Si uno piensa en el lugar más aislado del mundo, seguramente se imagine algún lugar dentro de la selva de la Amazonia o alguna tribu que vive perdido de la mano de dios. Y seguramente muchas veces acierte, pero quizás las personas que menos sepan lo que está pasando en el resto del mundo son los sentinelenses.
[Cómo viven en el lugar habitado más remoto de la Tierra: se tarda hasta un mes en llegar desde España]
Esta isla (teóricametne de la India), Sentinel del Norte, en realidad se trata de un lugar paradisíaco, donde la fina arena de las playas se entrelaza con la espléndida naturaleza y el frondoso verde de los árboles. Situada en el Océano Índico, muy poco se sabe de la cultura y cómo viven sus habitantes. Pero de lo poco que se conoce, una cosa está muy clara: no les gusta que les visiten.
El último que tuvo esa idea fue el misionero cristiano evangélico estadounidense John Allen Chau, que quiso acercarse para evangelizar a sus habitantes. Sin embargo, presuntamente, fue abatido a flechazos nada más pisar tierra. Aunque está completamente prohibido acercarse a la isla, el misionero consiguió convencer a unos pescadores locales, con un soborno de 3.000 euros mediante. Después, Allen llegó solo a tierra en canoa.
El misionero llevaba consigo balones de fútbol, redes de pesca, medicinas y una Biblia como regalos para la tribu. Los pescadores aseguraron haber visto cómo cosían a flechazos al joven de 26 años. Y al día siguiente presenciaron cómo uno de los miembros de la tribu enterraba un cadáver en la playa.
"La policía dijo que Chau había estado previamente en la isla Sentinel del Norte cuatro o cinco veces", señaló en declaraciones al servicio indio de la BBC el periodista Subir Bhaumik, que ha cubierto las islas durante años. Así que lo que parecía ser una aventura más dentro de la vida de este explorador de corazón, que colaboraba con el portal Outbound Collective, acabó en tragedia.
Antes de dirigirse a Sentinel del Norte, el joven escribió una carta a su familia explicando las razones por las cuales viajaría a la isla. "Por favor, no se enojen con ellos o con Dios si me matan, más bien, por favor, vivan sus vidas en obediencia a lo que Él les ha llamado y los veré de nuevo cuando pasen a través del velo", reflejó en la misiva. La familia todavía no ha podido recuperar su cuerpo y ha pedido que no se lancen represalias contra los sentineleses.
Desde 2003 está prohibido fotografiar o filmar a los sentineleses. La India los considera a como una entidad independiente. Por tanto, las leyes no son aplicables a ellos.
Cazadores-recolectores
Los sentineleses son uno de los cuatro pueblos que habitan el archipiélago de Andamán y Nicobar, un conjunto de 572 islas a 1000 km de la costa este de la India. Los antropólogos han determinado que los gran andamaneses, gnge, jarawa y sentineleses son poblaciones originarias de África.
Los sentineleses son la tribu andamanesa más aislada. Han cautivado la fascinación de millones de personas por ser uno de los grupos de población más enigmáticos del mundo. Por desconfianza, este pueblo no quiere ser molestado y ataca a quienquiera que ponga un pie en tierra.
Según la oenegé Survival International dedicada a los derechos de los pueblos indígenas y tribales, la vida de esta tribu es muy rudimental. Se ha descrito como un lugar que continúa en la Edad de Piedra, pero, tal como explican desde la oenegé, "no hay razón para creer que los sentineleses hayan vivido de la misma manera por milenios". Como cualquier pueblo, se han adaptado.
Contact Mission Sentinelese from Survival International on Vimeo.
Como otros grupos del archipiélago de las Islas Andamán y Nicobar, cazan y recolectan en el bosque y pescan en las aguas costeras. A diferencia de los jarawa, una tribu nómada vecina, fabrican embarcaciones y canoas con balancín estrecho, pero sólo navegan por aguas poco profundas propulsándose con una pértiga.
El portal de información de la oenegé afirma que se cree que viven en tres pequeñas bandas. Y las estimaciones realizadas por diferentes organizaciones apuntan a que su población total no excedería las 200 personas. "Tienen dos tipos diferentes de casas: grandes cabañas comunales con varios hogares para varias familias y refugios más temporales, sin paredes laterales, que a veces pueden verse en la playa, con espacio para una familia nuclear", explican.
También portan piezas de bisutería y se mueven en todo momento con armas muy rudimentales, como arcos y flechas. "Las mujeres llevan cuerdas de fibra atadas a la cintura, el cuello y la cabeza. Los hombres también llevan collares y cintas en la cabeza, pero con un cinturón más grueso en la cintura", describen en el portal de información.
Las plagas del extranjero
Mucho antes que el misionero Chau, en 2006, dos pescadores indios se aproximaron a la isla y no llegaron a amanecer. Las investigaciones apuntan a que habían amarrado su barco cerca de Sentinel del Norte para dormir tras una jornada de pesca furtiva. El amarre se soltó y quedó a la deriva en la orilla.
Si bien estos son los casos más recientes, ha habido decenas de visitantes que han tratado de invadir a ese pueblo. Hasta el mercader y viajero veneciano Marco Polo visitó el archipiélago, pero no se sabe si visitó la isla. El explorador dedicó unos versos de su diario a los extraños pueblos de la región: “Todos los hombres de la isla de Angamanain tienen cabeza de perro, son violentos y crueles y se comen a todo aquel que capturan”.
Pese a haber existido contactos previos, la primera vez que se realizó una expedición antropológica a la isla fue en 1967, cuando un grupo de 20 personas, lideradas por el antropólogo T. N. Pandit del Estudio Antropológico de la India, viajaron para estudiar a los sentineleses. En aquella ocasión no se logró establecer contacto con ellos, pero se aprendió mucho sobre su forma de vida.
Posteriormente, el antropólogo Pandit regresaría a la isla con otras expediciones que buscaban documentar con imágenes cómo se vive en la isla más remota del mundo. En 1974, junto a un equipo de National Geographic, se logró tomar la primera fotografía de los sentineleses y fueron presentados en la revista como un pueblo para el que "las flechas hablan más que las palabras".
[Cómo se vive en el país en el que las mujeres viven más: llegan a los 100 con una salud de hierro]
Los sentineleses han sobrevivido a los birmanos, británicos, japoneses, indios, y también al espantoso tsunami de 2004. Tras el desastre natural, ganaron mucha notoriedad a raíz de una fotografía donde se ve a uno de ellos disparando flechas a un helicóptero de la guardia costera india que comprobaba si se encontraban a salvo.
Según han informado desde Survival International, su aislamiento extremo les hace muy vulnerables a enfermedades para las que no tienen inmunidad, lo que significa que el contacto tendría casi con toda seguridad consecuencias trágicas para ellos.
Tras una campaña de este movimiento internacional y de organizaciones locales, el Gobierno indio abandonó sus planes de contactar con los sentineleses, y su postura actual sigue siendo que no se volverá a intentar contactar con la tribu. Sin embargo, continúan realizándose comprobaciones periódicas desde barcos anclados a una distancia segura de la costa para asegurarse de que están a salvo y no han decidido contactar con el exterior.