La tercera edición del Informe sobre desarrollo sostenible de Europa 2021 señala que, por primera vez, desde 2015, la puntuación media del índice que representa el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Unión Europea no ha aumentado en 2020. El impacto negativo que ha dejado la pandemia en la esperanza de vida, en la pobreza y en el desempleo son algunos de los motivos.
Este estudio analiza el progreso de la UE y sus estados miembro hacia la consecución de los 17 ODS. Los objetivos en los que Europa presenta sus mayores desafíos están relacionados con la dieta sostenible, agricultura, clima y biodiversidad. Cuestiones que se encuentran recogidas en los objetivos número 2 (hambre cero), 12 (producción y consumo responsable) y 15 (vida de ecosistemas terrestres).
Para no dejar a nadie atrás, este año, se ha incorporado un nuevo índice que mide las desigualdades entre regiones y grupos de población en el interior de los países. Y demuestran que, aquellos que los menos desiguales internamente, son los que encabezan el índice de desarrollo de los ODS.
El estudio se ha centrado especialmente en los efectos de la covid-19 y en los Planes de Resiliencia (PRNR) que cada uno de los países ha ejecutado. Respuestas que han variado mucho dependiendo del territorio y cuya aplicación es clave.
Porque, como indicaba Guillaume Lafortune, vicepresidente de la SDSN y autor principal del informe, "poner fin a la pandemia de la covid-19 en todas partes es la prioridad número uno para restaurar el progreso de los ODS en la UE y en todo el mundo".
España empeora su puntuación
En un ranking de 34 países, España se encuentra en el puesto 22, con una puntuación de 68,49% sobre 100. Empeora en la consecución de algunos de los ODS con respecto a 2019, año en el que fue puntuado con un 68,97% y se situó en el puesto 21. La máxima puntuación indica que, al fin, la consecución de los 17 objetivos se ha conseguido.
Los grandes desafíos a los que se tiene que enfrentar nuestro país tienen que ver con los objetivos 2 (hambre cero), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 13 (acción contra el clima), 14 (vida submarina) y 15 (vida de ecosistemas terrestres).
El peor puntuado es el número 15, cuyos índices miden el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, la lucha contra la desertificación o la detención de pérdida de biodiversidad. Además, la tendencia de este objetivo se muestra decreciente para los próximos años.
En este caso, el índice que remarca la media de las áreas de protección de entornos terrestres importantes para la biodiversidad sigue atascado desde 2017, con una puntuación de 57,61% en 2020. Algo parecido ocurre con las áreas protegidas de agua dulce fundamentales para la biodiversidad, con una puntuación de 51,33% sobre 100 que se mantiene igual desde 2017.
Asimismo, aquellos objetivos en los que nuestro país obtiene la mejor puntuación, aunque sigue habiendo desafíos, son el número 3 (salud y bienestar), 5 (igualdad de género), 6 (agua limpia y saneamiento) y 11 (ciudades y comunidades sostenibles). En ellos, las tendencias indican que mejoran moderadamente.
En el ranking, España se encuentra en el puesto 22 de 34 países con una puntuación de 68,49% sobre 100
Los países nórdicos lideran el ranking
Finlandia se encuentra en el primer puesto del ranking, pero no sólo en el europeo, también en el mundial. Se debe, en parte, porque no se vio tan afectada por la covid-19 como otros países del continente. A los finlandeses les siguen Suecia y Dinamarca. Los tres presentan una puntuación en el índice de los 17 ODS cercana y superior al 80%.
Asimismo, uno de los desafíos de la UE es disminuir la desigualdad existente en el logro de los objetivos entre los países del norte del continente y los bálticos, de europea central y oriental, que presentan un rendimiento por debajo de la media.
¿Cuál debe ser el camino a seguir por la UE?
El informe demuestra que siguen existiendo considerables retos a los que la Unión Europea debe hacer frente. Por ejemplo, a las emisiones de CO₂ importadas; aunque en general, estas han ido disminuyendo, aquellas que se emiten en el extranjero aumentaron en 2018 a un ritmo más rápido que el PIB.
Y es que, como indica Adilf Kloke-Lesch, copresidente de SDSN Europa y coautor del informe, "la UE cuenta con herramientas legislativas y políticas establecidas, o en preparación, para abordar la mayoría de los desafíos de los ODS, pero aún carece de claridad sobre cómo planea alcanzar los ODS".
El estudio propone una serie de acciones para que este organismo pueda fortalecer su liderazgo antes de la cumbre de los ODS de la ONU en 2023. Entre estas acciones se encuentra la necesidad de publicar una declaración conjunta emitida por el Consejo de Europa, el Parlamento Europea y la Comisión Europea, en la que se reafirme el compromiso con la Agenda 2030.
Pero también, para que cada país puede tener en cuenta en qué políticas necesitan ser más ambiciosos, sugieren que la Comisión Europea aclare, de forma actualizada, los objetivos, plazos y hojas de ruta a seguir. Pues, como indica Lafortune, "los ODS y el Acuerdo de París reflejan los valores de Europa y deberían seguir siendo la guía para las políticas nacionales de la UE y la acción internacional".