican los expertos.
Por ese motivo, especies como el pinzón o el cardenal dedican su energía y recursos a la procreación, incluso si eso significa que no vivirán mucho.

El pinzón es una de las especies que destaca por su corta vida. Istock
Por otro lado, las aves que llevan una vida más tranquila, con grandes oscilaciones de temperatura a lo largo de los años, no de meses, se aseguran de superar un año difícil sin reproducirse. Para ellas, como podría ser el caso de las cacatúas de cresta azufrada, la confianza en una larga vida les permite recuperar su descendencia más adelante.
Sin embargo, pese a que las especies longevas se protegen de los años malos, también se adaptan más lentamente que las aves de vida corta. Por lo que, ya sean longevas o cortas, los investigadores llegaron a la conclusión de que la mayoría experimenta tasas de cambio climático a las que es poco probable que puedan adaptarse.
Una nueva amenaza
"Si solo viven un par de años, uno malo no es un gran problema, pero si tienes dos o más años malos seguidos, es otra cosa. En entornos variables e impredecibles, puede que sea mejor vivir mucho tiempo", asegura Youngflesh.
Se necesitan muchas generaciones para que las criaturas evolucionen, por lo que, por el momento, el trabajo de los científicos se ha centrado en entender si afecta en este asunto la crisis climática. Además, buscan conocer en qué grado lo haría y qué estrategias podrían posicionar mejor a una criatura para el éxito.
Estos mismos patrones, afirma la directora del IBEEM, Phoebe Zarnetske, también se ven representados en numerosos ecosistemas, incluidos bosques boreales, pastizales y selvas tropicales. Por ello, añade, "este estudio proporciona información importante sobre el papel que el cambio climático y la variabilidad climática desempeña en la configuración de los patrones de vida en la Tierra".
Además, dice, "es importante destacar que un enfoque interdisciplinario —que combina conocimientos de la ecología y la ciencia del clima— fue clave para descubrir cómo responden los organismos a la variabilidad climática".
Sin embargo, señala Lala Kounta, coautora del estudio y científica del clima, los datos obtenidos hasta el momento no han revelado que las precipitaciones tengan un impacto significativo en las estrategias. Y esto, asegura, abre una discusión para futuras exploraciones, como los eventos extremos, tales como las olas de calor y las sequías, pueden convertirse en factores estresantes adicionales para las especies.
Y es que, concluye Kelly Kaspar, científica de datos del IBEEM, "es necesario comprender estas teorías fundamentales antes de poder predecir cómo cambiarán las cosas".