La gestión adecuada de los océanos del planeta Tierra es clave para garantizar la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos. Por eso, alumnos de la Universidad Politécnica del Noroeste, en la provincia de Shaanxi en China, han creado un pez raya biónico y sumergible que puede recopilar datos sobre información hidrológica, criar praderas marinas y analizar el estado de salud de los peces.
El proyecto se inició en 2016 y desde entonces se han creado cuatro prototipos. Este último, con tres metros de longitud, ha superado las expectativas al lograr sumergirse hasta 1.025 metros de profundidad. Las pruebas se han llevado a cabo en la isla de Xisha, en el mar Meridional de China.
Según Naciones Unidas, los espacios de mar abierto muestran que los niveles actuales de acidez han aumentado en un 26% desde el comienzo de la Revolución Industrial. De ahí la importancia de tecnología de este tipo, que podría ayudar al estudio del agua. Y es que permite recoger datos sobre su calidad en áreas complejas y de difícil alcance.
Este prototipo es capaz de funcionar durante largas horas, lo que le convierte en el primer vehículo biónico submarino capaz de realizar estas tareas.
La biónica y los fenómenos biológicos
Los animales y las plantas poseen una gran capacidad de adaptabilidad al ambiente, característica que despierta el interés de la biónica. Como ciencia, busca el desarrollo de órganos artificiales que recuerdan el funcionamiento natural por medios electromecánicos.
Por eso, durante los últimos cinco años, el equipo de vehículos autónomos submarinos de la Escuela de Navegación de la Universidad Politécnica del Noroeste ha observado y estudiado en vivo el movimiento de la mantarraya.
A través de su investigación, los investigadores han descubierto que las características de este pez son las ideales para aplicar a la tecnología que estaban desarrollando. Son especies con un cuerpo grande con una forma que facilita la construcción de estos dispositivos.
Además, sus movimientos deslizantes poco ruidosos permiten reducir el uso de energía y mejorar el rendimiento de navegación.
La raya biónica china ha logrado sumergirse hasta 1.025 metros de profundidad
La raya biónica es el resultado de la importancia de investigar en innovación tecnológica en la vida submarina (ODS 14). La ONU proclama el período 2001-2030 como la Década de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, con el objetivo de aportar mayores fuentes de financiación a investigaciones en este ámbito.
La creación de dispositivos como esta mantarraya biónica sumergible permite aumentar el conocimiento y aportar soluciones a los problemas presentes en los océanos.
Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO ya lo dejaba claro en 2017: "Tenemos muchas lagunas de conocimiento sobre los océanos, a pesar de su papel crucial para mantener nuestro planeta seguro y respirable".